California, brote de enfermedad contagiosa
Ésta es una notificación de la declaración presidencial de un desastre de grandes proporciones en el Estado de California (FEMA-1899-DR), fechada el 1 de abril de 2005, y de las resoluciones asociadas. [Notificación del Registro Federal FEMA/DHS, 01/04/05]
Bajo un sol naciente que parecía un burdo imitador, un tren de mercancías lleno de suministros médicos de emergencia avanzaba hacia el oeste a través de la senda abierta en la ladera de la montaña; sus oxidados vagones traqueteaban y se balanceaban sobre las vías mientras se bamboleaba por el continuo zigzag. Su silbato era un lastimero tono subsónico que parecía elevarse desde la tierra como el vapor en un día caluroso.
Tuvo que reducir la velocidad hasta ir al paso mientras remontaba la cresta. Dick estaba esperando en un saliente de rocas justo arriba. A su espalda, la Fuente lo llamaba con su amor infinito, pero él no volvió la vista atrás. Tenía una misión que no podía abandonar, una misión a lugares lejanos que ni siquiera podía soñar. En el momento exacto, la voz en su cabeza dijo «¡ahora!» y él saltó, elevando los pies en el aire para aterrizar con un estruendo metálico en el techo de un vagón de mercancías. Trató de fijar los pies lo mejor que pudo; era literalmente incapaz de sujetarse. La vibración del bamboleante tren hacía que le dolieran los dientes, pero no podía quejarse.
Ahora era un soldado. Tenía órdenes que cumplir.