89
No eres lo que logras, eres lo que superas
Ganar es muy fácil y muy bonito, a todos nos gusta ganar y sentirnos bien. Pero fallar... eso es más complicado. Y qué decir de aceptar que el error haya sido culpa nuestra... Pero ése es otro capítulo. La realidad es que nuestra genética no es de saber perder, no nos han educado para ello, por lo que tu verdadera madurez como persona vendrá cuando seas consciente de que has sabido superar derrotas. No nos podemos venir abajo cada vez que fallamos, cada error es una oportunidad de mejora si sabemos rectificar a tiempo y asumimos lo perdido. ¿Hay que equivocarse muchas veces? Evidentemente no, pero como es inevitable hay que marcarse un objetivo lo antes posible. Imaginemos a un alero de un equipo de baloncesto. Su equipo pierde de tres y necesita anotar un triple. Quedan quince segundos y el alero tira. Lamentablemente no encesta, pero tiene la habilidad de coger el rebote de ataque, pues lo ha luchado contra los altos pívots. Cuando tiene el balón en la mano, quedan siete segundos y lejos de lamentar el error anterior, el alero decide volver a tirar desde la línea de los tres puntos logrando, esta vez sí, la ansiada canasta que le da el empate a su equipo. Piedras nos encontraremos muchas en el difícil camino de la vida, pero cada vez que fallemos no habremos fracasado, ¡no lo olvides!