FRAGMENTO DEL FRÍO
Porque nos volvemos ciegos
en el día que expira con nosotros,
y porque hemos visto a nuestro aliento
nublar
el espejo del aire,
el ojo del aire no ha de abrirse
a nada salvo a la palabra
a la que renunciamos: el invierno
habrá sido un lugar
de madurez.
Nosotros, convertidos en los muertos
de otra vida que la nuestra.