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Nómada…
hasta que ningún sitio, floreciendo
en la cárcel de tu boca, se convierte
en allí donde estás:
tú leíste la fábula
escrita en la mirada
del dado: (era la
palabra-meteoro, garabateada entre nosotros
por la luz, sin embargo al final
no teníamos pruebas, no
pudimos presentar
la piedra). El dado-con-el-dado
poseen ya tu nombre. Como quien dice,
dondequiera que estás,
contigo está el desierto. Como si,
vayas por donde vayas, el desierto
es nuevo,
va contigo.