PRESAGIOS
Te respiro.
Te sereno fuera de mí.
Te entumezco en el ámbito
de la luz fraternal.
Te sorbo hasta dejarte
en los posos del desastre.
El cielo prende un astro vagabundo
en mi pecho. Veo al viento
como testigo, la alta noche
que flaqueó
en un laberinto de robles,
la distancia.
Te persigo
hasta el límite del lamento.
Te amamanto de fuerza.
Te desafío,
te deifico
hasta la nada y
nadie,
me vuelvo
tu necesario y más violento
heredero.