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Ciudad de Tharkad, Tharkad

Distrito de Donegal, Mancomunidad Federada

29 de abril de 3056

Victor Davion examinó el comunicado y asintió.

—Creo que entiendo la intención de mi hermana al escribir esto —dijo echando un último vistazo al mensaje para asegurarse de que su hermana no lo había cambiado sutilmente en beneficio propio.

Empezaba así: «DATA: Tharkad. El príncipe arconte Victor Steiner-Davion ha anunciado su intención de trasladar la sede del poder de la Mancomunidad Federada. Hasta ahora, Tharkad y Nueva Avalon habían sido las capitales, cada una seis meses al año, y en adelante la sede del poder sólo recaerá sobre Nueva Avalon. Como el gobierno de la Mancomunidad Federada se ha establecido en Tharkad desde la muerte de su madre, el príncipe arconte ha declarado que el año que viene gobernará desde Nueva Avalon antes de reanudar el cambio bianual entre Nueva Avalon y Tharkad.

»La duquesa Katrina Steiner-Davion gobernará como regenta en ausencia del príncipe arconte Victor. “Confío plenamente en mi hermana y en su capacidad para dirigir asuntos de estado de cualquier envergadura. Dejar Tharkad en sus manos me permitirá ocuparme de los graves problemas que amenazan a toda la Mancomunidad Federada.”

»Por mediación de un portavoz del Palacio de Invierno, la duquesa Katrina declaró que estaba “encantada” de ayudar a su hermano, por el que siente “un gran respeto y confianza”.

El príncipe hizo un gesto de asentimiento al secretario del Departamento de Relaciones Públicas.

—Me parece bien. Proceda a su distribución.

—Como deseéis, Alteza —dijo el hombre haciendo una reverencia antes de salir del despacho de Victor. Los guardias que había fuera cerraron la puerta, dejando a Victor a solas con Alex Mallory y Curaitis.

El príncipe sonrió a ambos.

—Alex, sé por qué a Curaitis no le gusta ese comunicado, pero tengo la sensación de que tampoco es de su agrado. ¿Qué piensa?

El hombre de pelo canoso se encogió de hombros.

—Estoy de acuerdo en que si os vais de Nueva Avalon disminuirán las tensiones de Skye. Además, la muerte de Ryan ha reducido la fuerza de la rebelión.

—Si cortas la cabeza de una serpiente, el cuerpo también muere.

—Sí, Curaitis, cierto —corroboró Mallory con el entrecejo fruncido—, y, como Katherine ha adoptado el papel de conciliadora en este asunto, nombrarla regenta es lógico y muy acertado. Aun así, todo me parece un subterfugio y no me deja buen sabor de boca.

Victor esbozó una sonrisa.

—Me gusta su franqueza, pero hay algunas cosas que creo que debería saber para entender mi estrategia.

Mallory levantó una mano.

—Alteza, tened cuidado con los secretos de estado que me contáis. Mi intención es abandonar mi puesto cuando volvamos a Nueva Avalon. Me quedaré con vos durante el tiempo que tardéis en encontrar a un sustituto, pero mi generación ya tuvo su oportunidad. Temo no poder aconsejaros tan bien como lo haría otro.

El secretario de Inteligencia miró a Curaitis.

—Perdóneme, pero no puedo recomendarlo para ocupar mi puesto pese a la estrecha relación de trabajo que mantiene con el príncipe.

Curaitis sacudió la cabeza.

—No importa. Tampoco aceptaría el trabajo.

Mallory lanzó un suspiro, como si su respuesta le hubiese quitado un peso de encima.

—Puede que el tal Kai Allard-Liao quiera seguir los pasos de su padre y aconsejaros como éste y su abuelo hicieron con vuestro padre. Debéis confiar plenamente en la persona que tengáis a vuestro lado.

Victor hizo un gesto de asentimiento.

—Tengo a alguien en mente para cubrir el puesto, si usted acepta enseñarle y considerarlo con él.

—Por supuesto, Alteza. ¿Quién es?

Victor caminó hacia la estantería de libros que había en la pared norte de su oficina. Pasó la mano por debajo de uno de los estantes y, al pulsar un interruptor, la mitad de la librería se corrió hacia adelante y hacia la izquierda.

—Lo que verá ahora es un secreto de estado, Alex, un secreto que confío que guarde.

Un hombre de espesa melena y bastante más alto que Victor emergió del pasadizo e hizo un gesto de asentimiento al príncipe. Se rascó su rubia barba y dio un paso al frente para estrechar la mano del viejo.

—¿Secretario Mallory? Soy Jerrard Cranston.

Mallory extendió la mano y estrechó la que Jerrard le ofrecía sin acabar de soltarla. Se acercó al hombre y retiró la mano de golpe como si lo hubieran quemado.

—¡No! ¡No es posible!

—¿Por qué no? —preguntó Victor cerrando el pasadizo—. En Alyina dieron por muerto a Kai Allard-Liao y, sin embargo, volvió de la tumba. ¿Por qué debería negarle ese lujo a Galen Cox?

Mallory se quedó boquiabierto.

—Pero ¿a qué se debe el engaño? Vuestra hermana lo está pasando mal. Alguien debería decírselo.

Eso no es posible.

—Tenéis que hacerlo. ¡Ocultarle la verdad es monstruoso! —dijo Mallory estremeciéndose—. Vuestro padre no habría hecho nunca algo así.

—Mi padre nunca se enfrentó a un problema así —dijo Victor. iba a indicar a Curaitis que se lo explicase, pero sabía que el taciturno agente de seguridad omitiría detalles que eran necesarios para entenderlo todo—. Alex, la supervivencia de Galen es parte de un proceso. Déjeme que se lo explique y luego decida si estoy siendo un monstruo o protegiendo a mi amigo de uno.

—Por favor, Alteza, explicaos.

—El dieciocho de abril recibimos un mensaje prioritario desde Solaris que decía que Sven Newmark, el ayudante de Ryan, había contactado con Sergei Chou en Solaris y le había pedido que asesinase a Galen. Deberíamos haberlo sabido antes, pero tuvimos dificultades técnicas con nuestro equipo de Inteligencia, como usted ya sabe. Yo envié a Galen a Solaris inmediatamente, con la intención de interceptar a los asesinos, fingiendo la muerte de Galen para impedir que lo volviesen a atacar y conseguir que Ryan confesase su participación en el asesinato de mi madre. Como sabe, el hombre que mató a mi madre operaba desde Solaris, Chou fue el que negoció su muerte y Newmark el contacto entre Ryan y Chou.

Victor miró a Galen.

—Galen no fue informado del plan de fingir su muerte hasta que Curaitis fue a buscarlo a la habitación del ático para sacarlo de ahí justo antes de que volaran el edificio.

Curaitis entrecerró los ojos.

—Pedimos a un grupo de exploradoras que entretuviesen a Katherine para que estuviera fuera de la habitación cuando detonase la bomba.

Galen asintió con solemnidad.

—Cuando vi a Curaitis, lo sorprendí con la noticia de que Katri… Katherine y yo habíamos intimado mucho. Él y yo acordamos que tendría que creer que estaba muerto durante el tiempo que tardase en volver a Tharkad, básicamente para que a Katherine se la viera realmente afectada ante los medios de comunicación al llegar aquí. Si hubiéramos sabido entonces lo que sabemos ahora, habríamos dejado que actuase ella sola, como muy bien hizo.

Mallory frunció el entrecejo.

—No lo entiendo.

—Nos estamos adelantando un poco —dijo Victor llevándose las manos a la nuca— Para hacer que todo pareciera normal en aquella situación, que era que Katherine podría haber sido fácilmente el objetivo de la bomba, Curaitis la evacuó y rastreó el hotel en busca de pruebas, que se metieron en bolsas y se guardaron en la Nave de Descenso. Durante el viaje de vuelta, uno de los agentes que había estado vigilando a Katherine en el vestíbulo del hotel (un hombre que no sabía que la bomba era nuestra) mencionó a un tech de laboratorio que uno de los ayudantes de Ryan había dado a Katrina una nota que ella había tirado. Había advertido la presencia del hombre, David Hanau, porque parecía muy nervioso y porque la nota había molestado mucho a Katrina. El agente pensó que podía haber sido algo especial, tal vez una manera de hacerlo subir a la habitación.

»El agente y el tech de laboratorio encontraron la bolsa que contenía la basura del vestíbulo del hotel y la inspeccionaron. Impregnaron la invitación con una solución química para buscar huellas dactilares y la examinaron bajo una fuente de luz ultravioleta. Por lo que tengo entendido, lo que encontraron fue el residuo de un mensaje escrito con una tinta nueva que desaparece al entrar en contacto con el aire.

Curaitis asintió con la cabeza.

—Se llama «secreto de amante» y viene en una amplia gama de paquetes y aromas distintos. Se escribe un mensaje, se esparce un fijador de aroma y se mete en un sobre. Después de abrir el sobre, el fijador se evapora y el mensaje desaparece. Se utiliza para correspondencia a corta distancia.

Galen sacudió la cabeza.

—En este caso, el aroma era «Narciso D’Amore» y el mensaje decía: «Galen es el objetivo. Corre».

El viejo se quedó petrificado.

—¿Sabía que eras el objetivo y no dijo nada?

Galen se estremeció y fue incapaz de contestar.

—Curaitis me envió un mensaje desde la Nave de Descenso explicando la situación. En aquel momento decidimos no decir nada a Katherine sobre Galen si no explicaba cómo sabía que él era el objetivo. Yo supuse, y un asesor psicológico coincide conmigo, que habría confesado su implicación como parte de su sufrimiento, primero para aceptar la culpabilidad y luego para utilizarla en beneficio propio. Pero no lo hizo.

»Por sugerencia del príncipe Victor, investigué sobre David Hanau y encontré una prueba convincente que demostraba que había sido un empleado secreto de Katherine durante varios años. Al parecer, y como indica su método de hacerle llegar un mensaje encubierto, era un espía amateur. Como ayudante de Ryan, debía de ser inteligente y, al documentarnos, hemos descubierto otros intentos fallidos de Hanau de comunicarse con Katherine desde el momento en que sabemos que Newmark contrató al asesino para matar a Galen.

Mallory paseó la mirada de Galen a Curaitis y luego a Victor.

—Así que vuestra hermana no avisó a Galen de que era el objetivo —dijo Mallory llevándose la mano a la barbilla—. Pero hay algo más, ¿verdad?

Victor hizo un gesto de asentimiento.

—Chou tenía diferentes métodos de cobro. En el caso de Ryan, contrató a unos estafadores informáticos para que saquearan una cuenta bancaria con la cantidad de dinero exacta. Otros clientes le pagaban con resguardos de apuestas elevadas en los combates de ’Mechs de Solaris. Sin embargo, el método más ingenioso era comprar una propiedad devaluada por poco más del valor de las tasas de propiedad y venderla a una corporación a un precio escandaloso.

Curaitis resumió la investigación de manera escueta.

—No hemos descubierto transferencia alguna de dinero de Ryan a Chou cuando contrató al asesino para que matase a la arcontesa Melissa, pero sí sabemos que negoció la venta de un terreno con una corporación a la que Katherine había sugerido otorgar un título y una subvención territorial.

Victor se sonrojó de vergüenza.

—La tierra que esta corporación compró por veinte millones ha sido desahuciada por reclamación y rehabilitación de hábitat ripioso, lo que permitió a la corporación obtener un descuento tributario proporcional a la cantidad invertida. De hecho, la Mancomunidad Federada pagó por el asesinato de mi madre.

Mallory se echó hacia atrás en la silla.

—¿Ryan contrató al asesino y vuestra hermana le pagó?

—Sí, pero no podemos demostrarlo —dijo Victor con impotencia—. Si la acusara sin prueba sólida alguna, todo el mundo lo consideraría un mero intento de desprestigiarla. El hecho de que sea mucho más popular que yo haría explotar una rebelión. De momento ya se ha distanciado de mí y de Ryan con su declaración desde Solaris y no tendría problemas para conseguir fuerzas a su favor.

El secretario de Inteligencia frunció el entrecejo.

—Si sospecháis de su complicidad en el asesinato de vuestra madre, ¿por qué dejáis que ocupe el trono?

Victor soltó aire poco a poco y separó las manos.

—Si tuviera elección, Alex, la enviaría al agujero más lejano del planeta más remoto de la Mancomunidad Federada. Ésa es una opción, sí, pero no muy viable por ahora. Katherine ha adoptado con éxito el papel de princesa infeliz de la Mancomunidad Federada. Su casa está inundada de mensajes de condolencia procedentes de todos los rincones de la Esfera Interior. La quieren mucho y cualquier acción en su contra sería un desastre.

El príncipe se encogió de hombros un momento y entrecerró los ojos.

—Katherine, pese a ser una traidora, todavía puede ser de utilidad y yo estoy dispuesto a beneficiarme de ella. La mayoría de esos mensajes de condolencia son de la isla de Skye. Con la muerte de Ryan, la coalición rebelde se está desintegrando mientras que el resto de la población lamenta la muerte de Galen por respeto a Katherine. Esto le permite tener una gran influencia en el lugar, y la rebelión desaparecerá a causa de ello.

Alex frunció el entrecejo.

—Pero estáis permitiendo que Katherine ocupe la posición de Ryan, lo cual le da una base desde la que haceros frente.

—Cierto, pero su coalición se basa en la paz y la no violencia. Lo que no puede hacer es ponerse en pie de guerra y conservar su apoyo. Al darle una circunscripción a favor de la paz, la estoy encasillando y limitando sus opciones —dijo Victor—. Al menos, ésa es mi intención.

Galen se cruzó de brazos.

—Dejar que Katherine ejerza el papel de arcontesa nos proporciona algo de tiempo para ver el apoyo con el que cuenta hasta ahora. Hasta que no descubrimos a Hanau, no teníamos ni idea de que dirigía su propia red de agentes y, mientras ocupe el trono como regenta, puede que se vuelva displicente y descuidada, lo que nos daría ventaja sobre ella.

Alex hizo un solemne gesto de asentimiento.

—Lo que intentan decirme es que le darán la mano porque creen que les tomará el brazo. Tendrán que disculparme, pero no estoy muy convencido.

Hay otros problemas que tengo que afrontar —dijo el príncipe mirando hacia la ventana, que se abría sobre la capital nevada—. Aparte del hecho de que no quiero provocar una guerra civil, el resto de la Mancomunidad Federada me necesita. Espero que con Kai al frente de Capela Libre, Sun-Tzu intensifique sus actividades contra la Marca de Sarna. Quiero estar allí y ocuparme de él para que tenga que pensárselo dos veces antes de aventurarse. Además, tengo que estar allí para que el resto de la Mancomunidad Federada no piense que los he abandonado.

Galen esbozó una sonrisa.

—Y los ejercicios militares que advierten a Sun-Tzu de no cometer estupidez alguna también nos permiten conseguir unidades de esa mitad de la Mancomunidad Federada, lo que reduciría la capacidad de Katherine para llevar a cabo una acción militar.

—Pero despojar a la parte lirana de la ManFed podría inducir a Thomas Marik a atacar la frontera —objetó Alex antes de detenerse a pensar—. Ya, pero en tal caso, vuestras tropas en la Marca de Sarna le harían mucho más daño a él del que podrían haceros a vos.

Victor asintió sin girar la cabeza.

—Me ha leído el pensamiento. Así que la situación es la siguiente: Katherine se queda aquí para poner orden al embrollo que Ryan nos ha dejado. No podemos actuar contra ella porque no disponemos de prueba sólida alguna. Si revelamos su traición con respecto a Galen, parecería que he jugado sucio, así que lo reservaremos para cuando obtengamos el efecto deseado. No tenemos elección y, mientras la víbora se interponga en nuestro camino, también podemos dejar que ésta se encargue de los bichos.

»A mí tampoco me gusta, amigos, pero así son las cosas —añadió mientras se giraba para mirarlos—. Tengo una nación que gobernar. La lucha contra mi hermana tendrá que esperar, porque mi deber con la gente no puede hacerlo.