Abril 26

Mi mamá amaneció hoy muy cariñosa y me trajo un libro de regalo. Me moría de ganas de leerlo, pero ella dijo que me iba a acompañar todo el día así es que lo dejé a un lado y le miraba los dibujos. Entonces mi mamá trajo el teléfono que tiene cordón largo y llamó a 18 partes. Yo me puse a leer con todo disimulo, porque esa compañía no me entretenía mucho. Después salió a comprarme dulces y volvió con un gran paquete y yo creí que eran merengues rellenos, pero resultó que eran camotillos, que me revientan. Cuando ella salió del cuarto, yo aproveché para esconder tres adentro de la cama. Pero ella volvió luego y dijo que me iba a contar cuentos y en vez de contarme cuentos le dio por cortarme las uñas y echarme para atrás los pellejitos. Y cuando estábamos en eso, llegó la tía Lala y se sentó a los pies de mi cama y yo di un tremendo grito. Después se acomodó en un sillón y habló toda la tarde de tonteras: de vestidos, de amigas, de medias, de política. Y yo aguantando para leer mi libro hasta que por fin se despidió la tía Lala y llegó la Domi con la comida.