Lyons

Isla de Skye, Mancomunidad Federada

Los ojos de Peter Davion se iluminaron al sentarse en la oscuridad observando su monitor holovisual. En primer

plano, la reportera de holovisión se retocaba un mechón de su oscuro cabello que se mecía con el viento. Su rostro transmitía emoción y cansancio, como correspondía a alguien que cubría lo que era, hasta la fecha, la mayor historia de su carrera y, posiblemente, la noticia que le daría acceso a una cadena en un mundo más importante.

—La policía ha confirmado que la Milicia de Skye Libre ha pedido responsabilidades por este acto de terrorismo —dijo mientras tres compañías de máquinas del departamento local de bomberos tiraban agua sobre las ruinas de un edificio en llamas—. El portavoz ha dicho que habían derrumbado la escuela secundaria municipal Príncipe Ian Davion porque la MSL lo consideraba, según palabras textuales, «un centro de doctrina Davion». La Milicia de Skye Libre, que se creía desmantelada desde hacía veinte años, tras el fin de la crisis de Skye por mediación del duque Ryan Steiner, es un grupo dedicado a, y cito de nuevo, «combatir el imperialismo cultural de la Federación de Soles». Durante mucho tiempo se ha opuesto a la formación de la Mancomunidad Federada y todavía no se sabe si la MSL es la misma organización que en 3034 o un simple brote ideológico de ese grupo inicial.

Peter hizo rechinar los dientes.

—No importa. Son terroristas y seguro que están a entera disposición de Ryan Steiner.

La reportera de holovisión continuó su comentario.

—Afortunadamente, la bomba explotó a las tres de la madrugada, hora en que la escuela estaba vacía. Doce horas antes, la escuela habría estado repleta de gente que asistía a la presentación del duque Peter Davion sobre la concesión de la primera beca Conmemoración Arcontesa Melissa Steiner a uno de los estudiantes. Los expertos creen que es posible que la bomba estuviera preparada para hacer explosión durante la ceremonia, lo que habría provocado la muerte de Peter Davion y establecido un crudo paralelo con el asesinato de su madre en un atentado hace nueve meses.

Peter sintió un escalofrío por todo el cuerpo. Sólo veintiún años y ya había escapado de la muerte gracias a un terrorista despistado. Cuando estudiaba en la Academia Militar de Nueva Avalon y durante los entrenamientos en ’Mechscon sus compañeros de la milicia, se había enfrentado a muertes imaginarias un sinfín de veces. A veces pensaba en cómo se defendería en un glorioso combate como aquellos en los que habían participado su tío Ian e innumerables antepasados de la familia. Le sorprendía la forma en que Victor se había burlado de la muerte y llegó a la conclusión de que cuando muriese sería en la cabina de un ’Mech.

Así es como lo preveía.

Así es como lo quería.

Así no es como ha estado a punto de ocurrir. Le estremecía pensar que él podía ser una víctima igual que su madre. Había ejercido el papel de guerrero en busca del romance y la gloria. Suponía que con su hermano y su hermana por delante de él para ocupar el trono su única oportunidad de convertirse en héroe sería defendiendo a la Mancomunidad Federada.

Nunca había pensado que lo pudieran martirizar.

Su introspección se desvaneció cuando el rostro sonriente de la joven estudiante becaria se filtró en sus pensamientos. Había estado nerviosa, jugando con sus tirabuzones pelirrojos mientras él leía la lista de sus logros frente a las quinientas personas del auditorio. Controló los nervios cuando le dio las gracias e hizo un breve discurso sobre el significado de la ciudadanía y sus sueños para el futuro. La multitud aplaudió al final de la exposición, no sólo entusiasmada por la consecución de la beca, sino también admirada por los audaces deseos para el resto de su vida.

La joven había impresionado a Peter y le enojaba pensar en ella desapareciendo entre el humo y el fuego a causa del odio retorcido hacia él y su familia. Su función era defender a la gente de la Mancomunidad Federada y no ponerla en peligro con su mera presencia. El hecho de que pudieran herir a alguien como ella sólo para acabar con él era una locura; sin embargo, Peter estaba convencido de que la MSL volvería a actuar y no sería tan descuidada la próxima vez.

Si tiene que ser así, estoy preparado. Asintió para sí mismo en la oscuridad y apagó el monitor holovisual.

—Llegará el día en que nos enfrentemos cara a cara —susurró a la noche— y, cuando esto ocurra, no seré yo el que se quede atrás.