Capítulo 4
No encuentra nada en la televisión. Recorre desde el canal dos hasta el cien y no hay programación que la entretenga. Necesita descansar un poco de tanto pensar y no encuentra nada para despejarse.
Juega con las aceitunas haciéndolas rodar por la caja de pizza vacía mientras observa que la botella de cerveza gotea sobre la alfombra del living por el calor que hay en la habitación. El aire acondicionado funciona por momentos y cada vez que se enciende hace un ruido muy molesto.
En el departamento de arriba se escuchan ruidos de muebles constantemente. La pareja de recién casados está disfrutando su luna de miel y nunca salen del departamento que alquilaron. La licenciada piensa que van a tener hijos más pronto de lo que se imaginan si siguen de esa manera y no puede evitar sentir un poco de envidia de ellos. No recuerda la última vez que estuvo con una pareja que le importase realmente. Está demasiado abocada a su proyecto como para compartir su valioso tiempo con otra persona. Es comprometerse seriamente con una pareja y dejar el proyecto que tanto ansía lograr o seguir sola con las ciencias.
Cansada ya de los ruidos de muebles decide encender la notebook y conectarse a alguna de las redes sociales tan de moda últimamente. Nunca lo hizo, así que quiere ver qué puede descubrir ahí. Inclusive piensa que puede encontrar a otra persona interesada en lo que está investigando y así poder intercambiar ideas.
Alguien del trabajo le contó de un portal poco conocido en el que hablan español, ideal para ella que nació en Córdoba, Argentina. Como está en fase de pruebas, hay muy pocas personas registradas, por lo cual es un lugar ideal para investigar. Encuentra el portal y se registra con un nombre falso para evitar problemas.
Al entrar ve que hay diez personas conectadas nada más y todos con nombres extraños y graciosos a la vez. No es de reírse muy seguido, y menos sola en un departamento de cuarenta metros cuadrados, pero uno de los apodos le hace soltar una risa. Es evidente que el pseudónimo pertenece a un adolescente, entonces cuando este la contacta para hablar en privado, lo ignora.
Comienza a hablar con otras personas de cosas intrascendentes, como de dónde son, a qué se dedican, qué buscan. Ella cuenta poco y nada de sí misma. Inventa muchas cosas para no dar información personal ya que quiere saber hasta dónde llega la gente en sus conversaciones.
Un nuevo usuario entra al portal y no se da cuenta que le está hablando. En un momento pensó en no prestarle atención pero algo le dice que hable con esa persona.
Empiezan a conversar y Aldana se siente interesada; es extraño en ella pero decide continuar. Su notebook parece un árbol de navidad; tiene varios pedidos de conversación por parte de otros usuarios que quieren hablar con ella pero con la única persona que desea hacerlo es con el último que la contactó.
Se escucha un ruido ensordecedor afuera y luego la oscuridad total. Enfrente del edificio hay una subestación de electricidad que siempre tiene problemas y esta noche no es la excepción; todo el barrio se queda sin luz, inclusive su propio edificio.
A la batería de la notebook le queda poco tiempo por lo que se despide obligada de su nuevo amigo.
–Se cortó la luz, te tengo que dejar.
–Entiendo. Espero volver a encontrarte pronto.
–Quizás. Tengo mucho trabajo que hacer y no sé si me podré conectar de nuevo.
–Está bien. Podés enviarme un mail a mi casilla cuando puedas.
–Me alegra haberte conocido –no entiende por qué dice esa frase pero tampoco se arrepiente de haberlo hecho–. El destino quiso que nos conozcamos.
Dicho esto, la batería no resiste más y se apaga.