7

Luisito

 

 

 

 

Caen las ilusiones, una tras otra, como las cortezas de un fruto, y el fruto es la experiencia.

 

Gérard de Nerval en Sylvie.

 

 

 

 

 

A los catorce años la secundaria pasaba por mí sin que yo tuviera claro qué deseaba para el futuro. Me importaba el presente y en ese presente me saltaba los turnos de clase, me quitaba la saya del uniforme, la echaba entre los libros y sacaba el short. Entonces buscaba a Luisito y nos íbamos para las pocetas de la Puntilla. Acostados en el muro del Malecón, de cara al sol, esperábamos que se secaran nuestras ropas en el cuerpo, que buenos tiempos aquellos. Hubo veces que decidimos ir lejos, nos montábamos en las guaguas sin pagar y hacíamos los recorridos hasta la última parada y lo mismo a la inversa. En una de esas nos fuimos para las playas del este donde encontramos una niña que hablaba extranjero. La pobrecita lloraba y la acompañamos a buscar a sus padres, pero tuvimos que dejarla con un policía a quien dijimos que éramos hermanos. Nos dejaron ir porque no había motivos para detenernos, aunque Luisito andaba con el uniforme y eran las seis de la tarde.

En la azotea fumábamos tragándonos el humo y tosiendo. En una ocasión él trajo un cigarro de marihuana y mientras nos emborrachábamos con la hierba confesé que yo también me perdí el día en que supe que el Pintor era un poeta. Luisito tuvo la necesidad de explicarme el por qué nunca quería estar en su casa. Su padre lo golpeaba si le daban quejas en la escuela de deportes, porque Luisito estaba inscrito en la ciudad deportiva, en béisbol. Su padre era entrenador en la misma ciudad deportiva, un negro grande y robusto, siempre sonriente, parecía buena gente y todo el mundo lo saludaba con escándalo, ni que se tratara de Víctor Mesa. Yo comencé a odiarlo, por mi querido Luisito que en nada se le parecía, porque Luisito era delgado como su madre, con ojos rasgados y tristes. Nadie se daba cuenta de cuánta tristeza había en aquellos ojos, ni siquiera yo. Esa tarde el ambiente transformado en confesiones se volvió un terreno de combate porque como siempre terminamos lanzándonos huevos y chícharos. Así pasaba el tiempo. El día en que dijo que  no

El pintor: Siempre te amaré
titlepage.xhtml
part0000_split_000.html
part0000_split_001.html
part0000_split_002.html
part0000_split_003.html
part0000_split_004.html
part0000_split_005.html
part0000_split_006.html
part0000_split_007.html
part0000_split_008.html
part0000_split_009.html
part0000_split_010.html
part0000_split_011.html
part0000_split_012.html
part0000_split_013.html
part0000_split_014.html
part0000_split_015.html
part0000_split_016.html
part0000_split_017.html
part0000_split_018.html
part0000_split_019.html
part0000_split_020.html
part0000_split_021.html
part0000_split_022.html
part0000_split_023.html
part0000_split_024.html
part0000_split_025.html
part0000_split_026.html
part0000_split_027.html
part0000_split_028.html
part0000_split_029.html
part0000_split_030.html
part0000_split_031.html
part0000_split_032.html
part0000_split_033.html
part0000_split_034.html
part0000_split_035.html
part0000_split_036.html
part0000_split_037.html
part0000_split_038.html
part0000_split_039.html
part0000_split_040.html
part0000_split_041.html
part0000_split_042.html
part0000_split_043.html
part0000_split_044.html
part0000_split_045.html
part0000_split_046.html
part0000_split_047.html
part0000_split_048.html
part0000_split_049.html
part0000_split_050.html
part0000_split_051.html
part0000_split_052.html
part0000_split_053.html
part0000_split_054.html
part0000_split_055.html
part0000_split_056.html
part0000_split_057.html
part0000_split_058.html
part0000_split_059.html
part0000_split_060.html
part0000_split_061.html
part0000_split_062.html
part0000_split_063.html
part0000_split_064.html
part0000_split_065.html
part0000_split_066.html
part0000_split_067.html
part0000_split_068.html
part0000_split_069.html
part0000_split_070.html
part0000_split_071.html
part0000_split_072.html
part0000_split_073.html
part0000_split_074.html
part0000_split_075.html
part0000_split_076.html
part0000_split_077.html
part0000_split_078.html
part0000_split_079.html
part0000_split_080.html
part0000_split_081.html
part0000_split_082.html
part0000_split_083.html
part0000_split_084.html
part0000_split_085.html
part0000_split_086.html
part0000_split_087.html
part0000_split_088.html
part0000_split_089.html
part0000_split_090.html
part0000_split_091.html
part0000_split_092.html
part0000_split_093.html
part0000_split_094.html
part0000_split_095.html
part0000_split_096.html
part0000_split_097.html
part0000_split_098.html
part0000_split_099.html
part0000_split_100.html
part0000_split_101.html
part0000_split_102.html
part0000_split_103.html
part0000_split_104.html
part0000_split_105.html
part0000_split_106.html
part0000_split_107.html
part0000_split_108.html
part0000_split_109.html
part0000_split_110.html
part0000_split_111.html
part0000_split_112.html
part0000_split_113.html
part0000_split_114.html
part0000_split_115.html
part0000_split_116.html
part0000_split_117.html
part0000_split_118.html
part0000_split_119.html