119
<Las penas del amor>
Lamento del enamorado que se marcha para olvidar un amor. Las reminiscencias ovidianas son abundantes: cfr. I, 1 ss.: Ov. Ex Pont. 1,3,35 ss; 4: Ov. Ars II, 517 ss., etc. Estrofas rítmicas de cuatro versos monorrimos.
1
Dulce suelo de mi natal patria,
casa de alegría, tálamo de gracia,
os voy a dejar hoy o mañana,
a punto de perecer por una pasión desenfrenada.
2
¡Adiós tierra, adiós compañeros,
a quienes profesé amor verdadero,
por mí, compañero del estudio[349] placentero,
llorad, pues por vosotros muero!
3
Del fuego novedoso del amor herido,
mi alma, que antes lo desconocía,
ahora reconoce la verdad que el proverbio decía:
«donde hay amor, la desgracia es su compañía».