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Otro archivo
Existen otras clases de archivos.
Hubo un hombre que pasó la mayor parte de su vida encerrado en el psiquiátrico de Säter. No sé qué enfermedad mental padecía, creo que sufría terribles alucinaciones que le perturbaban todos los sentidos.
Lo ingresaron en el hospital en 1912 y permaneció allí hasta su muerte en la década de 1960.
Dedicó su vida a una actividad en la que seguramente estaba muy solo.
En Säter hay un museo muy pequeño sobre la visión que se tenía antiguamente de los enfermos mentales y de los tratamientos que se les ofrecían.
En una caja de madera guardan una serie de libros antiguos. Al abrirlos observamos aquí y allá, sobre todo al final, que entre las líneas hay un texto escrito a lápiz con letra microscópica. Si lo leemos con una lupa y algo de paciencia, vemos que el autor ha «mejorado» lo que dice. ¿Habrá conseguido que la intriga resulte más liviana, o tal vez más oscura? En todo caso, se ha apropiado de los libros.
¿Y quién no quiere hacer lo mismo?
El filósofo y alquimista Paracelso dejó muchos escritos sobre las materias más diversas. Entre otras cosas, escribió muy convencido sobre sus denodados intentos de fabricar oro, el objetivo supremo de todo alquimista.
Sus textos se han conservado a través de muchos siglos. De vez en cuando, lo han traducido a otras lenguas.
En ocasiones, con algún error. Dicen que un afanoso alquimista allá por la primera guerra mundial fue a buscar uno de sus escritos. En él decía, entre otras cosas, que cierto metal debía tratarse envuelto en ascuas en un horno durante cuarenta días, y que así se convertiría en oro. Al menos, eso decía Paracelso en el original. Pero la traducción estaba mal. Decía que el metal debía conservarse entre ascuas durante cuarenta años.
El alquimista era un hombre mayor. Calculó que debería vivir hasta los ciento veinte años para poder seguir el consejo del Maestro.
Reunió todas las notas que había escrito a lo largo de su vida sobre cómo conseguir oro. Lo dejó todo en un archivo desconocido y desapareció de París para siempre y sin dejar rastro.