Reflexiona sobre lo que le relató Tamara hace unos momentos.
“¿Otra vez el albino en mi sueño?, ¿y qué le pasaba a Alex?”
Sabe que no dejan de ser sueños pero lo que le preocupa es la recurrencia de ellos. Cree ser una persona inteligente y centrada pero estos sueños que tiene últimamente lo empiezan a desconcertar. Y más que nada porque ve a Alex en problemas.
“¿Es una situación del pasado?, ¿Alex estuvo alguna vez en problemas y no supe nada?”
Desecha la idea instintivamente. No son hechos o situaciones del pasado similar a lo que identifica el déjà vu. Nunca conoció a ningún albino y, si Alex alguna vez estuvo en problemas parecidos a los de su sueño, él hubiese sido el primero en saberlo.
“No, no puede ser nada que ya haya pasado. Debe ser otra cosa.”
Recuerda que había reconocido a Tamara como la amante de sus sueños y eso lo desconcierta más.
Le llama la atención un ruido a su espalda. Se da vuelta y ve que el rosario que estaba colgado en la pared de la cocina está ahora en el piso. Lo levanta y se dispone a colocarlo nuevamente en su lugar cuando se queda quieto mirándolo.
Un poco confundido intenta unir las ideas sueltas que empiezan a surgir. Casi se siente abrumado por la cantidad de conceptos que se le presentan esporádicamente; cierra los ojos para poder concentrarse e intenta acomodarlos. Luego de unos momentos, en los cuales deambula con los ojos cerrados por la cocina, los abre satisfecho.
“¿Será así?, ¿puede ser tan fácil?”
Empieza a analizar lo que acaba de descubrir. Trata de verlo desde el punto de vista de un científico o agnóstico para ver si otra perspectiva lo contradice pero al ser una persona muy creyente le es difícil de llevar a cabo.
Comienza a atar cabos. Su fe y sus sueños están ligados de una manera muy particular...el destino.
Camina dando círculos por la cocina producto de la excitación por lo que acaba de descifrar.
“El destino está trazado para todos los habitantes del mundo, de eso estoy más que convencido. Dios delineó los pasos de cada uno, sin excepciones. Si esto es así...” –se detiene en sus pensamientos y se queda quieto unos minutos.
“No. Rectifico, ya que no lo dudo; yo creo que es así. Entonces como decía, al ser esto así, ya está todo establecido. Si todo está establecido, entonces no es tan difícil saber lo que a uno le va a suceder en adelante; solamente es cuestión de saber cómo mirar para darse cuenta.”
Obviamente sabe que al referirse a que “no es tan difícil” quiere decir que es algo simple de realizar comparado con lo que acaba de comprender.
“¿Pero qué sucede si alguien tiene la posibilidad de mirar hacia adelante y ver el destino que tiene encomendado? Seguramente va a querer cambiarlo pero esto obviamente no se puede hacer ya que está establecido, es invariable. Cualquier decisión que se tome con la idea de alterarlo es justamente una decisión ya prestablecida y no modificará nada.
¿Entonces mis sueños no son tal, sino fragmentos del futuro?, ¿del destino que tengo delineado?, ¿estoy viendo a Alex con un peligro real que aún no sucedió?”