PROVENZA: EQUINOCCIO
Luz nocturna: el hueso y el aliento
transparentes. Este viaje
de cielo concedido
al corazón del cielo
que habitamos: una montaña
en el aire que se derrumba.
Sólo tú duermes
hasta el fondo de este lugar,
tierra nacida muerta, como si el sueño
te llevara tan lejos
que pudieras hablarme de la densa
y embarrada semilla
que está ardiendo en nosotros,
y apaciguar el lento dolor de primavera
que trabaja
por entre el largo desarraigo
de las estrellas.