Prepararte para grabar la demo
Los aspectos más importantes de tu demo son que el sonido esté bien grabado, que la música esté bien mezclada y que no parezca que te has limitado a juntar veinte temas sin pensar demasiado. Tu demo debe dejar ver que tienes una visión de cómo entretener y de cómo hacer avanzar una sesión de principio a fin.
Probablemente, grabes tu primera demo en tu habitación, pero con el tiempo puede que estés lo bastante cómodo con tus habilidades como para grabar una sesión en vivo y pasársela a algunas personas.
Programar tu sesión
Los temas que pongas en una demo y la forma en que progreses de principio a fin dependen de ti y de tu estilo de DJ. A algunos DJ les gusta que sus demos imiten los CD de mezclas profesionales; empezar con un sample de una película o unos cuantos efectos de sonido de ambiente, mezclar el primer tema —que también tiene una introducción tranquila— e ir construyendo la mezcla durante los próximos 90 minutos. Otros prefieren limitarse a poner un primer tema con un ritmo machacón, pulsar Start y seguir a partir de ahí; ¡estos DJ no necesitan una introducción suave!
Los DJ de progressive y trance son los que suelen utilizar la introducción gradual en la mezcla porque establece la atmósfera de lo que está por venir. A los DJ de house lo que les interesa es el ritmo y la musicalidad de lo que pinchan, así que empezar con el ritmo de bombo y la melodía de bajo, o unas voces potentes con el ritmo entrando dieciséis compases más tarde (vuelve al capítulo 15) es una forma realmente potente de arrancar para los DJ de este estilo.
La calidad y el estilo de tu demo son un reflejo de tu
personalidad como DJ. Si te limitas a repetir una sesión de Zane
Lowe de principio a fin, ¿qué harás el primer día en que te
encuentres de pie en la cabina del DJ y tengas que crear algo
partiendo de cero? ¡Al cabo de cinco semanas seguidas de poner la
misma sesión, el club se dará cuenta de que eres incapaz de mezclar
si no plagias!
Lo último que debes tener en cuenta antes de ponerte a revolver en tu biblioteca de temas es mostrar qué tipo de música puedes pinchar. Si tienes pensado enviar una demo a un club de rock, no es muy pertinente poner en la mezcla un poco de epic trance. Y, si vas a enviar una mezcla a un club house o comercial con vistas a ser el DJ de principio a fin, probablemente te convenga crear una sesión que empiece con un poco de música house tranquila, suba de tempo y energía y acabe con temas que sabes que harán que el público se vuelva loco en la pista.
Elegir y ordenar los temas
En los meses (o semanas, si es que tienes un talento natural) que te has pasado dominando las técnicas del DJ, probablemente habrás desarrollado unas cuantas mezclas para pasar de un tema a otro que te ponen la piel de gallina cuando las interpretas (no debes avergonzarte de sentirte orgulloso de lo que haces; ¡si tu mezcla te hace sonreír, es probable que también haga sonreír a todos los demás!). Si tienes seis o siete de estas mezclas individuales entre dos temas, eso te ofrece doce o catorce temas con los que trabajar para tu demo. Suponiendo que cada pista dure unos 4 minutos, tienes algo menos de 1 hora de música para pinchar.
Según la variedad de música que tengas en tu biblioteca de DJ, sin duda algunas de estas pistas tendrán estilos ligeramente distintos y no se mezclarán bien con ninguna de las otras. No obstante, sigues teniendo una biblioteca repleta de temas que te encanta pinchar, así que ten en cuenta algunos de ellos como temas de transición que te ayuden a mantener la cohesión de tu mezcla.
A partir de los catorce temas que sabes que quieres utilizar
en tu demo puedes crear un mapa de la mezcla si los colocas en orden.
Si, por ejemplo, tu lista de reproducción actual contiene dos
pistas house tranquilas, dos pistas dance ligeras de las listas de
éxitos, cuatro temas house
con voces, dos animadas pistas de
uplifting house americano y cuatro pistas de trance, el siguiente es un orden
bastante bueno:
House
suave
House
vocal
Uplifting
house americano
Temas
de lista de éxitos (pop, mainstream)
Trance
El orden da a la mezcla una progresión de potencia de principio a fin. La estructura de esta lista de reproducción es muy simple y básica, y desde luego no es apropiada para muchos estilos musicales, DJ y clubes en los que quieras pedir trabajo, pero la idea de progresar a lo largo de una mezcla, en lugar de limitarte a poner canciones en la mezcla porque crees que pueden mezclar bien, es crucial para mostrar tus habilidades globales como DJ, y no simplemente tus habilidades para mezclar y hacer beatmatching.
El capítulo 18 contiene más información sobre cómo crear una lista de temas variada para la sesión, así que, antes de grabar tu primera demo, trata de entender bien lo que significa progresar en la mezcla; luego puedes empezar a experimentar con el orden en el que pincharás tus temas, variando la energía de la mezcla arriba y abajo como una montaña rusa.
Cubrir los huecos
Repasa tu biblioteca de música en busca de temas de transición que te ayuden a progresar de un nivel de energía o género al siguiente. A veces encontrarás uno de estos temas de transición que se mezclará estupendamente, será del género perfecto e incrementará la energía lo bastante como para ser la opción ideal para pasar al tema siguiente. En ocasiones, los dos temas que estás intentando unir no se dejan unir bien porque el salto de ritmo y estilo es tan grande que sería imprudente tratar de forzar la mezcla (lo que yo llamo empotrar un tema).
No incluyas temas para cubrir los huecos entre tus temas originales sólo porque son “pegamento musical”. Utilízalos únicamente si quieres pincharlos y quieres de verdad incluirlos en la mezcla. No incluyas nunca un tema en la mezcla únicamente con la finalidad de pasar de un tema a otro. Tanto si se trata de un sample de voz como de un clip de una película o de otro de los temas de tu colección, tienes que sentirte satisfecho de que ese tema refleje tu personalidad como DJ, porque lo has elegido y lo has incluido en la mezcla.
Ten cuidado si tienes pensado utilizar técnicas de mezcla
como spinbacks, dead stops o incluso fade outs
(consulta el capítulo 16) para resolver los
posibles problemas de mezcla entre tus temas. Pueden ser
increíblemente eficaces y agregar un nivel de emoción (y energía) a
la mezcla, pero, si la ejecución es mediocre o a destiempo (o
demasiadas veces), pueden sonar como si los utilizases porque eres
incapaz de mezclar de un tema a otro. En tu demo estás demostrando tus
habilidades como DJ, así que estas técnicas pueden, de hecho,
volverse en tu contra.
Con un poco de suerte, al añadir estos temas de transición a los que elegiste originalmente, la mezcla no dura más de los 74 minutos que caben en un CD (suponiendo que sea lo que tienes previsto enviar). Si la mezcla dura más de 74 minutos, vuelve a examinar tu lista de temas y quita alguno de los menos potentes.
Practicar tu sesión
Una vez elegidos todos tus temas y decidido el orden en el que crees que sonarán mejor, ha llegado el momento de practicar tu sesión por fases antes de interpretarlo todo de una vez.
Graba tus sesiones de práctica para poder volver a
escucharlas. Es gracioso cómo las mezclas pueden sonar bien
mientras las ejecutas, pero al volverlas a escuchar suenan
apresuradas y amateur. Claro que también pueden sonar mejor de lo que
creías.
En esta etapa, no dejes de experimentar con la forma de mezclar tus temas. Si crees que una mezcla entre dos temas específicos puede ser ligeramente mejor, confía en tu instinto y busca formas de mejorar lo que estás intentando hacer.
Hazte las siguientes preguntas sobre tu mezcla:
Si
cambias la transición entre los temas en cuatro, ocho o dieciséis
compases, ¿se nota la diferencia?
Si
inicias el nuevo tema dieciséis compases más tarde, ¿encaja
todo?
¿Utilizas el ecualizador y los
faders con la
sutileza suficiente para crear la mezcla uniforme que
pretendes?
Por
última vez: ¿estás seguro de que el orden de tus temas es el mejor
posible?
Da respuesta a cada una de las cuestiones y crea la mejor mezcla que seas capaz de crear.
Con la práctica se llega más allá de la perfección
Si tardas mucho tiempo en montar y ejecutar toda la mezcla, no te preocupes. Cuando empezaste a crear la mezcla, lo más probable es que fueses incapaz de interpretarla en directo ante un público. Por tanto, una mezcla perfecta probablemente no era un reflejo exacto de tus capacidades en ese momento, y practicar la sesión ofrece unas cuantas ventajas fundamentales:
Cuando
practicas la sesión hasta lograr la perfección, pones en juego tu
mejor trabajo para que otros lo oigan.
Practicar la sesión una y otra vez, y analizar
cómo mejorarla es la mejor forma de desarrollar las habilidades que
necesitas para distinguir una mala mezcla y saber cómo mejorarla o
arreglarla. Ésta es una habilidad que podrás utilizar en todas tus
mezclas en el futuro.
Cada
vez que practicas la sesión, la repetición hace aumentar de forma
increíble las habilidades de beatmatching y el conocimiento de
la estructura rítmica.
Crear
una sesión que te haga sentir entusiasmo, una sesión con una
finalidad más allá de la mera práctica y que utiliza temas que te
encanta escuchar elimina por completo el factor aburrimiento ¡y tus
habilidades se desarrollan sin que te des cuenta!
Practica la sesión hasta que te encuentres totalmente cómodo interpretándola. Es importante llegar a la fase en que conoces los puntos de mezcla y los puntos de inicio como la palma de tu mano, y también que estés satisfecho con la configuración del ecualizador y las extrañas anomalías de volumen que puedan ocurrir (lea la sección que hay más adelante “Cuidar el proceso de sonido”).
Prepararte para grabar
Antes de poder empezar a grabar tu demo, necesitas configurar tu equipo para asegurarte de lograr la mejor calidad de sonido posible. Hay dos factores que pueden afectar a tu calidad de sonido:
Necesitas una grabadora de buena calidad que
sepas manejar, que sea capaz de grabar fielmente tu mezcla sin
fallos, sin bloqueos y sin cortar la mezcla a mitad.
Necesitas estar familiarizado con tu mesa de
mezclas y saber controlar su salida de sonido.
Evitar grabaciones de baja calidad
Lo único peor que una demo
con una mezcla mal hecha y una elección pésima
de música es una demo
mal grabada. Ten siempre en cuenta que no
importa a quién le envíes la demo
(tu mejor amigo, tu madre o Paul Oakenfold),
esta mezcla es un escaparate de tus habilidades de DJ. ¡Si está mal
grabada, perderás puntos al instante y serás tachado de poco
profesional!
Demos en cinta o en CD
Desde un punto de vista puramente funcional, a estas alturas deberías grabar un CD de demo de tu mezcla, no una cinta. Aparte del hecho de que las cintas ya casi están obsoletas, la calidad de sonido en CD es mucho mejor, y la posibilidad de saltar pistas hasta la mezcla siguiente en el CD, en lugar de pelearte con el botón de avance rápido de una platina de casete, hace que el CD sea el formato preferible.
Si tienes tiempo (y dinero para afrontar el coste superior), graba en ambos formatos. Quizá sea una pérdida de tiempo grabar una cinta, pero ¿por qué vas a reducir las opciones de audición de tu mezcla? Cuando envías ambos formatos estás transmitiendo consideración y preocupación por las personas que intentas que te den trabajo, porque es posible que no dispongan de un reproductor de cintas o de CD en el lugar donde van a escuchar la demo (en el coche, por ejemplo).
Si vas a grabar en cinta, es esencial que lo hagas correctamente. Distintas marcas de cinta tienen diferentes tolerancias a la potencia de señal que son capaces de manejar (esto es, el volumen al que la música va de la mesa de mezclas a la grabadora de cintas). El embalaje de la cinta te indica el intervalo perfecto (en decibelios). Si la música está demasiado alta, el sonido distorsiona y se oye un fuerte silbido, lo que afecta a la claridad y al brillo de la música.
A pesar de que un CD grabado a bajo volumen suena bajo en un equipo estéreo, no deberías tener ningún problema con la calidad de sonido en grabaciones de nivel bajo. En cambio, si pones los niveles de grabación en el CD (o el ordenador) demasiado altos, tendrás graves problemas de recorte (clipping) digital, y la música sufrirá cortes, aparecerá y desaparecerá, un tipo de sonido espantoso que hay que evitar a toda costa.
No repartas demos malas a sabiendas
La primera vez que probé a hacer de DJ tenía un equipo de alta fidelidad que a ratos perdía las altas frecuencias de la música mientras grababa. Estaba entusiasmado con lo de ser DJ y quería que todos mis amigos tuviesen cintas mías. Todo el mundo aceptaba educadamente mis cintas, pero un día que fui a casa de un amigo vi mi cinta de mezclas Recession junto al equipo de alta fidelidad, con cinta cubriendo los orificios de protección antigrabación. Cuando le pregunté por ello, me dijo que, aunque le gustaba la mezcla, después de escucharla una vez se había hartado de los problemas de sonido y había decidido que prefería grabar a Pete Tong de la radio. Eso me dolió bastante, pero me enseñó una valiosa lección.
Dominar el MiniDisc y el DAT para demos
Quizá tienes en casa un grabador de MiniDisc o un grabador profesional de DAT (Digital Audio Tape, cinta de audio digital), y puede que te sientas tentado de enviar demos en estos formatos. Sin embargo, ten en cuenta que son muy pocas las personas que poseen el equipo para reproducir estos formatos.
Tu mejor opción, si es que realmente quieres utilizar estos equipos para grabar, es utilizarlos para grabar “masters” de tu mezcla, que luego puedes usar para hacer todas las copias en CD o cinta que quieras enviar.
Corregir los niveles de grabación
Para asegurarte de que las mezclas que grabas estén equilibradas y tengan volumen suficiente para impedir que se oiga el silbido de la cinta pero sin riesgo de distorsión del CD, tu grabadora necesita algún tipo de indicador de nivel de grabación.
Este indicador suele ser similar al visualizador de VU de tu mesa de mezclas, dos líneas de LED de distintos colores (verde, amarillo y, finalmente, rojo) en función de la potencia de la señal. El medidor debe ser tal que la música que sobrepase cierto nivel (a veces, cuando llegue a +3 decibelios) haga que se empiecen a encender los LED rojos.
Si tu grabadora puede aceptar hasta +8 decibelios de potencia de entrada antes de empezar a distorsionar y pones el nivel de grabación al máximo normal de +3 decibelios, si la música tiene un pico de 2 decibelios en una parte del tema inesperadamente alta, sigues estando dentro de los límites de grabación de tu equipo (porque la señal es de sólo +5 decibelios, que está aún a 3 decibelios por debajo del límite de grabación). Si pones el nivel de grabación muy cerca de la marca de los +8 decibelios para la reproducción normal de tus discos, cuando se presente este pico musical de 2 decibelios, el nivel será de +10 decibelios, y la grabación quedará distorsionada.
Limitadores
Los limitadores se utilizan para recortar los picos de nivel y así impedir la distorsión. Si tienes un limitador en tu grabadora doméstica, probablemente tendrá un ataque muy duro, de modo que, en caso de que haya un pico en la música, el limitador reducirá inmediatamente el nivel global de la música en 2 o 3 decibelios. Este descenso puede ser muy notable en la grabación, y sonar como si hubieses dado, por accidente, una bajada brusca del nivel de salida de tu mesa de mezclas.
Algunos limitadores profesionales son de una calidad realmente buena, y los puedes utilizar como red de seguridad para picos inesperados de la señal musical. Pero sigo recomendando que te concentres en establecer correctamente los niveles de grabación para empezar, y así no perderás calidad y claridad cuando se active el limitador.
Adaptar los niveles
La mejor forma de controlar los niveles de audio que se graban es asegurarse de que, cuando la música está sonando en su punto más alto, el medidor de nivel de salida de la mesa de mezclas muestre lo mismo que el medidor del nivel de entrada de la grabadora. De esta forma, puedes ver que los LED de salida de la mesa de mezclas muestran +3 decibelios y quedarte tranquilo de que la grabadora también está grabando la música a +3 decibelios.
Alinear tu equipo
Configurar tu equipo de manera que todo lo que mires muestre
el mismo valor se denomina alinear el equipo. Esta alineación se
lleva a cabo reproduciendo un tono de referencia a través de la
mesa de mezclas. Un tono de referencia habitual es una onda
sinusoidal constante de 1 kilohercio.
Es mejor utilizar un tono constante, porque de este modo puedes estar seguro de que mides un nivel de señal exacto. Si utilizas música para alinear, los LED se iluminan de forma errática y parpadean arriba y abajo para mostrar los diferentes cambios en el nivel de la señal. Un tono constante es, precisamente, eso: constante. El nivel (y los LED) sólo cambian si mueves los faders de la mesa de mezclas o el control de entrada de la grabadora.
El proceso de alinear el equipo mediante un tono funciona de la siguiente manera:
1. Si no dispones de tu propio tono de referencia, descarga uno de www.recess.co.uk (en inglés) y pásalo a CD o MP3. No importa que uses giradiscos: basta con que te hagas con un reproductor de CD o MP3 para conectarlo a tu mesa de mezclas y hagas sonar este tono en uno de los canales.
2. Si necesitas pulsar un interruptor o botón para ver el nivel de entrada que viene de la mesa, hazlo ahora (consulta el capítulo 10 para más información sobre los controles del nivel de entrada).
3. Ajusta la ganancia en la mesa de mezclas (mediante los controles de ganancia) de modo que los LED de nivel de entrada de la mesa de mezclas muestren +3 decibelios. Este ajuste puede implicar aumentar o reducir el control de ganancia. Si estás reproduciendo el tono de referencia por los auriculares de un reproductor MP3, la señal puede ser más débil de lo normal; en tal caso, sube el volumen del reproductor, aparte del control de ganancia, para asegurarte de que el nivel de entrada sea de +3 decibelios.
4. Pon el fader correspondiente a este canal en la posición máxima en la que lo pondrías si estuvieses reproduciendo un tema normalmente. Para los DJ de scratch, suele ser directamente en el extremo. Para los DJ de mezclas, de fiesta y de rock, siempre recomiendo poner el máximo a tres cuartos del recorrido (en la sección “Mantener un volumen uniforme”, en este mismo capítulo, explico por qué).
5. Si necesitas cambiar de nuevo los LED del display para que muestren el nivel de la Master Output (salida maestra), hazlo ahora.
6. Utiliza el fader del control de nivel maestro para que los LED de la salida de la mesa de mezclas muestren +3 decibelios. Una vez hecho este ajuste, los cambios que hagas en el control de ganancia del canal de entrada se reflejarán en la lectura del display de la mesa de mezclas. Si reduces la ganancia del tono de referencia a sólo cero decibelios, notarás que los LED de nivel de la Master Output también caen a cero decibelios.
(Si acabas de intentar configurar la ganancia a cero decibelios, vuelve a poner la ganancia —y, por tanto, el nivel maestro— a +3 decibelios antes de continuar.)
7. Ajusta el nivel de grabación en la grabadora de cinta. Para establecer este nivel, simplemente sube (o baja) el control de entrada para que los LED muestren +3 decibelios en la grabadora.
El nivel de +3 decibelios se utiliza únicamente para alinear los equipos y hacer que los LED muestren lo mismo. Si quieres enviar una salida de +6 decibelios al dispositivo de grabación, sube el control de ganancia en la entrada del canal a +6 decibelios, y verás que en el display de nivel de la Master Output y en el del equipo de grabación se muestran +6 decibelios.
Por desgracia, esta precisa guía sobre cómo alinear tu
equipo sólo funciona bien si tu equipo de grabación dispone de
control del nivel de grabación. Si envías la música a un equipo de
alta fidelidad doméstico con un nivel de grabación preestablecido,
deberás pasar mucho tiempo intentando averiguar —por ensayo y
error— el nivel de salida adecuado para tu mesa de mezclas a fin de
crear grabaciones de buena calidad.