DESCRIPCIÓN DE OCTUBRE
Los abatidos, ilusorios robles
de nuestro norte celestial, cálido como piedra, irguiéndose
en el aire endeudado
de sangre que prospera
en torno a estos viñedos casi en sazón. Más lejos aun
que la ebriedad
que habremos respirado,
el ala de una urraca ha de girar
hasta prenderse en nuestra sombra.
Ven
a por la calderilla de tristeza
que tengo para ti.