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Nave de Descenso Zarevo, destino Shiloh

Liga de Mundos Libres

27 de abril de 3056

El rostro de Peter pasó de la conmoción a la ira.

—¿Así que mi hermano cree que puedes detenerme? —dijo Peter mientras reía y sacudía la cabeza—. ¿Tú?

Kai se estremeció al oír la risa tensa y enrarecida de Peter.

—No me envía tu hermano, Peter. Él no sabe nada de esto.

—¿Has actuado sin su permiso? —preguntó Peter en un tono de burla que irritaba a Kai—. Ten cuidado, Kai, o podrías convertirte en el objeto de la envidia letal de mi hermano, como lo era Cox y como lo soy yo.

—Peter, contrólate. Esto es más serio de lo que imaginas. ¿Te has preguntado cómo sabía que estarías aquí? —preguntó Kai esforzándose por adoptar un tono compasivo—. ¿Te lo has preguntado?

Peter se cruzó de brazos e hizo un gesto de superioridad.

—Te mueres por decírmelo, así que adelante.

—Mi tío te engañó.

—¡Ja! Fui yo el que lo obligó a incluirme en la misión. Él se negaba, pero yo insistí.

—Como suponía que harías —dijo Kai sintiendo un fuerte dolor de estómago—. Te quería aquí porque te necesitaba aquí. Si tú no estuvieras aquí, todo su plan fracasaría. ¿No te das cuenta?

—De lo que me doy cuenta es de que tengo ante mis ojos a un hombre que no tiene el mismo coraje que su tío para hacer lo que sea por garantizar la seguridad de la Mancomunidad Federada. Tú te dedicas a jugar en Solaris cuando deberías estar aquí conmigo, dirigiendo a los hombres en esta misión.

Estoy aquí y estoy dirigiendo a los hombres en una misión muy importante. Tengo un batallón completo de guerreros en la Taizai esperando a ver lo que decides hacer —dijo Kai esforzándose por frenar su frustración—. Usa la cabeza, Peter. Todavía no lo ves, ¿verdad? ¿Por qué estoy aquí? ¿Por qué los Asaltantes se han retirado? ¡Es obvio! Tu misión se ha acabado. Las fuerzas de Shiloh se enteraron de que venías y recibieron órdenes de no combatir.

—¡Tienen miedo! —exclamó Peter caminando hacia la izquierda de Kai hasta colocarse delante de los comandantes de los Cosacos—. Nosotros demostraremos que los Asaltantes de Harloc han logrado llegar aquí juntando las piezas que les faltaban a sus ’Mechs.

—Si intentas hacerlo, Peter, la historia te recordará como el hombre que empezó la guerra que destrozó la Esfera Interior. Sun-Tzu ha ordenado a los Asaltantes que eviten el enfrentamiento y que dejen la defensa del mundo en manos de los Terceros Lanceros Sirios. Si vais a por los Asaltantes, los Lanceros irán a por vosotros.

El coronel Khorsakov sacudió la cabeza con fuerza.

—En tal caso destrozaremos a los Lanceros.

—Ah, muy bien —dijo Kai en un tono sarcástico, con la esperanza de abrirles los ojos—. Si lucháis contra los Lanceros, la Liga de Mundos Libre declarará la guerra a la Mancomunidad Federada, que es exactamente lo que Sun-Tzu tenía en mente cuando dio las órdenes a los Asaltantes.

—Estás especulando sobre las órdenes de los Asaltantes.

—No es cierto. El hombre que dirige a los Asaltantes me proporcionó la información necesaria para encontrarte.

La risa de Peter contenía un siniestro deje.

—¿Intentas confraternizarme con el enemigo, Kai?

—Eso no es propio de ti, Peter. Wu Kang Kuo sentía que estaba en deuda conmigo porque evité que mi tío hiciera daño a su nieto, que entonces estaba por nacer, y porque honré a su hijo en nuestro duelo. Él me recompensó aunque al hacerlo podía poner su carrera y su vida en peligro —explicó Kai sacudiendo la cabeza—. Maldito seas, Peter, usa el cerebro. ¿Cómo crees que Wu sabía que venías con los Cosacos? Te lo diré: mi tío filtró la información a la Maskirovka para que te atraparan y te asesinasen. Y, si eso sucediera, Victor tendría que declarar la guerra a Sun-Tzu y apoyar la guerra privada de Tormano.

Kai dio un paso al frente.

—Te están utilizando, Peter. Eres un peón con el que están jugando los reyes de la política. Tormano te utiliza poniéndote en contra de tu hermano para poner a tu hermano en contra de Sun-Tzu, y Sun-Tzu te conduce hacia Thomas Marik para utilizar a Thomas en contra de Victor.

—¿Y tú, Kai Allard-Liao? ¿Cómo me utilizas tú?

—Yo no te utilizo, Peter, sino que lo que intento hacer es salvar tu vida.

—Lo que intentas hacer es evitar que me convierta en una amenaza para la Mancomunidad Federada —dijo Peter en un tono de voz más estridente y perdiendo el control de sí mismo—. ¡Intentas preservar el poder de mi hermano cuando los dos sabemos que su gobierno destrozará la Mancomunidad Federada!

—Escúchate Peter, has perdido. Ordena a la nave que dé media vuelta. ¡Recarga y vuelve a Solaris!

—¡Eso nunca! Eres tú el que ha perdido. Has derogado tus responsabilidades familiares por jugar en Solaris. ¡Yo estoy dispuesto a aceptar mi deber y a ejecutarlo fielmente por el bien de la Mancomunidad Federada! —gritó Peter golpeando a Kai en el pecho con el dedo índice—. Has estado escapándote desde Alyina, Kai, e incluso puede que desde antes. Todo el mundo ha visto tus acciones y las ha etiquetado de modestas, pero yo las llamo cobardes. Esto no es Solaris, Kai. Esto no es un juego y nosotros no estamos en un ’Mech. Sólo tienes un modo de detenerme.

Kai sacudió la cabeza.

—No quiero luchar contra ti, Peter.

—Entonces, las historias que cuentan de que te enfrentaste a unos Elementales son falsas, ¿no, Kai Allard-Liao? —dijo Peter levantando los puños en señal de desafío—. Yo soy el futuro de la Mancomunidad Federada. Detenme, si te atreves.