11

Todos juntos y al mismo tiempo solos

 

 

 

Cinco de la madrugada. Recordar esos pasajes me han mantenido despierta. Pronto tendré que incorporarme a mi rutina, al ajetreo de esta ciudad incierta y desordenada que ahora parece sin vida. Casi diría que da lástima ver la calle. Hasta el policía de la esquina se recogió y en las puertas del hotel una tenue luz amarilla ilumina los helechos. ¡Qué silencio!

De pronto aparece una sombra en la calle. Lleva un vestido. Se detiene y observa hacia el hotel. Ahora da media vuelta y se va meneando el culo con paso sospechoso. Repaso su silueta, su forma de caminar y saco conclusiones. Nadie es como Roberta.

Cuando Roberta regresó de Italia la primera vez, me entró una curiosidad terrible por saber si también se había operado alguna otra parte del cuerpo. Luego me arrepentía de tener esos pensamientos raros. Su vida en aquel país lejano no era fácil. A los cuatro meses tuvo que dejar al italiano, la obsesión de aquel mamón era que Roberta follara con varios tipos y mujeres a la vez. Y él miraba. Ah, le encantaba mucho, mirar, quiero decir; se había vuelto un puerco asqueroso. Roberta fue a parar a la calle, pero en Milano hay muchos solares con tanta peste y mugre como en La Habana, sólo que llenos de emigrantes, clandestinos y putas. A uno de esos fue a parar Roberta, pagando un alquiler altísimo por un cuartucho de diez metros sin cocina ni baño. Para colmos de males por la noche tenía que salir porque regresaba el pakistaní, el otro alquilado y ocupaba la cama. Una de esas noches, se guarecía de la nieve bajo el portal de un supermercado «Ah, no te imaginas cuánto grandes son los supermercados», y conoció a un transvertido brasileño. Dicen que ese tipo de gente es muy rara y mala, pero no es verdad. Gracias al transvertido Roberta se mudó para una vivienda mejor y conoció a la dueña de una tienda que lo invitó a trabajar con ella. “Tuve suerte -dice Roberta-, pero el correo se me llena de publicidad y me estrangulan los impuestos. Por eso a veces no uso la calefacción. Pocas semanas al año veo las delgadas piernas de las mujeres y el físico estatuario de los hombres. Estoy al borde del stress”. Sin embargo Roberta resiste. Acostumbró su cuello a las bufandas y el cuerpo a los sobretodos. Resiste, aferrándose a la palabra resistir, porque Roberta se fue para decidir sin necesidad de mentir a mismo, para librarse de tener que inventarse y de obligarse a vivir una vida que no le pertenece, viviendo en otro cuerpo y con un nombre de hombre sólo para satisfacer a otros.

El pintor: Siempre te amaré
titlepage.xhtml
part0000_split_000.html
part0000_split_001.html
part0000_split_002.html
part0000_split_003.html
part0000_split_004.html
part0000_split_005.html
part0000_split_006.html
part0000_split_007.html
part0000_split_008.html
part0000_split_009.html
part0000_split_010.html
part0000_split_011.html
part0000_split_012.html
part0000_split_013.html
part0000_split_014.html
part0000_split_015.html
part0000_split_016.html
part0000_split_017.html
part0000_split_018.html
part0000_split_019.html
part0000_split_020.html
part0000_split_021.html
part0000_split_022.html
part0000_split_023.html
part0000_split_024.html
part0000_split_025.html
part0000_split_026.html
part0000_split_027.html
part0000_split_028.html
part0000_split_029.html
part0000_split_030.html
part0000_split_031.html
part0000_split_032.html
part0000_split_033.html
part0000_split_034.html
part0000_split_035.html
part0000_split_036.html
part0000_split_037.html
part0000_split_038.html
part0000_split_039.html
part0000_split_040.html
part0000_split_041.html
part0000_split_042.html
part0000_split_043.html
part0000_split_044.html
part0000_split_045.html
part0000_split_046.html
part0000_split_047.html
part0000_split_048.html
part0000_split_049.html
part0000_split_050.html
part0000_split_051.html
part0000_split_052.html
part0000_split_053.html
part0000_split_054.html
part0000_split_055.html
part0000_split_056.html
part0000_split_057.html
part0000_split_058.html
part0000_split_059.html
part0000_split_060.html
part0000_split_061.html
part0000_split_062.html
part0000_split_063.html
part0000_split_064.html
part0000_split_065.html
part0000_split_066.html
part0000_split_067.html
part0000_split_068.html
part0000_split_069.html
part0000_split_070.html
part0000_split_071.html
part0000_split_072.html
part0000_split_073.html
part0000_split_074.html
part0000_split_075.html
part0000_split_076.html
part0000_split_077.html
part0000_split_078.html
part0000_split_079.html
part0000_split_080.html
part0000_split_081.html
part0000_split_082.html
part0000_split_083.html
part0000_split_084.html
part0000_split_085.html
part0000_split_086.html
part0000_split_087.html
part0000_split_088.html
part0000_split_089.html
part0000_split_090.html
part0000_split_091.html
part0000_split_092.html
part0000_split_093.html
part0000_split_094.html
part0000_split_095.html
part0000_split_096.html
part0000_split_097.html
part0000_split_098.html
part0000_split_099.html
part0000_split_100.html
part0000_split_101.html
part0000_split_102.html
part0000_split_103.html
part0000_split_104.html
part0000_split_105.html
part0000_split_106.html
part0000_split_107.html
part0000_split_108.html
part0000_split_109.html
part0000_split_110.html
part0000_split_111.html
part0000_split_112.html
part0000_split_113.html
part0000_split_114.html
part0000_split_115.html
part0000_split_116.html
part0000_split_117.html
part0000_split_118.html
part0000_split_119.html