Deslízate con los deslizadores
Aparte de su función antiestática, el deslizador es un elemento clave para convertir tus nuevos giradiscos de un simple buen par de tocadiscos en instrumentos de DJ totalmente funcionales.
El
deslizador tiene la misma forma y tamaño que un disco de 30
centímetros, y se coloca entre el disco y el plato (la parte del
giradiscos que da vueltas para que el disco gire). Los deslizadores
suelen estar hechos de fieltro y, si has seguido mi consejo del
capítulo 6 sobre asegurarse de que el plato de tu giradiscos sea
suave y metálico, comprobarás que la baja fricción entre el fieltro
y el plato hace que el plato siga girando bajo el disco mientras
sostienes el disco para que esté parado. Esta simple función del
deslizador es extremadamente importante si quieres que un disco
empiece a sonar en un momento, y es esencial para que el
beatmatching salga
bien.
Si el plato deja de girar debajo del disco, al soltar el disco para que empiece a sonar de nuevo puede pasar casi un segundo hasta que toma velocidad, lo que significa que el disco empieza más tarde de lo que tenías previsto. El deslizador ayuda a que el plato siga girando bajo el disco parado, así que el disco tarda muy poco tiempo en adquirir la velocidad máxima, y empieza a sonar exactamente en el momento que tú quieres que lo haga.
Este deslizamiento sin fricción es también esencial para el DJ de scratch, para que pueda mover el disco atrás y adelante con facilidad, sin la resistencia y la inercia de mover todo el peso del plato junto con el disco. Ésta es la forma de situar el deslizador:
El
plato (la parte que gira y tiene bultos en el lateral) está debajo
de todo.
El
deslizador va encima del plato.
El
disco se sitúa directamente encima del deslizador.
Cuando compres tus giradiscos, probablemente lleven un
pesado disco de goma sobre el plato, y el deslizador encima. Quita
este disco de goma y tendrás la misma configuración que he indicado
en la lista anterior. Si dejas puesto el disco de goma, el
deslizador no se deslizará sobre él, y el plato se quedará parado
cuando quieras detener el deslizador.
Elección del deslizador apropiado
Los dos conceptos de diseño que afectan al deslizamiento de tu deslizador son su grosor y peso, y el tipo de dibujo que hay impreso en él.
Un buen deslizador está hecho de fieltro suave y compacto, y
es delgado y ligero. Si el deslizador es demasiado grueso y pesado,
y el fieltro demasiado áspero (o demasiado sedoso), la fricción
adicional afecta al plato, haciendo que gire mucho más lento bajo
un disco parado, o haciendo que se pare del todo.
Puedes usar la imagen impresa en el deslizador como expresión de tu personalidad. Busca cualquier tienda de discos en línea y encontrarás una gran variedad de deslizadores con distintos logotipos, dibujos, fotos y colores. Estos deslizadores pueden ser muy bonitos de aspecto, pero intenta evitar las versiones baratas e impresas en toda su superficie, porque, según la técnica de impresión, es posible que el deslizador se adhiera al disco y cause problemas de resistencia, o el dibujo puede desgastarse y quedar feo, e incluso dañar tus discos.
Mi primer juego de deslizadores era de segunda mano (como los giradiscos), y el dibujo había empezado a borrarse y a ponerse un poco quebradizo, lo que acabó por rayar algunos de mis preciados temas. Para resolver este problema me limité a darle la vuelta al deslizador, con lo que el logo quedaba en contacto con el plato y el fieltro, con el disco. Este método, además, reducía aún más la fricción, y el deslizador era mucho más... deslizante.
Ganar la guerra de la fricción
Cuando mantienes el disco parado, la potencia del motor (denominada par motor) afecta directamente a la facilidad con la que el plato sigue girando debajo. Si tu motor es poco potente, u (¡horror!) has elegido giradiscos de tracción por correa (en el capítulo 6 se trata más la cuestión de la elección de giradiscos), el motor puede pasarlo mal para girar, por mucho que tus deslizadores acaben con el máximo de fricción posible.
Si ves que tus giradiscos se quedan parados cuando sostienes
el disco sin dejar que se mueva, antes de echarles la culpa a los
giradiscos, examina tu técnica. No hace falta que aprietes mucho el
disco hacia abajo para tenerlo parado: debería bastar con apoyar
uno o dos dedos cerca del borde exterior. Un exceso de presión
añade resistencia, y eso puede hacer que el plato deje de
girar.
Si estás convencido de que se trata de un problema de fricción entre el deslizador y el plato y necesitas reducir la fricción, existen productos comerciales para ello, como Flying Carpets, que puedes poner entre el deslizador y el plato. Sin embargo, antes de gastar aún más dinero, prueba el remedio casero de utilizar papel encerado.
Corta un trozo circular de papel encerado del mismo tamaño que el deslizador y ponlo entre el deslizador y el plato; es una forma perfecta de reducir la fricción y la resistencia. Si no quieres ir expresamente a comprar papel encerado para esto, mira las fundas interiores de protección de tus discos. Es posible que encuentres alguna hecha de papel encerado. Pero recuerda proteger el disco con otra cosa si le quitas su funda interior.
Ésta es la forma de hacer un antifricción:
1. Pon el papel encerado o funda interior de disco en una superficie plana donde puedas cortar. Una alfombra, una mesa de comedor y el capó de tu coche son superficies que te sugiero que no utilices.
2. Utiliza tu deslizador como plantilla y una herramienta de corte afilada para cortar un círculo de 12 pulgadas (30 centímetros) de papel encerado.
3. Marca el centro del papel pasando un bolígrafo por el centro del deslizador y haz un pequeño agujero en ese punto para pasar el eje central del giradiscos.
4. Pon este trozo de papel encerado entre el plato y el deslizador y pruébalo. Comprobarás que ahora el disco se desliza más fácilmente.