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50 años, gordo, diabético, pero delante de ti
En una de esas imágenes que circulan por la web vi la de un corredor que llevaba una camiseta con este titular; me pareció brillante.
La imagen estaba tomada por otro atleta ya que se veía que la escena se desarrollaba en mitad de una carrera, y me pareció sensacional la honestidad y la valentía del corredor. Me encantó su manera de declararse; es el primer paso para progresar, aceptar tus defectos y ver en qué puedes mejorar.
Si no aceptas tus defectos y los quieres esconder constantemente va a ser muy difícil que progreses y avances.
Y luego me pareció brillante la valentía de querer progresar en un ámbito que aparentemente se le presentaba hostil.
Estar en medio de una prueba, supongamos que era una prueba de 10 kilómetros, no es el clima más cálido para alguien que se declara gordo, podría ser mucho más confortable estar en un gimnasio haciendo cinta o elíptica. Pero no, él decidió buscar ese ambiente para luchar contra sus miedos y sus complejos, con respeto y sin miedo al qué dirán.
Porque en el fondo él sabe que expresándose así tiene muy poco que perder y mucho que ganar y estoy seguro que logró ese objetivo.