9
No digas «no puedo» ni en broma, porque el inconsciente no tiene sentido del humor, lo tomará en serio y te lo recordará cada vez que lo intentes
Para lograr objetivos sólo hay tres secretos, y son tan difíciles de conseguir que, por fortuna, sólo son tres.
El primer secreto es marcarse el objetivo, complicadísimo. Y si crees que es fácil, pregúntale a un chaval de dieciocho años qué quiere ser de mayor. Lamentablemente demasiada parte de la sociedad no tiene claro qué quiere ser de mayor y, peor aún, hay quien lo sabe y no se atreve a conseguirlo.
El segundo secreto para conseguir un objetivo es la constancia. Yo siempre valoro que una persona esté en la línea de salida de una carrera o de un proyecto empresarial. Se supone que esta persona ha invertido horas de entrenamiento o de preparación profesional para intentar desarrollar con éxito su idea. La constancia del día a día es durísima. ¿Tienen mérito los 50.000 participantes del maratón de Nueva York de acabar la prueba? Por supuesto. Pero lo que realmente hace que tengan mérito son las semanas de preparación que han invertido para conseguir esa meta. Sacrificar horas de sueño, comer rápido en el trabajo para poder rascar cuarenta minutos de entreno o, incluso, sacrificar estar con sus hijos una hora para poder cumplir con el rodaje de sesenta minutos previsto. Eso es lo que te da la enseñanza, el aprendizaje de que dos y dos son cuatro y que sólo una fatalidad física impedirá que cruces la línea de meta.
El tercer y último secreto, y para mí el más complicado, es creer realmente que podemos alcanzar lo que nos proponemos. Para ello, es vital visualizar la meta y visualizar que lo que quiero conseguir está a mi alcance y creerme que lo puedo lograr. Los 50.000 finishers del maratón de Nueva York lo son en parte porque visualizaron la meta; de manera consciente o inconsciente, creyeron que eran capaces de alcanzar la meta situada en Central Park. Les daba igual si les dolían las piernas, si aparecían calambres fruto de la elevada humedad o si la liebre del tiempo que deseaban conseguir se escapaba de su vista. Creían en su capacidad, en su talento. Si tú no crees que puedes alcanzar una meta, más vale que no empieces, da igual si tienes un talento excepcional, da igual si representas a una empresa brillante que intimida al cliente, da igual cómo plantees la estrategia, no lo conseguirás.
Así que borra de tu mente los pensamientos negativos y tendrás mejores resultados profesionales.