131a
<La corrupción de la curia romana>
Crítica a la corrupción de la curia romana, de la que no se puede esperar justicia, y sólo con dinero se consigue mover. La relación entre los poemas 131 y 131a es problemática. De hecho, tienen cierta continuidad métrica y temática y posiblemente de autor, como indicamos antes. Estrofas rítmicas de doce versos.
1
Con bula fulminante
bajo un juez tonante,
el reo apelante,
con sentencia agravante
la verdad queda oprimida,
destruida
y vendida
prostituyéndose la justicia.
Se va al recurso,
pero en la curia, no obstante,
nada tienes seguro,
si no pagas un cuadrante[385].
2
¡Si quieres lograr prebendas,
tu vida en vano recomiendas,
ni tus costumbres mostrar pretendas,
para que al juez no ofendas!
En vano tus saberes
invocarás;
esperarás
durante largos meses.
En fin, mientras tú esperas,
otros pasan con sus ofrendas,
si tú con iguales tretas
en dinero y peso no ganas la carrera.
3
Del Papa a los porteros,
más sordos que el Cerbero[386],
con esperanza vana no llores,
ni aunque fueses Orfeo,
a quien prestó atención
Plutón,
dios del Infierno[387].
Es inútil tanto ruego,
si el martillo de plata
a sus puertas no llama,
donde Proteo[388]
en mil formas cambia.
4
Mientras a Dánae solicita,
Júpiter en vano se aplica,
mas a ella la desflora,
cuando en oro se transforma[389].
Nada hay más poderoso que el oro
ni más gustoso,
ni Tulio en persona
con más elocuencia perora[390].
Pero abraza más cruelmente
a los que más honra;
por ello bien se lo merece
Craso tragar el oro ardiente[391].