14

Letargo en el presente

 

 

 

Dejó de ser un dulce sueño para ser una deliciosa realidad. Enamorada, desquiciada, podía gritar que finalmente él era mío, después de tantos años de búsqueda y espera, los seres superiores habían escuchado mis súplicas, finalmente. Entonces llegaron los días en los que mi cuota de frijoles y de arroz, y algunas onzas de café los llevaba para su casa. Como él era una sola persona a la semana que llegaban los productos ya los habíamos terminado; claro, yo comía también. Y él no tenía dinero para comprar en el mercado negro, pues pasaba por esas crisis en las que no conseguía trabajo. Madre comenzó a sospechar y empezó a levantarse a las cinco de la madrugada, hora en que yo me preparaba, fingiendo que me habían redoblado los turnos de clase. Rebeca meciéndose en el sillón como una demente, seguía mis movimientos con el rabillo del ojo: si yo iba para la cocina se alzaba con velocidad. Comencé a robarme los alimentos a eso de las ocho, pero también se dio cuenta. A sus intentos de sacarme una confesión, me amenazó con que iba a llevarme a casa de su padrino. Era un viejo negro que siempre vestía de blanco y fumaba tabaco. Su padrino me llenó las manos de una sustancia viscosa, dijo algunas palabras que no entendí, me arrojó a los pies de los santos y se puso a mirar los caracoles. Delante de los orischas yo no podía mentir, no. Sin embargo mentí, una vez más. No podía decir que me llevaba todo para casa de Guillermo, porque me matarían. Tampoco podía mencionar a Roberto ni a Luisito, a ellos Rebeca no los podía oler. Esta niña hija de Oshún tiene una brujería echa’, dijo el viejo sin dejar de mirar sus caracoles, a lo que madre se llevó las manos a la cabeza y comenzó a gritar:

¡Lo sabía! El viejo continuó: Una persona cogió su ropa sudada, le hizo un trabajo y la enterró bajo una guásima. ¿Cómo es esa persona padrino? ¡Dígame cómo es!, se impacientó madre. No lo veo bien, no mucho, pero es... es... un hombre, susurró el viejo. Y es... Mis pupilas enloquecieron. Ya veía a mis amigos castrados con polvos de brujería que discretamente Rebeca dejaría caer sobre sus ropas. ¡Oh, no qué horror! Mencioné a Tito, el tiñoso de Tito. Andaba detrás de mí, amenazándome con su tranca dura o floja, no sé, nunca miré más de lo que no debí. Rebeca explotó. Esa misma noche esperó a Tito en la escalera armada con el mejor cuchillo de la cocina. Él confesó enseguida que no venía por mí, sino por ella, a lo que Rebeca, fuera de sí, comenzó a darle pescozones, cocotazos, gritándole: “Dime todo, granuja o te voy a matar. Dime todo.” Este soltó la lengua y dijo todo o casi todo lo que sabía, porque medio barrio me había visto con el profesor. O, no, tal vez era pintor. Bueno, era un ex

El pintor: Siempre te amaré
titlepage.xhtml
part0000_split_000.html
part0000_split_001.html
part0000_split_002.html
part0000_split_003.html
part0000_split_004.html
part0000_split_005.html
part0000_split_006.html
part0000_split_007.html
part0000_split_008.html
part0000_split_009.html
part0000_split_010.html
part0000_split_011.html
part0000_split_012.html
part0000_split_013.html
part0000_split_014.html
part0000_split_015.html
part0000_split_016.html
part0000_split_017.html
part0000_split_018.html
part0000_split_019.html
part0000_split_020.html
part0000_split_021.html
part0000_split_022.html
part0000_split_023.html
part0000_split_024.html
part0000_split_025.html
part0000_split_026.html
part0000_split_027.html
part0000_split_028.html
part0000_split_029.html
part0000_split_030.html
part0000_split_031.html
part0000_split_032.html
part0000_split_033.html
part0000_split_034.html
part0000_split_035.html
part0000_split_036.html
part0000_split_037.html
part0000_split_038.html
part0000_split_039.html
part0000_split_040.html
part0000_split_041.html
part0000_split_042.html
part0000_split_043.html
part0000_split_044.html
part0000_split_045.html
part0000_split_046.html
part0000_split_047.html
part0000_split_048.html
part0000_split_049.html
part0000_split_050.html
part0000_split_051.html
part0000_split_052.html
part0000_split_053.html
part0000_split_054.html
part0000_split_055.html
part0000_split_056.html
part0000_split_057.html
part0000_split_058.html
part0000_split_059.html
part0000_split_060.html
part0000_split_061.html
part0000_split_062.html
part0000_split_063.html
part0000_split_064.html
part0000_split_065.html
part0000_split_066.html
part0000_split_067.html
part0000_split_068.html
part0000_split_069.html
part0000_split_070.html
part0000_split_071.html
part0000_split_072.html
part0000_split_073.html
part0000_split_074.html
part0000_split_075.html
part0000_split_076.html
part0000_split_077.html
part0000_split_078.html
part0000_split_079.html
part0000_split_080.html
part0000_split_081.html
part0000_split_082.html
part0000_split_083.html
part0000_split_084.html
part0000_split_085.html
part0000_split_086.html
part0000_split_087.html
part0000_split_088.html
part0000_split_089.html
part0000_split_090.html
part0000_split_091.html
part0000_split_092.html
part0000_split_093.html
part0000_split_094.html
part0000_split_095.html
part0000_split_096.html
part0000_split_097.html
part0000_split_098.html
part0000_split_099.html
part0000_split_100.html
part0000_split_101.html
part0000_split_102.html
part0000_split_103.html
part0000_split_104.html
part0000_split_105.html
part0000_split_106.html
part0000_split_107.html
part0000_split_108.html
part0000_split_109.html
part0000_split_110.html
part0000_split_111.html
part0000_split_112.html
part0000_split_113.html
part0000_split_114.html
part0000_split_115.html
part0000_split_116.html
part0000_split_117.html
part0000_split_118.html
part0000_split_119.html