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En la vida, como en el deporte, saber perder es fundamental
En el transcurso de un año puedo llegar a dar un centenar de conferencias por España, quizás alguna más. Y no he encontrado el sitio en el que me respondan afirmativamente a una cuestión: «¿Alguien ha tenido una asignatura donde le enseñen qué hacer cuando se pierde?».
Nadie la ha tenido y ése es un gran problema porque acostumbrar al ser humano al éxito, a que las cosas van a salir siempre bien, es peligrosísimo, puesto que cuando las cosas no salen como esperamos nos quedamos bloqueados.
Una de las máximas bursátiles para ganar en bolsa es saber perder y tener la humildad de aceptar que en cada decisión que tomemos nos podemos equivocar. Entender perfectamente que siempre que tomemos una decisión hemos de limitar la pérdida e ilimitar el beneficio, es decir, estar dispuestos a ganar más de lo que estábamos dispuestos a perder. Lamentablemente, la gente este concepto tan aparentemente sencillo no lo contempla.
Imaginemos que alguien compra acciones a 10 euros y la acción baja hasta 8 euros. ¿A qué precio se debería plantear este inversor vender si las acciones suben? La respuesta la fallaría el 90 por ciento de los lectores, según el Financial Times, que es el porcentaje de gente que acaba perdiendo dinero en bolsa a lo largo de su vida. La respuesta es que jamás debería vender antes de los 12 euros, nivel en el que al menos gana lo que estaba dispuesto a perder (2 euros por acción). Pues esta enseñanza bursátil es la que hemos de intentar aplicar en nuestra profesión.
Si diseñamos una estrategia de venta y vemos que no funciona, no esperemos a perder los clientes, seamos lo suficientemente hábiles para modificar esta estrategia y aprender de los errores de la estrategia que hemos diseñado mal. Sólo de esta manera conseguiremos la agilidad necesaria para optimizar la toma de nuestras decisiones. ¿Nos equivocaremos? Seguro, pero que cada error nos cueste lo menos posible.