Capítulo XX

ÁNGELA y Olivié se encuentran en su habitación, el director tiene cara de preocupación.

 

—¿Has contado algo? —preguntó intranquila la mujer—.

 

—No, ¿a quién iba a contarle nada? —respondió Olivié, estaba bastante preocupado pero intentaba disimular. Hacía ya algún tiempo que le estaban, prácticamente, chantajeando con contar el secreto de Ángela.

 

—Espero que nadie se entere, ya sabes que tendría muchos problemas en mi país y donde fuese.

 

Ángela había dejado una causa pendiente con la justicia sabiendo que sería imputada por homicidio involuntario o negligente, al intentar practicar un aborto ilegal a una chica con síndrome de Down violada. Los padres de la niña de 17 años la conocían a través de unos amigos, al intentar realizar un raspado para eliminar el feto se le produjo un enorme derrame y murió desangrada mientras intentaban trasladarla a un hospital. Los padres la denunciaron y la enfermera, antes de ser procesada, salió del país tan pronto como pudo prometiendo a los padres de la chica que si la dejaban en paz no volverían a verla por Berlín. Los progenitores la denunciaron, pero el delito estaba por prescribir, según las leyes alemanas, y Ángela esperaba ese momento para poder retomar su vida. Todavía le quedan dos años fuera del país para poder volver, su abogado la mantenía informada de su situación legal, y como Marruecos no tenía ningún acuerdo de extradición con Alemania se encontraba segura. En el país árabe descubrió la ONG de Olivié, a él le contó la verdad, le explicó su equivocación. La habitación no tenía ni las normas de higiene necesarias ni el personal requerido para la intervención, ni siquiera el instrumental idóneo, pero ya no tenía solución. Fue tan sincero su relato al director y, sobre todo, tan atrayente su madura belleza aria que no dudó en contratarla con el fin de estar junto a ella, lo cual tardó en suceder poco más de 15 días. Ángela se sentía desvalida y le prestó una ayuda fundamental para protegerse del mundo en sus brazos de galán francés.

 

La única malo de estar en Marruecos era unos padres furiosos con una hija sin justicia, y aunque sentía un intenso dolor por hacer matado a la chica, practicó el aborto a una chica síndrome de down violada y la intención era ayudarla. Los padres podían tomarse la justicia por su mano, como desde luego lo habían pensado y hecho saber a través del abogado de Ángela, de forma extraoficial, situación percibida por los oídos de los Náufragos del Mundo, querían tener controlada la actitud altruista de Olivié. Sabían que además era una forma de llegar hasta distintos estratos sociales y laborales de la sociedad parisina y no querían dejar escapar a alguien así. Por casualidad, alguien tocó a su puerta en Marrakech y le explicaron ser una sociedad cultural, más que económica. Más tarde, fue dejando de tener relación con ellos porque en realidad no le interesaba tanto el tema económico. Ahora, después de varios años en Marruecos y con un bagaje laboral importante estaba pensando en dejar aquella situación para volver a una vida burguesa, ayudando a los más desfavorecidos. La idea de dirigir una nueva asociación para los Náufragos del Mundo, en secreto, en París, no le disgustaba del todo.