Capítulo 9

 

 

Sabe que le falta poco, tan solo una variable más que tiene que calcular para que esté completo. Pero no está segura de cuál es. Algo le dice que está cerca, que le falta poco para descifrar el problema. ¿Pero cuál es la variable?, ¿estará relacionado con la perspectiva que tiene su nuevo amigo?

Aldana está conforme con lo que avanzó en el proyecto pero no sus superiores. Trabajó fuera de horas para que no la molesten pero no era suficiente. El grupo inversor le reclamaba resultados y pronto; más que nada el Dr. Mau Joseph DuPont.

 

A la licenciada nunca le agradó el Dr. DuPont. Para ella es un personaje sin escrúpulos y tenebroso, capaz de hacer lo que sea para alcanzar sus metas sin importar el costo. Se rumorea que unos científicos desaparecieron al no poder realizar el trabajo que les había encomendado. Tenían que hacer una máquina capaz de transformar el sonido en elementos tangibles pero luego de años de investigación solamente habían logrado llegar a la fase inicial del proyecto. Los tres científicos no pudieron avanzar más y al Dr. DuPont se le acabó la paciencia. Nadie sabe a ciencia cierta qué les pasó pero dicen que DuPont estuvo involucrado.

Ambicioso como pocos se enteró del proyecto de investigación de la licenciada e invirtió una suma considerable de euros. El instituto no dudó en aceptarlos y en apoyar a Aldana pero tenían poca fe en que lo pudiese conseguir. Solamente un par de compañeros de trabajo la ayudaban en la investigación, por lo que tenía que arreglárselas como pudiese.

 

Hay mucho movimiento en la oficina. Todos corren nerviosos de un lado a otro llevando papeles o carpetas.

–¿Qué está pasando? –pregunta a un compañero de trabajo.

–¿Cómo?, ¿no te enteraste? –contestó este con cara de asombro.

–No, ¿qué sucede?

–Viene el Dr. DuPont en una hora. Es una visita no programada al instituto...y viene a ver tu trabajo.

–¿Qué?

–Sí, ¿no te dijeron nada?

–No, para variar no me dijeron nada –reclama Aldana.

Su compañero sigue corriendo con un manojo de papeles que se le cae al piso al chocar contra una columna. Ni se inmuta del dolor pero se pone frenético al ver que se le mezclaron todos los documentos.

Ella no está nerviosa. Si bien DuPont le genera desconfianza, está tranquila en cuanto a lo que respecta a su trabajo. Lo que le intriga es el motivo de la visita, ya que tiene la premisa de mantener informado a sus superiores de los avances del proyecto.

En el mismo momento que ingresa el Dr. DuPont a la oficina el cielo se cubre de una espesa nube y desde la lejanía se puede llegar a escuchar los primeros truenos de la tormenta. A los empleados del instituto les causa una sensación de temor, ya que parece que la tormenta hubiese sido causada por este personaje siniestro. Es como si lo rodease un aura maléfica que lo sigue a donde quiera que vaya.

DuPont no solo causa miedo por su poder y maldad, sino también por su piel. Es de un tono azulado extraño y nadie sabe a qué se debe, solamente su círculo más íntimo.

Junto con él entran varias personas más. Todos con aspectos de matones pero uno de ellos resalta del resto; es un hombre de gran porte, de cabellera blanca y con una cicatriz en su mejilla derecha. Es la mano derecha de DuPont; su guardaespaldas y hombre de confianza.

–¿Dónde está la licenciada Pria? –reclama de manera autoritaria DuPont.

Ni se inmuta para saludar a los presentes y se dirige con paso determinante a una oficina al final del pasillo. En ella hay unos empleados temporarios haciendo unas tareas rutinarias que salen despavoridos al ver la situación.

El extraño personaje se sienta en la cabecera y sin dudarlo enciende una pipa. En ese momento está entrando a la sala el director del instituto que, al ver dicha escena, le ordena desconectar las alarmas de incendio del piso a un empleado que pasa por ahí. Ruega que no se activen los aspersores, ya que iba a tener serios problemas con el departamento de seguridad de la ciudad. Eso tanto no le preocupa como las represalias que pueda tomar DuPont si es mojado con agua por la ineptitud del director.

–He dicho “¿dónde está la licenciada Pria?”

–En unos momentos viene, Doctor –explica dubitativo el director.

–Es inaceptable que yo la tenga que esperar a ella. Tiene que ser todo lo contrario –dice esto mientras vuelve a encender la pipa.

La puerta de la oficina se abre y se la ve a Aldana completamente indiferente a DuPont.

–Hola Doctor, qué gusto en verlo –saluda la licenciada.

–No me interesa tu sociabilidad. Necesito saber si pudiste completar la investigación.

No muy sorprendida por la agresión en su tono de voz pero sí porque al parecer no está al tanto de los avances, se defiende.

–Yo siempre he informado sobre el estado de situación del proyecto, Dr. DuPont.

–Sí, lo sé, y eso es justamente lo que me preocupa. Aún no pudo completarlo luego de todo este tiempo –unas pequeñas gotas de saliva salen proyectadas por la rabia que tiene.

Aldana sabe que en parte tiene razón...ya pasaron casi dos años y aún no terminaron pero sabe que están cerca de lograrlo.

–Está casi listo, tan solo falta un paso más para terminarlo.

–¿Y cuál ese dichoso paso?

Ella, que no le tiene miedo siente que las rodillas le tiemblan ante la falta de una respuesta profesional.

–Una variable.

–¿Una variable?, ¿qué tipo de variable?

–No es una variable “científica”, por así decirlo.

–¿Cómo? –pregunta indignado ante la falta de seriedad de la licenciada.

Tomando un poco de coraje, explica la situación.

–La situación es la siguiente; queremos descubrir la manera de lograr ver el futuro. Esto obviamente no es fácil de realizar. Para esto hemos ahondado y revisado exhaustivamente la matemática espacial y la física cuántica. Planteemos el siguiente ejercicio, por ejemplo.

Aldana toma una pizarra que está en la oficina y comienza a hacer unos dibujos como los de un niño de dos años.

–Si usted quiere ir de este a este punto de la manera más corta y rápida posible, ¿cómo lo haría? – pregunta a la vez que señala los puntos A y B que acaba de dibujar en la pizarra.

 

 

De mala manera DuPont contesta.

–Fácil mujer, en línea recta desde A hacia B.

“Mujer”...la forma despectiva en que usó la palabra le quita el nerviosismo a Aldana y lo transforma en ira.

–Bueno, suponiendo que esto es una recta, ¿se refiere de esta manera?

 

 

 

–Seguro, ¿no es obvio acaso? – recrimina mientras mira a sus acompañantes riéndose despectivamente.

–¡¡¡MAL!!! –replica Aldana enérgicamente.

Un silencio sepulcral inunda la sala. Tanto es así que se puede escuchar la brisa que provoca el ingreso del aire acondicionado. El director se queda perplejo ante la respuesta de su investigadora y no sabe qué hacer. El guardaespaldas albino está preparado para ejecutar cualquier orden que su jefe determine pero sin embargo se queda inmóvil al sentir que una mano lo retiene. DuPont lo suelta y dice.

–Estás jugando con fuego querida. Continúa.

Nunca más segura de sí misma como ese día, Aldana borra el gráfico y dibuja uno nuevo.

–La forma más corta y rápida de unir dos puntos distantes entre sí es que ambos estén en el mismo lugar a la vez...es decir, doblar el espacio y el tiempo formando una curvatura sin inicio ni fin.

Dicho esto, descubre el dibujo que realizó en la pizarra.

 

 

Nuevamente todos se quedan mudos al ver el gráfico que hizo la licenciada. El director frunce el ceño intentando entenderlo y cruza una mirada de desconcierto con Aldana.

Ella sabe perfectamente que nadie en la habitación es capaz de comprender lo que plantea y causa que su ego sea mayor aún. Pero también sabe que para poder vender el proyecto tiene que hacérselo entender a los inversores que considera inferiores y esto le plantea confusiones de cómo realizarlo profesionalmente.

–Pero eso es absurdo –responde DuPont que parece más interesado ahora en el tema que en hacer desaparecer a la licenciada.

–Con las doctrinas tradicionales de la ciencia es imposible. Nos hemos encontrado con muchas trabas para analizar el problema y más aún en la manera de resolverlo. Realizamos innumerables ensayos con láser, óptica, radiación, electromagnetismo y ninguno tuvo resultados satisfactorios. A fin de cuentas, creo que la respuesta me llegó anoche por un lado que nunca imaginé...un pensamiento pseudo-teológico.

El director se queda pensativo de lo que comenta su subordinada. No por lo extraño de la nueva idea sino porque no sabía que lo había resuelto.

Viendo que todos la observan con ojos inquietantes decide tomarse un momento para tomar agua, ordenar un poco las ideas y pensar bien cómo explicarlo. A grandes rasgos realiza un resumen de lo que le dejó la conversación con su nuevo amigo. Sin mencionarlo a él, explica las percepciones que tiene sobre el destino, de sus ataques de migrañas y los sueños que se le revelan.

Una vez concluido el relato un silencio invade la sala de reuniones que es cortado abruptamente por murmullos generalizados de todos los presentes. El único que no comenta nada es DuPont que no le quita la mirada de encima a Aldana. Ella se siente intimidada por primera vez y sin poder mantener más la mirada la cambia hacia el director del instituto.

–¿Y cómo ayudan estas ideas ridículas en todo esto? –inquiere DuPont.

–Básicamente hay que construir una máquina, la cual usaría una fórmula de crecimiento exponencial o geométrico, junto con tecnología de Inteligencia Artificial, también conocido como IA.

DuPont continúa mirándola, intentando descifrar lo que dice.

–¿Puede ser más explícita licenciada? –el doctor va perdiendo la paciencia.

–Usando como base el argumento que les expliqué, si todo está ya delineado y prestablecido entonces el resultado de cada decisión es acotado y único aunque tenga un sinnúmero de posibilidades. Siendo así, se debe ingresar a la máquina una decisión a tomar y todas las alternativas posibles a esa decisión. La progresión geométrica del IA seleccionará una de ellas y mostrará las situaciones que aparecerán más adelante, todo esto de manera cíclica continua.

Los rostros de todos los presentes reflejan desconcierto, como cuando se le explica a un niño la teoría de la relatividad de Einstein.

Aldana toma un poco de aire, tanto para sí misma como para que los demás puedan pensar un poco en lo que dijo.

–En vez de trabajar intentando “traer el futuro”, si se puede decir de alguna manera, tenemos que trabajar desde el presente hacia el futuro. Obviamente las características de la máquina que se debe construir para poder realizarlo deben ser potentes, ya que al ser un cálculo geométrico va a necesitar de muchos recursos para poder lograrlo.

Está preocupada. Está basando el resultado de su investigación en una creencia que no comparte pero que reconoce que puede ser posible y sirve al propósito.

DuPont está un poco desconcertado. No tiene ningún tipo de creencia salvo la del poder y del dinero. Llevar a cabo lo que la licenciada comenta le parece muy poco factible de concretar pero no tiene otra alternativa. Invirtió mucho capital y tiempo en el proyecto y necesita que se consiga hacer como sea. Cada vez está más preocupado por su situación y no puede esperar a que otro grupo de científicos comiencen nuevamente el proyecto y demore más de lo que él pueda esperar.

–Está bien licenciada, avance entonces.

Ella no puede dejar de traslucir una expresión de satisfacción que es percibida por DuPont. No le cae nada bien pero lo necesita para poder concretar su sueño. Y finalmente está a pocos pasos de conseguirlo.

Dios no juega a los dados
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