CUARTO DE MARGARITA[159]
[Margarita en la rueca, sola.]
MARGARITA.
Perdida está mi paz,[160]
el corazón me pesa;
no la hallaré ya nunca
me invade la tristeza.
Si no está él a mi lado
mi tumba es; sin mi amado
ya todo el mundo entero
es un negro agujero.
Mi mente está confusa
me siento enloquecer,
mi pobre entendimiento
destruido sin querer.
Perdida está mi paz,
el corazón me pesa;
no la hallaré nunca,
me invade la tristeza.
Sólo a él buscan mis ojos
por el cristal mirando;[161]
tras él mis pasos todos
de mi casa escapando.
Su airoso y fino andar,
su elegante figura,
de su boca la risa,
el fuego en su mirar.
Sus discursos tan bellos
cual mágico torrente,
la presión de sus manos
¡ay, Dios, y aquellos besos!
Perdida está mi paz,
me pesa el corazón;
no la hallaré ya nunca
me invade la tristeza.
Mi pecho a él ansia
tras él anda clamando,
si pudiera abrazarlo
jamás lo soltaría.
Mucho le besaría,
tanto como quisiera;
y en esos dulces besos
feliz me moriría.