Agradecimientos
A mis hermanos del alma, Sebastian Barlasina y Pablo Centurión.
A mis amigos Lorena Mateu y Gabriel Marchione,
que leyeron el manuscrito y ayudaron para que
la creación tome forma.
A Mauro, Verónica, Natalia, Lucas, Ale, Juan, Jorge y Silvana,
compañeros y amigos que generaron y contribuyeron
con ideas para mejorar el diseño final de la novela.