¡Se disparará a los saqueadores sin previo aviso!
[Cartel colgado en Los Ángeles, CA, 03/04/05]
Nilla estaba sentada en el asiento trasero cuando Charles y Shar llegaron al coche. Cuando la vieron, se detuvieron y no abrieron las puertas. Se quedaron muy cerca el uno del otro durante un rato, y luego Charles se subió al coche.
—Maldita sea, tía, si que te has dado un buen baño —dijo Charles, mirándola por encima del reposacabezas de su asiento. Recorrió su cara con los ojos, buscando algo. No lo encontró.
Shar estaba totalmente inmóvil al lado de la puerta del acompañante. Nilla no alcanzaba a ver su cara desde ese ángulo, sólo los puños que apretaba y abría, apretaba y abría. Nilla se preguntó qué se habrían contado el uno al otro la noche anterior.
Finalmente, Shar abrió la puerta y subió al coche. Se puso el cinturón de seguridad con mucho cuidado.