Prólogo

Prólogo

Sede del Primer Circuito de ComStar

Isla de Hilton Head, América del Norte, Tierra

27 de febrero de 3029

—¡Todos sois unos estúpidos! ¡Unos estúpidos ciegos! —explotó Myndo Waterly—. Hanse Davion os cocerá a fuego lento mientras discutís la calidad de la receta. ¡Exijo que actuemos! ¡Exijo una Interdicción ahora mismo!

Sus encolerizadas palabras rompieron el silencio, tenso y asfixiante, que había imperado entre las paredes, cubiertas de paneles de roble, de la cámara del Primer Circuito. Sin embargo, no logró hacer perder la compostura al Primus Julián Tiepolo.

—Capiscolesa de Dieron —dijo éste con calma—, tienes que reprimir esas expresiones emocionales tan infantiles. Debes una disculpa a tus compañeros capiscoles, pues no son estúpidos ni ciegos. Lo que se decida aquí, será el fruto de una discusión abierta e inteligente, no la atemorizada respuesta a alguien que grita que va a caer el techo sobre nuestras cabezas.

Myndo contempló el rostro, semejante al de un buitre, de su superior. Estás cansado, anciano, y estás llevándote contigo a la tumba a ComStar. No lo permitiré.

Desvió la mirada e inclinó la cabeza con gesto de arrepentimiento.

—Pido disculpas, mas no esperéis de mí que no sea apasionada mientras contemplo cómo se marchita la utopía que soñó Jerome Blake. —Myndo paseó su mirada por la cámara y observó a cada uno de los capiscoles, ataviados con sus túnicas rojas—. Como vosotros, he trabajado duro para ver cumplida nuestra misión. ComStar es la salvación de la Humanidad y la Palabra de Blake es la guía que nos conducirá a dicha salvación. La guerra de Hanse Davion contra la Confederación de Capela está desmantelando nuestra labor y, sin embargo, no hacéis nada para impedirlo. ¿Qué justificación cabe?

Ulthar Everston, el corpulento hombre rubio que se hallaba frente a Myndo en la débilmente iluminada estancia, aceptó el desafío.

—No compartimos tu visión del futuro, capiscolesa de Dieron. Has avisado tantas veces que venía el lobo, que ya no nos causan pánico tus palabras. Señalas las sombras como si fuesen reales. La guerra de Hanse Davion no contradice la Palabra de Blake: la cumple.

Myndo hizo un gesto de impaciencia que agitó sus dorados cabellos, que le cubrían las hombreras de su túnica de seda roja.

—Blake dijo que las guerras fragmentarían los Estados Sucesores. Entonces, y sólo entonces, se alzaría ComStar para conducir a la Humanidad a su auténtica gloria. Hanse Davion ha engullido ya a la mitad de la Confederación de Capela. Esta guerra no divide: ¡une!

—Pavel Ridzik ha creado su propia nación a partir de la Comunidad de Tikonov —replicó un hombre flaco de cabellos negros—. Esto es una fragmentación, no una unión, Myndo.

—¡Ja! —se rio Myndo, y le lanzó una agria mirada—. ¿Dices que ese Estado-marioneta es el fruto de una «fragmentación»? Por favor, capiscol de Sian, no me hagas perder el tiempo. Hanse Davion permite a Ridzik que aparente ser independiente, pero sabemos que el Príncipe ha enviado allí a su hombre de confianza, Ardan Sortek, para que sea el perro guardián de Ridzik. —Sonrió con crueldad—. Tendrías razón si citaras a Maximilian Liao como alguien que fomenta la fragmentación. Pero lo único que hace es dividir su reino en bocados para que Hanse Davion pueda devorarlos.

—Tal vez espera que el Príncipe se ahogue con alguno de ellos —comentó Huthrin Vandel, echándose a reír.

El Primus meneó la cabeza, rechazando en silencio aquella sugerencia.

—Myndo tiene razón. Los esfuerzos de Liao para contener la invasión de Davion han sido infructuosos. No olvidemos que Hanse Davion se ha ganado con justicia el sobrenombre de «el Zorro». Ninguno de nosotros previo que se ganaría el apoyo de los Montañeses de Northwind, que hasta entonces habían servido a Liao, a cambio del propio planeta Northwind. Los Montañeses volvieron a su hogar ancestral y desbarataron el ataque de Kurita en el Pasillo Terráqueo. Fue una jugada bien planeada del Príncipe.

La intervención del Primus en apoyo de Myndo la dejó un tanto desconcertada. ¿Es posible que haya empezado a comprender la amenaza? ¿O sólo está dando una regañina a sus lacayos? Escrutó el rostro de Tiepolo, pero los ojos oscuros y la expresión impávida de aquel hombre no le dieron ninguna pista sobre sus pensamientos. Myndo se volvió hacia los demás capiscoles.

—Si no recuerdo mal lo dicho en nuestro último debate sobre esta cuestión, tú, capiscol de Sian, sugeriste que el contraataque de enero de Liao destruiría las bases de suministros de Davion y atajaría su avance sobre la frontera entre Tikonov y la Federación. Sin embargo, las tropas liaoitas se metieron de bruces en una gigantesca emboscada davionesa. La capacidad ofensiva capelense ha quedado destruida y su fuerza defensiva está gravemente debilitada.

—Permíteme que te comente —replicó el capiscol de Sian—, capiscolesa de Dieron, que las tropas de Hanse Davion no han efectuado ningún avance desde la emboscada. Hemos previsto que su próxima oleada invasora tendrá lugar, como muy pronto, en mayo. Supongo que recordarás que no todos los ataques liaoitas fueron repelidos. El Cuarto Regimiento de Rangers de Tau Ceti atacó Axton y logró escapar tras la incursión. Este ataque detrás de las líneas ha amargado la victoria del Príncipe.

—Como capiscol de Nueva Avalon —intervino Vandel, mientras se peinaba sus negros cabellos con los dedos—, estoy en condiciones de confirmar que a la corte davionesa no le ha complacido mucho que no hubieran previsto ese ataque. El Cuarto de Rangers de Tau Ceti logró causar daños en un cuadro de adiestramiento del Instituto de Ciencias de Nueva Avalon.

El Primus miró al capiscol de Sian.

—¿Tu equipo en la capital de Liao ha descubierto ya el significado del mensaje que enviaron los Rangers de Axton a Sian antes de marcharse? «Que te den por el culo» es un mensaje extraño, aunque expresivo, para enviarlo durante una operación militar.

Aun contra su voluntad, Myndo sonrió como sus colegas. Villius Tejh aguardó a que acabasen las risitas antes de responder a la pregunta del Primus.

—El mensaje iba dirigido a Justin Xiang. Por lo poco que hemos podido averiguar, Xiang está buscando unas instalaciones del ICNA que, en su opinión, podrían tener la clave de una nueva generación de BattleMechs…

—Seguramente será el complejo de laboratorios de Bethel —intervino el capiscol de Nueva Avalon—. Es muy pequeño, pero en él trabaja gente muy competente.

—¿No tenemos agentes de ROM infiltrados? —preguntó Myndo al Primus.

Este no contestó, sino que hizo una seña casi imperceptible al capiscol de Sian para que continuase.

—Xiang ha organizado un ataque contra Bethel con el Cuarto de Rangers de Tau Ceti —dijo Tejh—. Creemos que el mensaje que emitieron desde Axton indica que no encontraron el laboratorio allí. Suponemos que Xiang dirigirá en persona el asalto a Bethel.

—¿A qué fuerzas se enfrentará la hueste de Xiang? —inquirió Ulthar Everston al capiscol de Nueva Avalon.

—Davion está desplazando tropas constantemente —respondió Vandel, encogiéndose de hombros—. Si se desencadena el ataque antes de finales de abril, los capelenses se enfrentarán a una compañía de la Guardia Ligera de Davion. Si Xiang hace uso de su habitual ingenio, estoy convencido de que los vencerá.

—No puedo creer lo que escuchan mis oídos sobre un lance minúsculo en esta guerra —intervino Myndo—. La Mancomunidad de Lira ha establecido una nueva línea fronteriza con el Condominio Draconis, y los Dragones de Wolf están conteniendo sin grandes problemas a los draconianos, impidiéndoles penetrar en la Federación de Soles. Casa Marik sigue en guerra con los movimientos separatistas que combaten dentro de sus fronteras y financiados por Davion, quien, a su vez, está devorando la Confederación de Capela. ¿De qué servirá ese ataque de Justin Xiang? ¿Qué importancia puede tener?

El Primus sonrió fríamente.

—Capiscolesa de Dieron, de verdad ¿te encuentras bien? ¿Cuántas veces nos has advertido que Davion es la encarnación del Diablo, a causa de su deseo de recuperar los conocimientos científicos perdidos en los últimos tres siglos? Creo que deberías aplaudir este ataque contra una instalación del ICNA.

—Aplaudiría el esfuerzo de Xiang si atacase el propio ICNA —replicó Myndo, irritada. ¡No intentes estrangularme con mis propias palabras!—. Sea como sea —prosiguió—, esta discusión está apartándonos de mi argumento inicial. ¡Exijo una Interdicción contra Casa Davion! Si interrumpimos todas sus comunicaciones, no sólo frustraremos sus ataques, sino que dejaremos paralizada toda la Federación de Soles. Si no pueden emitirse ni recibirse mensajes en sus mundos, sus habitantes sufrirán las consecuencias. Ello conducirá al descontento, al temor y al malestar social. Sería como tirar de la alfombra sobre la que se encuentra el Príncipe. Es la única manera de detenerlo.

—Mi querida Myndo —intervino entonces el capiscol de Tharkad—, ya exigiste la Interdicción el año pasado. Todos estuvimos de acuerdo en fijar un límite a nuestra tolerancia. Acordamos que prohibiríamos las comunicaciones si las fuerzas de Davion atacaban Sarna.

—¿He de recordarte, Ulthar —dijo Myndo, iracunda—, que ese acuerdo se tomó antes de la emboscada davionesa y antes de que el único rival del Príncipe, el duque Michael Hasek-Davion, desapareciera de la pugna en un momento tan beneficioso para Davion? La situación es mucho más grave ahora que entonces.

—Pero Davion no es más fuerte —intervino el capiscol de Sian con vehemencia—. Si interviniésemos, parecería que somos parciales en este conflicto y Hanse Davion podría volver sus fuerzas contra nosotros.

Myndo Waterly se irguió cuan alta era.

—Hablas como si le tuvieras miedo. Ambos sabemos que ComStar tiene más BattleMechs ocultos que cualquiera de los Estados Sucesores; y también sabes que nuestras máquinas se conservan en un estado mejor que las de Casa Davion. No tenemos nada que temer del Zorro.

—En eso estás muy equivocada, capiscolesa de Dieron —dijo el Primus, lanzándole una feroz mirada—. Nuestra imparcialidad hace que seamos un aliado de confianza para todos los Estados Sucesores. Por eso nos permiten que transmitamos sus comunicaciones. Por medio de dichas comunicaciones, averiguamos cuáles son sus puntos fuertes y débiles. Ganamos en conocimiento, y ello nos da poder.

Myndo miró a Tiepolo con una expresión igualmente sombría.

—¿De qué nos sirve el poder, si no lo ejercemos?

La expresión de granito del Primus no se alteró.

—No hemos dicho que no vayamos a ejercer nuestro poder, pero tampoco lo usaremos a ciegas. No daré la orden de que se desplieguen nuestros ’Mechs, porque daríamos una imagen desfavorable. Sin embargo, sí te permito crear un holovídeo en el que aparezcan las tropas de Davion arrasando una de nuestras estaciones emisoras de comunicaciones. Lo utilizaremos como prueba y así tendremos una excusa válida para dejar de prestar nuestros servicios en el interior de la Federación de Soles.

—¿Incluirá la Interdicción el aislamiento de los agentes de Davion en el interior de la Confederación de Capela? —preguntó el capiscol de Tharkad, ceñudo.

—Sí. En un esfuerzo por frenar el avance de Davion, ya he empezado a retrasar los mensajes transmitidos por espías de Davion sobre número y emplazamiento de tropas.

Myndo parecía confusa.

—¿Por qué no revelamos sus nombres a la Maskirovka? Estoy segura de que Maximilian Liao nos estaría agradecido por entregar a agentes enemigos a su policía secreta.

—Yo no recomiendo esa medida —intervino el capiscol de Sian—. Maximilian está sometido a mucha presión. Podría damos las gracias, pero también podría acusarnos de colaborar con Casa Davion por haber delatado a los espías a tiempo de impedir el ataque davionés.

El Primus asintió a sus palabras.

—No me importa demorar unos informes que matarán a guerreros, pero me niego a delatar a espías. Sería como matar a la gallina de los huevos de oro. Seguiremos aceptando sus informes como si los transmitiéramos, pero la información será traída aquí para que sea analizada.

El capiscol de Nueva Avalon carraspeó.

—Si algún espía de Davion fuera descubierto, estoy seguro de que Quintus Allard sería capaz de reclutar nuevos hombres y mantenernos ocultas sus identidades… al menos, a corto plazo. Más vale lo malo conocido…

Myndo reflexionó en silencio. Sois una pandilla de granjeras muertas de miedo. Para comeros una gallina, preferís esperar a que se muera. Perdéis el tiempo haciendo planes, cuando lo que necesitáis en realidad es un hacha afilada. Observó con atención al Primus. Cuando yo ocupe tu lugar, ComStar se convertirá en una fuerza más poderosa de lo que puedes imaginar. La Palabra de Blake será conocida como la auténtica Verdad.

El Primus sonrió, aunque no había ningún afecto ni simpatía en aquel gesto.

—Si no quieres quedar en ridículo, capiscolesa de Dieron, te sugiero que no pidas que votemos la Interdicción. Parece que optamos por mantener el acuerdo anterior.

Myndo asintió.

—Muy bien. Prefiero esperar hasta que Casa Davion ataque Sarna… pero no más.

Ahora, todo lo que necesito es reestructurar suficientes informes de espionaje para que Sama parezca muy tentadora. De manera espontánea, evocó en su mente una imagen de Hanse Davion. Tal vez, gracias a los planos del Zorro, yo no tenga que hacer nada