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Sede del Primer Circuito de ComStar
Isla de Hilton Head, América del Norte, Tierra
19 de agosto de 3029
El Primus de ComStar, Julián Tiepolo, entrecerró los ojos cuando la capiscolesa Myndo Waterly se encaminó al centro del círculo. Plantó los pies en actitud desafiante en medio de la dorada insignia de ComStar grabada en el suelo. La tenue luz que alumbraba la cámara se reflejaba en sus largos y dorados cabellos, así como en su túnica escarlata. La expresión de sus oscuros ojos atravesó el corazón de Tiepolo como una daga.
—Yo, Myndo Waterly, capiscolesa de Dieron durante los últimos diez años, solicito un Voto de Expulsión contra ti, Primus.
De modo que es eso, ¿eh, Myndo? ¿Crees que ya me tienes atrapado? Tiepolo escondió las manos en las voluminosas mangas de su túnica parda y sintió placer al acariciar el burdo tejido de lana.
—No es preciso que esa solicitud sea secundada, capiscolesa de Dieron.
El Primus escrutó a los demás capiscoles y reconoció expresiones de sorpresa en la mitad de los rostros. No has realizado la suficiente labor preparatoria, Myndo.
Siempre has sufrido un exceso de confianza. Asintió con gesto condescendiente.
—Veo que nadie pone en cuestión tu derecho a ser la primera en tomar la palabra sobre este asunto.
La ansiosa sonrisa de Myndo irritó al Primus, pero lo olvidó en cuanto ella empezó a hablar.
—Soy consciente, compañeros capiscoles, de que mi acción puede pareceros brusca, pobremente conducida y presentada en un mal momento. Reconozco que nos encontramos en medio de una gran crisis; sin embargo presiento que, a menos que ComStar tenga un nuevo timonel, dejaremos de ser la nave insignia del destino de la Humanidad.
El Primus observó cómo Myndo se movía con elegancia en el círculo. Siempre has sido una oradora excelente, Myndo. Lo comprendí hace tiempo; por eso te convertí en mi protegida. No sólo entendías la palabra de Blake, sino que también la expresabas con gran elocuencia. ¡Ojalá hubieras aceptado la verdadera sabiduría que yo intenté compartir contigo! En vez de abrazar la nueva filosofía y grandeza, te has dedicado a luchar en una guerra reaccionaria. Eso te destruirá.
Myndo señaló al Primus con un ademán.
—Este hombre, y Adrienne Sims anteriormente, representan un giro nocivo en la filosofía de ComStar. Sus actos son una perversión de la Palabra de Blake; no obstante, su dominio de aquel documento sagrado le ha permitido citarlo para justificar su política y reprimir la oposición. Esta escuela de pensamiento renegada nos destruirá si no la arrancamos de raíz ahora.
Se llevó las manos al pecho y luego las dejó caer a los costados al tiempo que bajaba la mirada, contrita.
—Todos recordamos los cambios que efectuó Adrienne Sims en el servicio. Creó el Cuerpo de Exploradores de ComStar, que ha realizado descubrimientos de valor incalculable al recuperar tecnología de la era de la Liga Estelar y anterior. No podemos poner en duda la utilidad de sus servicios ni el papel vital que han jugado para acercarnos más a nuestro destino.
El Primus apretó los puños para que dejaran de temblarle. ¿Esto también forma parte de ello, Myndo? Una vez predije un gran futuro para ti, incluso que algún día llegarías a ser Primus. ¡Cómo se iluminaron tus ojos al oír mi confidencial…! Pero no ahora ni de este modo. Comenzó a sentir un débil ardor en su pecho. ¡Maldición! Mi úlcera vuelve a despertar.
Myndo observó al Primus como un lobo que contemplara un rebaño de ovejas.
—Si Julián Tiepolo se hubiese conformado con ser el guardián de los programas elaborados por su predecesora, ComStar habría sido bendecida con su elección. Sus treinta años de reinado habrían sido proclamados como una era de estabilidad sin precedentes, durante la cual habría podido obtener más información y fuerza. Por desgracia, Julián Tiepolo comenzó a pensar en su lugar en la Historia y, al cabo de veinte años, actuó para crearse su propia fama.
»Apostó. Vio la Palabra de Blake y sólo leyó los buenos tiempos en que ComStar compartiría su tecnología con una Humanidad unida. Pensó que él podía unir los Estados Sucesores rápidamente para que fuera el Primus quien, por fin, sacara a la Humanidad de esta época oscura. Quiso ser un nuevo Prometeo e intentó llevar a cabo en una década lo que necesita siglos para hacerse realidad.
El Primus entornó los ojos por el dolor que le causaban aquellas palabras. ¡Un uso excelente de una referencia mitológica! Sí, yo habría sido el Portador de la Luz, pero no soy tan ingenuo como para actuar de la manera que insinúas. Sí, he reunido a nuestros enemigos, pero sólo para enfrentarlos entre sí con mayor facilidad. Una gota de sudor resbaló por su sien derecha. ¡Date prisa, capiscolesa! ¡Acaba tu discurso para que yo pueda rebatirlo!
Myndo abrió los brazos como si quisiera abarcar toda la cámara.
—Todos conocemos la lista de cosas que Julián Tiepolo ha intentado hacer en los últimos diez años y muchos de vosotros estabais presentes cuando me opuse a sus demenciales maquinaciones en esta misma cámara. Combatí con terquedad la alianza entre la Mancomunidad de Lira y la Federación de Soles. El Primus creía que, al unir esas dos naciones, aceleraría la caída de los demás Estados. Esta fue la razón con la que me forzó a negociar un tratado entre las casas Kurita, Marik y Liao. Puede parecer que creó dos enemigos fuertes a partir de cinco enemigos pequeños, una fórmula que causaría la destrucción que hemos esperado durante mucho tiempo, pero no se ha producido nada de eso.
»Durante todo este tiempo, yo veía el verdadero peligro existente en los Estados Sucesores: el príncipe Hanse Davion. Antes de él, otros gobernantes de cortas miras creyeron que podían obligar a sus enemigos a elegirlos como Primer Señor de una nueva Liga Estelar, pero este hombre es diferente. Un hombre como Maximilian Liao soñaba con ser elevado por sus iguales y que le dieran rienda libre para crear una nueva Liga. Supuso que podía recomponer, al cabo de meses o años, lo que siglos de guerra y odio habían separado.
»Hanse Davion no está engañado por esa ilusión. No busca la gloria ni el beneficio personales: lo que planea es fundar una dinastía. Ya ha unido los dos reinos más fuertes económicamente al contraer matrimonio con Melissa Steiner. Sus ejércitos han ocupado ya las regiones más productivas de la Confederación de Capela y nuestra Interdicción no ha retrasado sus tropas de ningún modo mesurable. Es como si Hanse Davion conociera nuestros auténticos propósitos y utilizase esa información en contra nuestra.
El Primus sintió una oleada de calor que bañó en sudor su afeitada cabeza. El ardor en el pecho aumentó y, con él, también su furia contra la capiscolesa de Dieron. Un desquite total… ¿Es eso lo que quieres, Myndo? ¿Tanto te dolió que no te aceptara como consorte hace diez años? Entonces me negué a admitirte en mi cama porque eso me habría obligado a escoger entre ti y mi gran misión como Primus y guía de ComStar. Me habrías seducido con tus encantos físicos y luego habrías ejercido tu influencia intelectual. Pese a todo, habríamos alcanzado esta posición, pues yo no habría actuado de una manera lo bastante rápida o implacable para ti. Nunca has comprendido cómo este cargo paraliza incluso a los más osados.
Myndo enumeró los hechos con los dedos y su voz subió de volumen hasta llenar toda la estancia.
—El Primus se equivocó cuando dijo que, en nuestras vidas, no habría cambios en la frontera Liao-Davion. Fracasó en las medidas de seguridad durante la boda entre Davion y Steiner: Jaime Wolf apareció con dos espadas; tres agentes de ROM murieron; y un asesino liaoita atentó contra la vida de Quintus Allard. Cuando presioné para que se dictara una Interdicción contra Casa Liao por aquella violación de la seguridad, el Primus obstruyó mi iniciativa. Cuando solicité una Interdicción contra Casa Davion para detener la invasión en sus etapas iniciales, también la obstruyó. Ahora que Ardan Sortek ha tomado el poder en la República Libre de Tikonov hasta que se celebren elecciones «libres», el Primus no consentirá que extendamos la Interdicción a Tikonov, ¡que no es más que un Estado satélite de Davion!
Myndo apretó los puños y prosiguió:
—Cada vez que sugiero una iniciativa que podría frenar una unificación que es perjudicial para nuestros objetivos, el Primus Julián Tiepolo se opone y emprende un programa que ayuda a nuestros enemigos. ¡Es un hereje! Debemos destituirlo antes de que tenga la ocasión de impedir nuestra respuesta a una situación de máxima gravedad.
El brazo izquierdo del Primus se agitó ligeramente al sentir un agudo dolor desde el hombro hasta el puño. ¿De qué está hablando? Esas crípticas referencias serán mi muerte. Sacó la diestra de la manga y se frotó el pecho. ¡Maldita sea! ¿Por qué tiene que torturarme la úlcera ahora? Por unos momentos, su mente vagó por el pensamiento trivial de pasar otro año con comida insípida y cocidos insufribles.
—Todos recordamos el estrepitoso fracaso del ayudante personal del Primus, el capiscol Emilio Rachan —continuó Myndo con una expresión de desprecio—. Bajo el ojo vigilante del Primus, Rachan intentó crear un pequeño reino y comprometió la seguridad al aliarse con señores renegados de la Liga de Mundos Libres. Rachan localizó, pero no consiguió recuperar, un núcleo de memoria de una biblioteca de la Liga Estelar. De hecho, permitió que cayera en manos de unos civiles que la han tratado como un almacén de peditécnica.
»Durante dos años, hemos perseguido todas las copias del núcleo de memoria que hemos podido encontrar. —Paseó su gélida mirada por la cámara—. Para destruir esos núcleos, hemos financiado grupos terroristas y echado la culpa a Davion o a Kurita. Hasta ahora, hemos impedido que la información contenida en las copias llegara a gente lo bastante capacitada como para comprender lo que tiene entre sus manos. Pero eso ya no es posible por más tiempo, ¡pues el Instituto de Ciencias de Nueva Avalon ya tiene una copia del núcleo de memoria!
Aún más dolor laceró el pecho de Primus, que se agarraba de nuevo el brazo izquierdo. ¡No, no es posible! Debe de estar mintiendo. ¿Cómo pudo Myndo obtener esa información? No tenemos agentes en el ICNA… Si es cierta… ¡Por la Sangre de Blake, estamos perdidos!
Myndo sonrió con crueldad a sus asombrados colegas.
—Sí, el núcleo de memoria ha llegado al ICNA. Sus expertos lo están estudiando, pero su entusiasmo ha causado que se filtren indicios del gran descubrimiento a través de la red de seguridad. ¿Os preguntáis cómo lo he averiguado? —Sus ojos brillaban, saboreando su triunfo—. He colocado a una agente en el área, que ha logrado seducir al hijo del jefe de investigación militar. Él le ha revelado lo suficiente como para que ella me comunique lo que ocurre realmente en el ICNA.
Myndo se volvió y señaló al Primus.
—Debemos pasar a la acción… Una acción que este hombre no aprobará jamás. De lo contrario, ese núcleo de memoria proporcionará al ICNA unos datos que les permitirá dar saltos gigantescos en tecnología. ¡Debemos atacar y destruir el ICNA!
¡No! ¡Es imposible hacer una demostración abierta de fuerza semejante! Julián Tiepolo lanzó una mirada feroz a Myndo y abrió la boca para vociferar su réplica, pero ninguna palabra se escapó de su garganta. Un estallido de puro dolor explotó en su pecho y engulló su brazo izquierdo. El mundo comenzó a girar a su alrededor y se difuminó.
Se agarró el pecho con la diestra y se desplomó en el suelo. Su aliento, en entrecortados jadeos, avivaba el fuego de su pecho.
Myndo observó cómo los paramédicos se llevaban a Julián Tiepolo a la enfermería en una camilla. Cuando la puerta de la cámara se cerró tras ellos, se volvió hacia sus pares.
—Debemos votar —anunció.
El capiscol de Tharkad, aún pálido, la miró con incredulidad.
—¡Yo no aprobaré el apartamiento de Julián Tiepolo del título y dignidad de Primus mientras esté luchando por su vida!
Aun antes de que los demás pudiesen expresar su aprobación, Myndo lo interrumpió.
—¡No me refiero a eso, estúpido! ¿Me crees tan implacable y cruel como para no respetarle eso? Tal vez me haya opuesto a él, pero no le arrebataré su dignidad en su lecho de muerte. —Meneó despacio la cabeza—. No, no lo haría jamás. Sin embargo, debemos votar si hay que emprender una acción contra el ICNA o no.
Villius Tejh la escudriñó con los ojos de un águila.
—No podemos atacar de forma descarada el instituto.
Myndo se echó a reír, preguntándose por qué clase de idiota la había tomado.
—Bien dicho. Dado que fue tan afortunada nuestra imitación de una unidad davionesa en la creación del holovídeo que justificó la Interdicción contra la Federación de Soles, he preparado un batallón de ’Mech que imita, con todo detalle, a los Comandos de la Muerte de Liao. Lo que sabrá la gente es que Liao ha lanzado un ataque contra el ICNA.
—¿Cuándo? —preguntó el capiscol de Tharkad.
—Pueden llegar dentro de tres semanas. La infantería registrará el centro de investigación para recuperar la información que no tengamos, mientras que el batallón de ’Mechs destruirá todo lo que no necesitemos. Por último, arrasarán todas las instalaciones de investigación para borrar todo rastro.
Lentamente, el capiscol de Tharkad levantó la mano en señal de aprobación. Siguiendo su ejemplo, los demás capiscoles fueron expresando su asentimiento al ataque. Myndo paladeó su victoria cuando alzó la mano en último lugar y convirtió la votación en unánime.
Sonrió a sus colegas; sabía que era la más fuerte de todos. Así comienza una nueva era para ComStar. ¡Se cumplirá la Palabra de Blake!