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El mundo necesita gente que ame lo que hace
Qué importante es que la gente transmita pasión por su trabajo. Y es importante porque de esta manera esta persona podrá ser más productiva y feliz cada vez que vaya a invertir, al menos, un tercio de su vida en su trabajo.
Los que tenemos la suerte de poder hacer lo que nos gusta hemos de ser conscientes del privilegio que eso supone y hemos de tener muy claro que esta realidad no es «la» realidad.
Lamentablemente, no todas las personas pueden desarrollar el trabajo deseado y eso implica altas dosis de frustración en algunos casos. Esa frustración se puede traducir en infelicidad o en improductividad laboral, lo cual va a afectar a un colectivo.
Hemos de esforzarnos por, al menos, respetar al grupo y entender que nuestra desidia puede perjudicar a los demás.
Si eres extremadamente valiente —porque no es fácil—, entonces podrás luchar por lo que puede cambiar tu vida: trabajar en lo que amas, no encontrar la diferencia entre trabajar o divertirse, encontrar el ambiente de trabajo idóneo…
Si eres empresario, preocúpate de que tu equipo trabaje en las mejores condiciones posibles, ya que el entorno que se encuentra el trabajador puede ser clave a la hora de decidir en qué empresa trabajar. Pónselo fácil, crea un grupo en el que todos sean compañeros, que no se vean como rivales, en un ambiente de trabajo agradable, y que vean y noten que hacer las cosas bien no es lo normal. De esta manera, tú consigues un alto valor en el capital humano y ellos consiguen amar lo que hacen, ¿buen trato no?