Me desordeno, amor, me desordeno cuando voy en tu boca, demorada;

y casi sin querer, casi por nada, te toco con la punta de mi seno.

 

 

 

Lo recité todo en la mente. Tiene razón, dije y el director me enseñó todos los dientes complacido por mi prudencia y buen senso. Esa tarde tan pronto llegué a casa, solté los libros y fui rumbo a La moderna poesía. En sus estantes no estaban expuestas las obras de Guillermo del Toro, tampoco en las librerías cercanas. Era como si él nunca hubiera escrito nada. Sin embargo, entre las tantas dependientas que se quedaban obtusas al oír ese nombre, una explicó que sus libros fueron retirados, alguna otra edición agotada y no reeditada. Siempre ella recordó una poesía y una frase del autor: «Los cubanos están demasiado ocupados con sus problemas cotidianos, por lo que no tendrán tiempo para leer mis poemas.» Al día siguiente otra vez en la biblioteca de la escuela, la bibliotecaria del otro turno, me miró curiosa e interrogante cuando pregunté si sabía dónde podía encontrar literatura maldita, prohibida, indeseada.

-Tú sabes que por eso puedo hacer que llamen a tus profesores y a tus padres.

-No, por favor. Deje a todos ellos donde están. Es una cosa mía.

-Vamos a ver, ¿qué autor de esos le interesa?

-¿Podrá ser... –(seguía mirándome seria y escudriñadora, pero solté el nombre)-, Guillermo del Toro?

La mirada cayó pesadamente sobre el buró.

-Ah... ese. Si tanto te interesa, ¿por qué no le preguntas a él personalmente?

-No veo la forma, créame. –No iba a decirle que por años lo busqué, que esperaba encontrar en el rostro de los hombres su rostro, pero mi búsqueda se redujo a malas imitaciones y estúpidos parecidos. La bibliotecaria abrió la boca otra vez:

-Da clases de literatura en otra escuela –y ante mi mirada de sorpresa-: Mi sobrina estudia allí. La verdad es que no sé por qué nuestra Revolución sigue dándole trabajo a chusma como esa...

Para qué agregar lo otro que dijo. No importa. Salí de la biblioteca apretando el poemario de Guillermo contra el pecho y jurándome que antes de finalizar el curso me mudaría de preuniversitario. Hay que ver cómo cambia de idea el ser humano. Yo que en otros tiempos por nada hubiera tomado una decisión igual. Mis padres pusieron el grito en el cielo. «Pero, ¿cómo es posible? ¿Cómo se te ocurre cambiar a mitad de curso?» Después se tranquilizaron porque acostumbrados a mi ir contra la corriente,

El pintor: Siempre te amaré
titlepage.xhtml
part0000_split_000.html
part0000_split_001.html
part0000_split_002.html
part0000_split_003.html
part0000_split_004.html
part0000_split_005.html
part0000_split_006.html
part0000_split_007.html
part0000_split_008.html
part0000_split_009.html
part0000_split_010.html
part0000_split_011.html
part0000_split_012.html
part0000_split_013.html
part0000_split_014.html
part0000_split_015.html
part0000_split_016.html
part0000_split_017.html
part0000_split_018.html
part0000_split_019.html
part0000_split_020.html
part0000_split_021.html
part0000_split_022.html
part0000_split_023.html
part0000_split_024.html
part0000_split_025.html
part0000_split_026.html
part0000_split_027.html
part0000_split_028.html
part0000_split_029.html
part0000_split_030.html
part0000_split_031.html
part0000_split_032.html
part0000_split_033.html
part0000_split_034.html
part0000_split_035.html
part0000_split_036.html
part0000_split_037.html
part0000_split_038.html
part0000_split_039.html
part0000_split_040.html
part0000_split_041.html
part0000_split_042.html
part0000_split_043.html
part0000_split_044.html
part0000_split_045.html
part0000_split_046.html
part0000_split_047.html
part0000_split_048.html
part0000_split_049.html
part0000_split_050.html
part0000_split_051.html
part0000_split_052.html
part0000_split_053.html
part0000_split_054.html
part0000_split_055.html
part0000_split_056.html
part0000_split_057.html
part0000_split_058.html
part0000_split_059.html
part0000_split_060.html
part0000_split_061.html
part0000_split_062.html
part0000_split_063.html
part0000_split_064.html
part0000_split_065.html
part0000_split_066.html
part0000_split_067.html
part0000_split_068.html
part0000_split_069.html
part0000_split_070.html
part0000_split_071.html
part0000_split_072.html
part0000_split_073.html
part0000_split_074.html
part0000_split_075.html
part0000_split_076.html
part0000_split_077.html
part0000_split_078.html
part0000_split_079.html
part0000_split_080.html
part0000_split_081.html
part0000_split_082.html
part0000_split_083.html
part0000_split_084.html
part0000_split_085.html
part0000_split_086.html
part0000_split_087.html
part0000_split_088.html
part0000_split_089.html
part0000_split_090.html
part0000_split_091.html
part0000_split_092.html
part0000_split_093.html
part0000_split_094.html
part0000_split_095.html
part0000_split_096.html
part0000_split_097.html
part0000_split_098.html
part0000_split_099.html
part0000_split_100.html
part0000_split_101.html
part0000_split_102.html
part0000_split_103.html
part0000_split_104.html
part0000_split_105.html
part0000_split_106.html
part0000_split_107.html
part0000_split_108.html
part0000_split_109.html
part0000_split_110.html
part0000_split_111.html
part0000_split_112.html
part0000_split_113.html
part0000_split_114.html
part0000_split_115.html
part0000_split_116.html
part0000_split_117.html
part0000_split_118.html
part0000_split_119.html