2. CRONOLOGÍA DE UNA LEYENDA
Desde los inicios hasta Goethe[8]
Ofrecemos a los lectores un breve resumen de la prehistoria de la famosa leyenda del doctor Fausto y su pacto con el diablo antes de llegar a manos de Goethe. Esta cronología dista mucho de ser exhaustiva, pero pretende recoger de modo resumido algunos de los hitos más conocidos en la larga trayectoria del mito universal de Fausto, ya que sería un grave pecado de ignorancia, además de una injusticia, creer que Goethe «inventó» a Fausto, por mucho que sea su más celebre recreador.
- Los antecedentes bíblicos: el propio Goethe cita el Génesis y, sobre todo, el Libro de Job como fuentes para ciertos elementos de su obra, particularmente las tentaciones a que es sometido un hombre justo.
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La prehistoria de la leyenda medieval: tema de la tradición popular medieval es el pacto con el diablo, que aparece en multitud de cuentos y relatos. Además, existen varias figuras antiguas y medievales que son lejanos antecedentes de Fausto: destaca la de San Cipriano de Antioquía,[9] que se cuenta pactó de joven con el demonio para lograr a una doncella, o la del monje Teófilo de Sicilia, Simón el Mago y otros similares.
En el caso del texto de Goethe hay que indicar también la relevancia como fuente de inspiración que supone el personaje del médico suizo Paracelso,[10] que le hace integrar todo lo relativo a alquimia, magia y ‘pansofía’ tardomedieval en su obra.
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El hombre histórico: parece fuera de dudas que existió un tal Georg Faustus, nacido en torno a 1480 en Kneitlingen (Wurtemberg) y que fue astrólogo, mago, charlatán y embaucador. Probablemente murió hacia 1540 en Staufen y fue contemporáneo de Paracelso. Iba de pueblo en pueblo y se ganaba al público con trucos de hechicero. Parece que el obispo de Bamberg llegó a contratar sus servicios para que le hiciera un horóscopo. Tuvo problemas con la justicia debido a su fama de nigromante. La leyenda popular pronto le atribuyó el viejo tema del pacto con el diablo, lo que explicaba todos los prodigios que se le atribuían, entre los que destacan el hecho de ser capaz de volar, de haber salido de una taberna de Leipzig a lomos de un tonel o haber sido capaz de materializar ante los ojos de unos asombrados estudiantes a Helena, Paris y otros personajes homéricos.
La leyenda de su vida se difundió con inusual rapidez por toda Europa fundiéndose con material diverso de las tradiciones populares. Parece[11] que los estudiantes españoles de la universidad de Salamanca ya conocían al personaje apenas un par de años después de su muerte, lo que explica el éxito de los dramas y autos españoles del Siglo de Oro en que se toca el tema del pacto con el demonio.
Las versiones medievales y barrocas en Alemania y España:
- En 1587 aparece un «Volksbuch» o ‘libro popular’ que cuenta ya la historia del célebre mago. Es la Historia del D. Johann Fausten, editada por un tal Spiess de Fránkfurt del Meno, y de autor anónimo. Es la versión escrita más antigua que conocemos de la leyenda y por eso tal vez la más famosa, aunque ni con mucho la más próxima a Goethe.
- En 1599, en Hamburgo, se edita la versión del suabo Georg Rodolf Widmann, titulada Die Wahrhaftigen Historien von Doctor Johannes Faustus (La verdadera historia del Doctor Johannes Faustus).
- En 1612 Antonio Mira de Amescua publica el Esclavo del Demonio, inspirado en la leyenda del «Fausto portugués» del siglo XIII, Fray Gil de Santarem. Aunque basada en un personaje diferente, lo cierto es que reaparecen motivos idénticos a los del Fausto germánico, como el tema del pacto con el diablo, las dos importantes mujeres protagonistas o la redención final del personaje. El texto de Amescua inspirará a su vez a Calderón para su Mágico prodigioso.
- En 1674 se edita el texto conocido como «Pfitzersche Faustbuch» (Fausto de Pfitzer) de un médico de Núremberg llamado Nikolaus Pfitzer.
- En 1697 aparece una biografía de Fausto firmada por William Mountfort: Das Leben und der Tod des Docktor Faustus (Vida y muerte del Doctor Fausto).
- En 1725 aparece Das Faustbuch des christlich Meynenden (El Fausto del cristiano), que probablemente es la versión más antigua que Goethe llegó a conocer. Destaca su tono moralizante y su estilo barroco. Aparece el tema de Margarita, se usa por primera vez el nombre de Mefistófeles que empleará Goethe y está bastante cercano a la leyenda original.
- El Fausto de Christopher Marlowe. Es la primera versión dramática de Fausto, basada en la obra anónima publicada por Spiess en 1587. Se titula Historia trágica del Doctor Faustus y se escribió en 1588-1589. Tuvo un gran éxito y saltó al continente gracias a las populares compañías ambulantes de comediantes ingleses. Goethe no conoció esta versión hasta 1818, cuando tenía muy avanzada su obra.
- El teatro de marionetas: la primera noticia que tenemos de este tipo de versión está recogida en Graz (Austria) en 1608. Fue muy popular y tanto Lessing como Goethe asistieron en Alemania a esta clase de versión de la leyenda, probablemente inspirada en el drama de Marlowe.
- La Ilustración: destaca el Fausto de Lessing, del que sólo conservamos un fragmento de esbozo citado en 1759 por el autor en sus cartas literarias. Como buen precursor de los impulsos desmesurados de la siguiente generación, a Lessing le fascinó el personaje.
- El Sturm und Drang: un personaje tan ansioso y desmesurado como Fausto tenía por fuerza que atraer poderosamente a los jóvenes del movimiento prerromántico del «Sturm und Drang», y así fue en el caso del propio Goethe. Destacan el Fausto de Paul Wiedmann (Viena 1775), o el drama inconcluso del amigo de Goethe Maler Müller (Fausts Leben, dramatisiert 1778), que rezuma ansias de libertad, así como el fragmento de farsa escrito por el también amigo de Goethe, Jak. Mich. Reinhold Lenz, titulado Der Hóllenrichter (El juez del infierno). También Max Klinger publica una pentalogía en prosa titulada Fausts Leben, Taten und Hóllenfabrt (Vidas, hechos y descenso de Fausto a los infiernos, 1791-1799), basada en el legendario doctor y en la que éste se convierte en el inventor de la imprenta.
- La época de Goethe: mientras Goethe escribe y va dando a conocer partes de su obra, son varios los contemporáneos que se lanzan a escribir Faustos paralelos. Podríamos citar, entre otros, a Franz Grillparzer (Fausto, 1812-1822), a August Klingemann (Faust, 1815), al romántico Achim von Arnim (Der Krónenwáchter, 1817) o a Christian Dietrich Grabbe (con el drama titulado Don Juan und Faust, de 1829).
Las versiones de Goethe a lo largo de toda una vida:
- El Urfaust (Fausto primitivo): es la primera versión que conocemos, bajo la forma de un manuscrito rescatado de forma casual y recogido durante las lecturas de la obra por la dama de la nobleza Louise von Göchhausen. Su redacción, en prosa, debe remontarse a 1773-1775. Contiene gran parte de las escenas nucleares del Fausto I y adolece de todos los defectos y desmesuras de la época de los ‘genios’, pero también ostenta toda su fuerza y pasión.
- Faust. Ein Fragment. Publicado por Goethe en 1790, al regreso de Italia. Ya aparecen trozos versificados.
- 1808: aparece Faust. Eine Tragödie (Erster Teil). Elaborado durante la fecunda etapa de la amistad con Schiller en los últimos años del XVIII y los primeros del XIX. La redacción se termina en 1806.
- 1832: muere Goethe y aparece Faust. Eine Tragödie. Teil II como parte integrante de una edición completa de las obras de Goethe que publica Cotta en 61 tomos de 1827 a 1842. La redacción de esta segunda parte se ha ido haciendo en diversas etapas, aunque está concentrada en los años de 1825 a 1831. Goethe elabora primero las escenas con Helena del acto III en 1825 y sólo posteriormente después redactará los actos I y II y finalmente los IV y V.
- Y después de Goethe: el impacto de la obra de Goethe ha dejado en el pasado y nos sigue proporcionando cada día numerosas secuelas. Si bien es cierto que el tomo gran parte de su material de la tradición literaria y popular precedente, también es verdad que, gracias a él, Fausto se convierte en un mito universal. No entraremos aquí en un rastreo exhaustivo de las distintas reelaboraciones del mito, pues sería demasiado largo y nos llevaría tanto por Alemania como por el resto de Europa. Baste decir sólo a modo de ejemplo que Fausto ha producido vástagos tan heterogéneros como el poema epicodramático Fausto (1836) de Lenau, la trágica novela Doktor Faustus de Thomas Mann (1947), la novela satírica El maestro y Margarita del ruso Mijaíl Bulgákov (1929-1940), los interesantes esbozos de Paul Valéry titulados Mon Faust (1946) o los también fragmentarios del portugués Pessoa (1888-1935), tanto en el género dramático, Fausto. Tragedia Subjectiva, como en el del cuento, La Hora do Diabo. A esto habría que añadir la larga lista que nos aporta el mundo musical con la célebre ópera Fausto de Charles Gounod (1859), La condenación de Fausto de Berlioz (1846) y piezas de Liszt, Schumann, etc.