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No te rindas, el principio es siempre lo más duro
El pasado octubre cumplí dieciséis años como profesional de la bolsa, dieciséis años observándola prácticamente a diario y con la intención de adivinar constantemente el futuro.
A nivel profesional empecé en 1999 en agentes asociados, si bien es cierto que la primera operación la hice en 1996.
Desde mis inicios intentaba buscar una lógica a la bolsa. Siempre tuve claro que no era un juego, una secuencia numérica debía tener unas probabilidades y una sucesión de hechos debía cumplir un mismo patrón. Para ello empecé a desarrollar lo que hoy es el «Método Ajram», que puedes ver explicado en el libro Bolsa para Dummies.
Si contamos desde mis inicios (mi primera operación bursátil en 1996), tardé casi cinco años en sentir que había desarrollado un método fiable. Evidentemente iba ganando y perdiendo confianza, pero fue el fatídico 11 de septiembre de 2001, en una de las mayores catástrofes que pueda haber sentido el mundo occidental, cuando me di cuenta de que había logrado controlar la bolsa. Me había desenvuelto con éxito y eso me sirvió para entender que el «Método Ajram» funcionaba, incluso con escenarios de pánico. Esa confianza adquirida fue el empujón final para independizarme de la agencia y buscar el camino hacia la felicidad (8-8-8).
Los inicios son complicadísimos, pero no podemos rendirnos. Hemos de afrontar el desafío con ilusión y confianza. Hemos de entender que si llevamos adelante nuestro proyecto, encontraremos una enorme recompensa que optimizará perfectamente la máxima bursátil de pérdida limitada y beneficio ilimitado. Pero, sin duda, hemos de ser honestos y admitir si valemos o no para dicha tarea, ya que puede ser que realmente no seamos capaces de desarrollar nuestra idea de proyecto. En tal caso, debemos estar seguros de haber agotado todos los recursos antes de decir que no es posible.