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<El gozo de vivir>
Típico poema de los clerici vacantes en el que, retomando el carpe diem horaciano, se invita a vivir la vida y sus placeres. Estrofas rítmicas de ocho versos con estribillo.
1
¡Dejemos el estudio
que dulce es perder el juicio
y de la tierna juventud
gocemos sin tino!
Lo propio de la vejez
es de lo serio ocuparse,
[lo propio de la juventud,
con mente alegre regocijarse][141].
Estr. Veloz pasa la vida
al estudio consagrada,
a holganza invita
la juventud delicada.
2
Veloz corre la primavera de la vida
y nuestro invierno se precipita,
daño sufre la vida,
las cuitas el cuerpo debilitan.
La sangre se seca, el corazón se retrasa,
el placer mengua,
ya la vejez nos espanta
con sus achaques sin tregua.
Estr. Veloz pasa la vida
al estudio consagrada,
a holganza invita
la juventud delicada.
3
¡Imitemos a los dioses[142]!
Es honrosa decisión,
ya atrapan a los hombres
las redes del amor.
¡Nuestra promesa cumplamos!
Ésta es divina usanza.
¡A las plazas descendamos
donde las doncellas danzan!
Estr. Veloz pasa la vida
al estudio consagrada,
a holganza invita
la juventud delicada.
4
Allí, la que resulta fácil,
tienes ocasión de observar;
allí brilla trémula
de los miembros la salacidad.
Mientras las mozas bailan
con movimientos lascivos
me quedo mirando; y mirando
embelesado pierdo el sentido.
Estr. Veloz pasa la vida
al estudio consagrada,
a holganza invita
la juventud delicada.