ESCRIBA
El nombre
nunca dejó sus labios: de tanto hablar
cambió de cuerpo: volvió a encontrar su cuarto
en Babel.
Estaba escrito.
Una flor
cae de su ojo
y florece en la boca de un extraño.
Una golondrina
rima con hambre
y no puede dejar su huevo.
Inventa
al huérfano envuelto en harapos,
sostendrá
una pequeña bandera negra
acribillada por el invierno.
Es primavera
y bajo su ventana
oye cómo cien piedras blancas
se convierten en flox rabioso.