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Muere con recuerdos, no con sueños
Hacer, experimentar, probar, equivocarse, acertar y volver a hacer. Hay que vivir la vida con gran intensidad. No permitas que nada ni nadie te limite la intensidad porque este momento que estás viviendo no se volverá a repetir. ¿Qué sueño te queda por cumplir? ¿Qué te impide cumplirlo?
Hoy antes de subir a mi vuelo de Las Palmas a Santiago de Compostela he recibido un mensaje que me ha fascinado.
Hace unas semanas fui a dar una conferencia a un pequeño grupo de trabajo. Una conferencia que habitualmente dura una hora, fue de tal intensidad y complicidad que duró casi dos. Allí tuve la ocasión de conocer a una persona que, al terminar, se vino abajo confesando que pese a tener un trabajo y un sueldo muy bueno no era feliz. Rápidamente le recomendé que se planteara las cosas ya que, bajo mi punto de vista, lo más sensato era dejar ese trabajo. El mensaje que he recibido hoy dice:
«Sólo quería compartir contigo una decisión que he tomado y para la cual me ayudaste tú al escucharte. Dejo mi empresa para empezar en otra multinacional mucho más interesante. Empiezo en enero y me tomo dos meses de descanso y vida plena para empezar con el 8-8-8 (8 horas para trabajar-8 horas para dormir-8 horas para mí)».
Ha tenido la valentía de tomar las riendas de su vida para perseguir su sueño que, en este caso, es pasar más tiempo con su familia, a la vez que se llena profesionalmente desarrollando su talento. Hasta la fecha trabajaba doce horas al día, perdía mucho tiempo en desplazamientos y no se sentía feliz. Ahora lucha por cumplir su sueño, ¡enhorabuena!