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<El juego del amor>
Poema muy elaborado con numerosas resonancias míticas y literarias en el que el amor se contempla fundamentalmente como juego amoroso sin llegar al quinto grado, es decir, la consumación, en la escala del amor. Cfr. 72, 2 y aquí mismo en la estrofa 8. Estrofas rítmicas con estribillo monorrimo (pero cfr. Vollmann, op. cit., pp. 1054-1055).
1
El amor domina a los dioses:
a Júpiter ama Juno;
dominando los mares fieros
se impone sobre Neptuno;
con él, Plutón, señor de los infiernos,
manso es como ninguno[194].
Estr. En amoroso bienestar
virgen soy y ella, doncella;
aro sin sembrar[195],
falto sin pecar.
2
El amor arrastra a los tiernos
con lazo de seda,
a los crueles y fieros
quiebra con dura fuerza;
cae cautivo el unicornio[196]
en los brazos de una doncella.
Estr. En amoroso bienestar
virgen soy y ella, doncella;
aro sin sembrar,
falto sin pecar.
3
Virgen entre vírgenes
aborrezco a las resabiadas
y lo mismo que a las meretrices
odio a las casadas,
pues en mujeres como éstas
el placer es una infamia.
Estr. En amoroso bienestar
virgen soy y ella, doncella;
aro sin sembrar,
falto sin pecar.
4
De una doncella egregia
en el fuego me quemo
y de día en día
en mi amor crezco;
el sol está en el mediodía,
pero yo no me templo.
Estr. En amoroso bienestar
virgen soy y ella, doncella;
aro sin sembrar,
falto sin pecar.
5
No hay nada más placentero
que retozar con una doncella,
pues su pecho
carece de toda hiel
y los besos que concede
más dulces son que la miel.
Estr. En amoroso bienestar
virgen soy y ella, doncella;
aro sin sembrar,
falto sin pecar.
6
Tonteo con Cecilia[197];
¡nada temáis!
Soy como el guardia
de su frágil edad,
para que no se marchiten los lirios
de su castidad.
Estr. En amoroso bienestar
virgen soy y ella, doncella;
aro sin sembrar,
falto sin pecar.
7
Es una flor. Tronchar una flor
no es cosa oportuna.
A la uva deja crecer
hasta que esté madura;
la esperanza me hace vivir
alegre por la felicidad futura.
Estr. En amoroso bienestar
virgen soy y ella, doncella;
aro sin sembrar,
falto sin pecar.
8
Sólo quiero juguetear,
esto es, contemplarte,
hablarte, tocarte
y, por último, besarte.
De lo quinto, que es actuar,
no se te ocurra ni sospechar[198].
Estr. En amoroso bienestar
virgen soy y ella, doncella;
aro sin sembrar,
falto sin pecar.
9
Lo que hagan los demás,
doncella mía, así hagamos,
para que, como conviene,
el juego sigamos.
Ambos somos tiernos
tiernamente a jugar vayamos.
Estr. En amoroso bienestar
virgen soy y ella, doncella;
aro sin sembrar,
falto sin pecar.