ENTRE LÍNEAS
Apiladas como piedras, las sendas
de la distancia. Y, escrita en tu palma,
la carretera.
El hogar, pues, no es el hogar
sino la distancia entre
santos
e impíos. Y quienquiera que se
ponga
en la piel de su hermano, sabrá
qué cosa es el lamento
hasta el séptimo año
más allá del séptimo año
del séptimo año.
Y dividirá a sus hijos por la mitad.
Y luchará en la oscuridad
con un ángel.