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Sede del Primer Circuito de ComStar
Isla de Hilton Head, América del Norte, Tierra
29 de mayo de 3029
Myndo hizo un esfuerzo por abrir los puños y mantener erguida la cabeza. Puedo sentir su miedo. Saben que ha llegado el día del ajuste de cuentas. Sembraron vientos y ahora les toca recoger tempestades. Sonrió sin alegría. Esta tempestad está a punto de estallar sobre sus cabezas.
El Primus la miró con una ira que no se molestaba en disimular.
—Creo que todos sabemos el motivo por el que la capiscolesa de Dieron ha convocado esta reunión de emergencia —dijo, e inclinó la cabeza hacia ella—. Capiscolesa, ¿quieres presentar una moción?
Myndo aguardó un par de segundos antes de dejar de sonreír.
—Ayer por la mañana, las tropas de Hanse Davion aterrizaron en Sarna. Tal como acordamos, exijo que votemos una Interdicción total y completa de todos nuestros servicios en la Federación de Soles… incluyendo los informes de los agentes de Davion en el interior de la Confederación de Capela o en cualquier otra nación.
El Primus paseó su mirada por los demás capiscoles, reunidos entre las paredes de paneles de madera, y bajo el techo en forma de cúpula, que delimitaban la cámara del Primer Circuito.
—¿Alguna objeción?
El capiscol de Tharkad agitó su dorada melena en ademán afirmativo.
—Mi estimada colega del Condominio Draconis tiene razón al decir que se ha producido el hecho que nos habíamos marcado como límite. Sin embargo, la conquista de Sarna no se ha completado todavía. Por lo tanto, sugiero que la moción se ha presentado de manera prematura.
Los ojos de Myndo relampaguearon de cólera.
—¡Estúpido hipócrita! ¡Acordamos que un ataque a Sarna desencadenaría una Interdicción! Retrasé la convocatoria de esta reunión hasta que las tropas de Davion aterrizasen en Sarna, porque esperaba tus protestas mientras no hubiera combates. —Señaló a su enemigo y añadió—: ¿Cómo puedes justificar la demora de una iniciativa que podría salvar Sarna?
Ulthar Everston aceptó el desafío.
—¿Has olvidado, Myndo Waterly, que el holovídeo que preparaste acerca de una incursión a una instalación nuestra, utiliza una localización que se asemeja a la subestación de la Prefectura de Weng-chu de la Costa Dorada de Sarna? Las tropas de Davion no han pacificado todavía esa área. ¿Cómo podemos basar nuestra Interdicción en una falsedad tan evidente?
—Debo estar de acuerdo con el capiscol de Tharkad —intervino el capiscol de Sian, antes de que Myndo pudiese contestar—. Pese a los acuerdos que tomamos en el pasado, sería un error lanzar una Interdicción ahora. Las fuerzas de Davion han sufrido un terrible revés en Sarna. La Interdicción impediría que la noticia de su derrota se divulgara por la Federación de Soles. El baño de sangre podría bastar, por sí mismo, para evitar todo apoyo popular a la invasión.
La sonrisa que esbozaron los labios del Primus irritó a Myndo; pero, de súbito, sintió una gran serenidad y experimentó una clarividencia tal como nunca había tenido antes. Todo encajaba ¡Claro! Hemos estado tan ocupados observando lo que hacía el Zorro, que no nos hemos dado cuenta de sus verdaderas razones. Se le escapó una risita.
—¡La burla no tiene razón de existir en este centro del saber, capiscolesa de Dieron! —estalló el Primus—. ¡Contrólate o serás censurada por tu actitud!
Myndo inclinó la cabeza, pidiendo disculpas. Cuando volvió a levantarla, vio que todos los demás capiscoles estaban observándola. Se han percatado del cambio. Ahora, mientras tengo su atención centrada en mí, debo utilizar lo que he descubierto. Se volvió hacia Villius Tejh.
—Capiscol de Sian, ¿qué motivo crees que mueve a Hanse Davion a llevar adelante esta guerra?
Tejh la observó con suspicacia y buscó en el semblante de la capiscolesa algún indicio de una trampa.
—No soy tan estúpido como para dejarme convencer sobre la supuesta amenaza que Liao representa para la Federación de Soles. Después de las maniobras Galahad-26, el Príncipe debe de haber comprendido que cualquier ataque a la Confederación de Capela significaría un desastre para Maximilian Liao. Hanse Davion desea ser el Primer Señor de una nueva Liga Estelar. Contrajo matrimonio para formar ese nuevo gobierno, y ahora conquista otra área de su futuro reino.
El capiscol de Nueva Avalon hizo un gesto de negación.
—Con el debido respeto, capiscol de Sian, creo que mi perspectiva es mejor que la tuya. En pocas palabras, creo que el Príncipe ha desencadenado esta guerra para capturar los centros más destacados del sector industrial liaoita, A lo largo de la Historia, se han declarado guerras repetidamente para obtener tecnología y los medios de producirla. El ICNA está aprendiendo mucho de los conocimientos antiguos e incluso ha emprendido la investigación en campos que no estudiaron los primeros tecnólogos. El Príncipe necesita ocasiones para trasladar los experimentos de laboratorio al mundo real.
—Esa es la misma idea que concebí yo sobre el origen de esta guerra —intervino, sonriente, Ulthar Everston—. La boda de Davion con Melissa Steiner y los acuerdos que firmó con la Arcontesa antes de la boda, han vinculado entre sí las economías lirana y federal. La inclusión de los centros de producción de Liao expandirá ambos sistemas económicos y enriquecerá a ambos reinos.
El Primus miró a Myndo. Entornó los ojos, como si pudiera atravesar con la mirada la máscara de su semblante y adivinar sus pensamientos. De súbito, se volvió hacia el capiscol de Tharkad.
—Si eso es cierto, Ulthar, ¿por qué Davion ha penetrado tan profundamente en el territorio de Liao para tomar Sarna? No tiene industria y, si no fuera por la historia y el simbolismo de ese planeta, sería considerado como uno de los más pobres de la Confederación de Capela.
Everston asintió, pero Myndo percibió su gesto titubeante como un presagio de su inminente victoria.
—Tienes toda la razón, Primus —dijo la capiscolesa—, al resaltar la relativa falta de relevancia de Sarna; no obstante, creo que Hanse Davion lo considera un emplazamiento de importancia estratégica. Liao es consciente de que no puede permitir que el planeta caiga en manos de Davion. Es evidente porque ha estacionado allí la Caballería Blindada de McCarron.
»Deseo comentar a mi bien informado colega de la Mancomunidad de Lira —prosiguió, disponiendo su trampa poco a poco— que la Caballería Blindada de McCarron fue estacionada en Sarna por orden de Justin Xiang, no de Maximilian Liao. Me atrevo a sugerir que, si el regreso de Xiang desde Bethel no se hubiera retrasado a causa de un fallo en un sello de helio de una Nave de Salto, Maximilian Liao le habría ordenado que asignara otro destino a aquellos mercenarios.
El capiscol de Tharkad desdeñó la sugerencia con una expresión de disgusto en su rubicundo semblante.
—¡Qué majadería! Liao conoce la importancia de Sarna. Ya ha perdido dos mundos que son capitales de comunidad: Tikonov y Liao. No puede permitirse perder otro planeta importante.
—Ya veo. —Myndo dejó que sus palabras quedaran en suspenso, mientras una sonrisa indulgente asomaba a su cara—. De modo que crees que los motivos de Hanse Davion son políticos o económicos. Ello podría explicar muchas cosas, pero no todo. Hay una motivación más profunda tras las acciones del Príncipe: una que sí lo explica todo.
El Primus se frotó con nerviosismo el dorso de la mano derecha.
—¿Cuál es esa motivación, capiscolesa de Dieron? Por favor, ilústranos con tu saber…
Myndo asintió. Encantada, Primus.
—Examinemos los actos significativos emprendidos por el Príncipe, ¿de acuerdo? Comencemos por su conflicto con el duque Michael Hasek-Davion, quien llevó a cabo una intentona de deponer a Hanse inmediatamente después de la muerte del anterior príncipe, Ian Davion. Hanse Davion ganó aquella guerra encubierta en 3016 y, desde entonces, hizo sistemáticamente todo lo que pudo para acabar con el duque Michael. Obligó a Morgan Hasek-Davion a ir a la corte de Nueva Avalon y privó a Michael de la lealtad filosófica de su hijo. Luego, cuando Hanse y su perro guardián, Quintus Allard, descubrieron que Michael estaba facilitando información a Maximilian Liao, comenzaron a proporcionarle datos falsos que dieron como resultado la caída en desgracia y la muerte de Michael.
»¿Examinamos ahora el odio de Hanse a Maximilian Liao? Como todos sabemos, e incluso discutimos hace mucho tiempo, Hanse y Takashi Kurita, hasta el año 3025, parecieron mantener una relación condenada a acabar en una colisión frontal. Sin embargo, en plena campaña de Galtor, Maximilian Liao estuvo a punto de conseguir reemplazar a Hanse Davion por un doble. Aquel ardid acabó en un fracaso, pero Hanse ha querido desquitarse de Liao desde entonces.
El capiscol de Sian se rio burlonamente.
—¿Insinúas acaso que toda esta guerra se debe a una rabieta de Hanse Davion? ¡Es ridículo!
—Ah, ¿sí? —repuso Myndo, lanzándole una mirada feroz—. El Príncipe es rencoroso y tiene mal genio. Considera, por ejemplo, el caso de Justin Xiang. El Príncipe se sintió inclinado a ser compasivo hasta que Xiang lo insultó en público. El Príncipe lo exilió y, cuando Xiang demostró que seguía siendo una molestia, ordenó que lo eliminaran. ¡Incluso envió la orden a través del propio padre de Xiang!
Myndo extendió una mano para acallar la réplica del capiscol de Sian y prosiguió:
—Otro ejemplo es el Quinto de Fusileros de Sirtis. Hanse sabía que la unidad era firmemente leal al duque Michael y hostil a él. ¿Qué hizo, pues? Los envió a un planeta que sabe que está defendido por la Caballería Blindada de McCarron. Sí, le llegaron noticias sobre su presencia en aquel mundo. Mis contactos lo han confirmado y estoy segura de que el capiscol de Nueva Avalon también podría hacerlo. Los otros tres regimientos que atacaron Sarna, fueron dirigidos a enclaves defendidos por milicianos, mientras que los Fusileros fueron desembarcados, por orden expresa del Príncipe, sobre las mismas cabezas de McCarron y su gente. Y aún más: el Príncipe prohibió al general Hartstone que emprendiese una «heroicidad personal». Aquella advertencia espoleó a Hartstone a enviar sus tropas antes de que las demás fuerzas de la Federación pudieran acudir en su apoyo.
»Hanse Davion destruyó a los Fusileros de manera consciente. La Marca Capelense apoyará su llamada a la venganza y los Fusileros habrán dejado de constituir una amenaza para él.
El Primus Julián Tiepolo apoyó su puntiaguda barbilla en el pulgar y el índice de su diestra.
—Y el ataque a Sarna, por las razones ya comentadas, es otra puñalada a Maximilian Liao. Ayudar a Pavel Ridzik y comprar los servicios de los Montañeses de Northwind fueron golpes de similar importancia a su enemigo.
Myndo observó cómo los semblantes de los demás capiscoles reflejaban su nueva comprensión de los acontecimientos. Están empezando a entenderlo.
—En efecto, amigos míos —continuó en voz baja, pero en tono apremiante—. La Palabra de Blake está llena de directrices sobre la manera como podríamos desbaratar los avances de las naciones y del nacionalismo. Jerome Blake, en su sabiduría, nos dijo cómo manipular la economía y la demanda de bienes materiales del populacho. Nos señala cuáles son las herramientas capaces de convertir una protesta local en una causa que pueden abrazar planetas enteros, y nos ha instruido en las formas de acabar con las revoluciones opuestas a nuestros objetivos.
»Jerome previo todo aquello a lo que podríamos enfrentarnos en el cumplimiento de la misión que nos asignó —insistió. Sus ojos brillaban con la luz de la inspiración—. Nos preparó para repeler imperios y para replegar naciones sobre sí mismas. Nos enseñó a arruinar todo lo que no se ajustase a sus ideales. Nos moldeó de forma tal que fuéramos capaces de derrotar todas las amenazas que había calculado. Pero Hanse Davion está fuera de todo lo que abarcó la experiencia de Jerome Blake.
El capiscol de Tharkad enseñó los dientes al sisear:
—¡Blasfemia! ¡Has ido demasiado lejos, bruja! ¡Dudar de la sabiduría de Blake es una muestra de locura!
Myndo sonrió con crueldad.
—No soy ninguna novicia a quien se deban inculcar las necedades místicas con las que disimulamos nuestros motivos y actos. Mantenemos la farsa fuera de esta estancia; pero aquí, reunidos en concilio, debemos basar nuestras discusiones y decisiones en la realidad, en los hechos, y no en las fantasías de otra era. No dudo de la sabiduría del Bendito Blake, pues sus palabras, interpretadas y modificadas a lo largo de los años, han predicho los acontecimientos históricos con exactitud. Además, la previsión de Blake nos ha guiado a menudo a la hora de seguir el rumbo de acción correcto. Sólo digo que, en este caso, no previo que pudiese existir alguien tan audaz como Hanse Davion. Pero eso no significa que nosotros debamos estar tan ciegos ni ser tan estúpidos como para no reconocerlo.
»Nadie debe dudar de que Hanse Davion es una amenaza que ni Jerome Blake, ni ningún Primus desde su época, pudo prever. No debemos culpar de ello a Blake, ni dejar que ese error oscurezca su gloria ante nuestros ojos. En la era de Blake, durante la Guerra Civil, la figura más similar a Hanse Davion era la del general Aleksandr Kerensky. Sin embargo, Kerensky huyó con sus tropas más allá de la Periferia para evitar que se prolongara la guerra. Jerome Blake debió de imaginar que cualquier otro hombre tan poderoso como aquel, haría lo mismo.
El capiscol de Tharkad, desolado, agachó la cabeza.
—Tienes razón. Nadie podría concebir que un hombre desencadenaría una guerra para satisfacer su propio egoísmo.
—Esta es la razón por la que hay que detener ya a Davion. Hemos comprobado su capacidad de eliminar una unidad de primera categoría sin el menor remordimiento, si sus miembros no le son leales. Hemos visto su obsesiva persecución de uno de sus enemigos, primero Kurita y después Liao. Por su forma de conducir la guerra, sabemos que no se detendrá ante nada con tal de destruir a Maximilian Liao. Debemos lanzar la Interdicción ahora.
El capiscol de Sian, mortalmente pálido, observó a Myndo con expresión sombría.
—Aparte de una intervención directa en favor de Casa Liao, ¿cómo contendremos a Davion? La primera parte de su invasión se ha llevado a cabo mediante órdenes selladas enviadas desde Nueva Avalon.
—La Interdicción frenará su avance militar porque las órdenes no se transmitirán tan deprisa. De hecho, para que Davion pueda disponer de algún tipo adecuado de comunicaciones, la Federación de Soles habrá de dedicar un número extraordinario de Naves de Salto para mantener esos infernales «circuitos de órdenes» concebidos por el Príncipe. A su vez, ello alterará por completo el movimiento de mercancías en el interior de su reino. En cuanto una colonia minera se quede sin grano, al tiempo que habrá de sobra en un planeta situado a menos de quince años luz, comenzará la oposición a su política. No transmitiremos mensajes con carácter oficial, pero no dudaremos en divulgar rumores de agitación social para que la situación interna de la Federación se convierta en un problema de primera magnitud para el Príncipe.
El Primus contempló, con gesto inexpresivo, la insignia dorada de ComStar grabada en el pulido suelo de la estancia.
—Si imponemos la Interdicción a la Federación de Soles, pero no a la Mancomunidad de Lira, los liranos empezarán a replantearse su alianza con la nación paria. De hecho, la prueba de un ataque davionés a una de nuestras instalaciones irritará a muchísima gente. La Interdicción también cortará el envío de fondos de Davion a los movimientos de liberación que ha estado financiando en la Liga de Mundos Libres. Ello podría permitir a Casa Marik incluso abrir un nuevo frente en apoyo de su aliado, Liao, y perjudicar así al Príncipe y su empresa guerrera.
Myndo abandonó todos sus esfuerzos por impedir que su satisfacción se reflejara en su rostro.
—¿Estamos de acuerdo, entonces, de que hay que imponer una Interdicción de inmediato? ¿Por el bien de la Humanidad?
El Primus asintió con solemnidad, pero habló en tono irónico y sus impasibles ojos oscuros brillaron con un extraño sentido del humor.
—Por la Humanidad, pues, y por el cumplimiento de la Palabra de Blake.
Myndo miró al Primus y sintió un secreto regocijo al ver su expresión fatigada cuando los demás capiscoles aceptaron, de manera unánime, que se impusiera una Interdicción a la Federación de Soles.
—Así pues, se ha decidido. Desde este momento termina toda relación de ComStar con la Federación de Soles. ¡Hágase la Voluntad de Blake!