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<El amor de Dido y Eneas>
El autor de este resumen se circunscribe al tema del romance entre Dido y Eneas, según la tradición virgiliana. Estrofas rítmicas irregulares.
1
Tras la caída de Troya
el caudillo Eneas, errante por el hado,
busca el Lacio,
mas fue feliz su periplo,
pues en el reino de Dido
de tal modo fue recibido:
quizá exista un huesped más dichoso,
pero difícilmente encontrarás
una huésped de mayor generosidad.
2
A los troyanos por el mar maltratados
acoge la reina de Cartago
y, tras sufrir tantos desastres,
le ofrece pródigo hospedaje.
A Eneas contemplando,
admira en su rostro suplicante
el resplandor de la gracia
y su cabellera larga y rizada.
A su hermana se dirige con resolución
y le abre los secretos de su corazón.
3
«Ana, luz de mi vida,
quién sea este caudillo
disputo conmigo.
¡Qué distinción,
qué color
en su rostro!… A duras penas lo comprendo,
mas creo
y temo
que éste mi boda
demanda.
Esto es lo que mis sueños
presagian.
4
¡Mira qué pecho esforzado,
qué aspecto a Amor igualado!
¡Ay del hado que lo arrastró a la Escila
peligrosa, que todo lo absorbía[256]!.
5
Si con ello el himeneo
† legal
de mi esposo
Siqueo
no violase,
no forzase,
no dañase,
tal vez a sólo esta tentación
sucumbiría; pero mi perdición
buscaría Júpiter
ignominiosamente,
arrojada por un rayo
del trono de Cartago
[antes que Dido entregase el reino[257]]
a un rey extranjero».
6
Ana le replica: «no sigas,
querida hermana, y no te resistas
al amor que te llama.
Si éste contigo se casa
y a ti con sus cualidades te realza,
Cartago en fuerza gana».
7
Con estas palabras animada la fenicia
en la locura del amor cae Elisa[258];
con el pretexto de ir de caza,
al deshacerse las nubes en agua,
con Eneas en una cueva se refugió
y a él se sometió.
8
Tres proposiciones el caudillo plantea
y con ello el silogismo completa[259];
con movimientos contrarios
trata ella de superarlo
y, aunque ella emplea
argumentos sin réplica,
sin embargo sólo en este breve plazo
lo retiene ella entre sus brazos.
9
Y así con la unión de esta pareja
resplandece la región del cielo serena,
pues para el gozo del amor
todo sonríe y da esplendor.