90 ¿Los 5 millones? ¡Los obtendremos!
ALLISON tiene 5 años. Conozco muy bien a su mamá, Mary McDonell, que vive cerca de Chicago. Mary bromea frecuentemente conmigo porque su hija conoce de memoria mis cassettes en inglés sobre Medjugorje, de los cuales recita trozos enteros, reproduciendo además mis errores de sintaxis... ¡Ay! Un día, Allison le preguntó a su madre:
—Mamá, ¿existe Santa Allison?
—No, mi amor, que yo sepa no existe ninguna...
—Entonces, mamá, ¡seré yo!
Desde ese día, Allison trabaja activamente en este proyecto y por nada en el mundo perdería la menor ocasión ofrecida por la Providencia (perdón...¡La Divina!). Cuando el libro ¡Niños, ayudad a mi Corazón a vencer! llegó a su casa, su madre se lo leyó. La pequeña no se despegó de él hasta la última página, “bebiendo” ávidamente cada palabra. Una vez terminada la lectura, su madre quiso dedicarse a otra cosa, pero la niña insistió:
—Mamá, ¡vamos a empezar enseguida con las oraciones y los sacrificios para ayudar a la Santísima Virgen!
Mary es una convertida de Medjugorje que emerge de un pasado más sombrío que luminoso, y conserva una conciencia aguda de que si su vida ha salido del abismo es gracias a la oración. Ella consintió:
—Sí, seguro, cariño; pero, ¿qué te parece que debemos hacer?
—Pues...¡ven a mi habitación!
El dormitorio de Allison se parecía a los cuartos de todos los niños americanos: una plétora de juguetes y objetos de toda clase. Allison miró primero a sus queridas muñecas, tomó la preferida, se la dio a su madre, y declaró:
—Démosle esta muñeca a Kate (su hermana). Y esto a Don (su hermano Donald). Luego, con una calma y una alegría que conmovieron a su madre, la pequeña Allison tomó sus objetos preferidos y los destinó, uno por uno, a algún niño conocido por ella. “Esto para Fulano, aquello para Mengano”, ¡una limpieza total! Mary conseguía a duras penas contener sus lágrimas.
Ese día, los sacrificios solo empezaban para Allison. Mary me dice a veces: “Me pregunto lo que Dios le tiene destinado...”. Mientras tanto, Allison es la delicia de su familia, por su ingenio y su vivacidad. Cierto día, habiendo acompañado a su mamá a la iglesia, Allison descubrió el incienso que se elevaba ante el Santísimo Sacramento.
—Mamá, ¿qué es eso?
—Es incienso, cielo. Es como nuestras oraciones: sube, sube hacia el Cielo... ¿Has notado qué bien huele?
—¿Sabes, mamá? ¡El incienso llega hasta mi corazón!
—No, cariño, hasta tu corazón no, ¡hasta el Cielo!
—Pero mamá, ¡el Cielo está en mi corazón!
El padre Pío veía lo invisible. Cuanto más se identificaba con Cristo en su cuerpo y en su alma, más descubría, maravillado, la belleza de los niños y el papel primordial que ellos están llamados a tener en estos tiempos en que la aplastante mayoría de la humanidad ha perdido todo rastro de Dios. Le gustaba repetir: “¡Los niños salvarán al mundo!”. Un día, sintiendo que su vida se apagaba, llamó a un joven hermano de su convento en el que presentía un alma de fuego:
—Andrea —le dijo—, escúchame con atención: bastarían cinco millones de niños para salvar al mundo. Tú, cuando yo ya no esté, forma grupos de niños. Hazlos orar, adorar, enséñales a hacer sacrificios. Que todos se consagren al Corazón Inmaculado de María. Ahora esto es lo más importante.
Entonces, el padre Andrea d'Ascanio ( Padre Andrea d’Ascanio, CP 135, 67100 L’Aquila, Italia) comenzó, con medios precarios, a reunir un verdadero ejército de niños orantes en el espíritu de los mensajes de Fátima. El comprueba fácilmente que los medios más receptivos a sus llamamientos son los grupos de Medjugorje. Durante un gran encuentro sobre Medjugorje en Estados Unidos, nos contó lo que el padre Pío le había confiado sobre los niños, y exclamó:
—¡Ya tengo un millón de niños! ¿Adonde encontraré los cuatro millones que faltan?
¿Y si nosotros, franceses (todos estáis invitados a hacer lo mismo, cualquiera que sea vuestra nacionalidad.) ofreciéramos nuestro pequeño millón de niños? ¡Después de todas las tonterías que hemos hecho durante los últimos decenios con nuestras leyes, entre otras cosas, no estaría tan mal...!
La Gospa nos invita a estar abiertos a nuestro Creador y a ser activos... Pues tengo una buena noticia para Ella: ¡nuestros querubines sí son activos!
Recibimos continuamente los cuadernos de los niños en los cuales han “coloreado sus victorias” después de haber ofrecido oraciones y sacrificios. A continuación, algunos ejemplos de sus oraciones, sin retocar, por supuesto, sus tiernos errores de ortografía y su redacción infantil:
- “¡Ganaremos María!, te lo prometo... Gracias por adelantado.” (Aude, 9 años).
- “Gracias Jesús por prender la lus para los que están en la oscuridad.” (Violaine, 7 años) (.Sin saberlo, esta niña expresa con su oración la gran súplica de la Gospa en favor de aquellos que no han experimentado el amor del Padre. El 2 de marzo de 1997, según Mirjana, María lloró durante toda la aparición en la Cruz Azul. “Iluminad a todas las almas en las cuales reinan las tinieblas”, dijo Ella; “orad por aquellos para quienes la vida sobre esta Tierra es lo más importante...”).
- “María, tengo siempre miedo de todo. Te pido que me ayudes a no tener miedo; te doy mi mano, dame la tuya, tengo que aprender a nadar.” (Aurore, 10 años).
- “María, para las guerras en el mundo, y que todos los hombres se amen, los blancos, los negros, los amarillos y también los indios.” (Emilie, 9 años).
- “María yo te quiero y te pido que le des un beso a mi papa questa en el sielo. ” (Marie, 6 años).
- “Cúrame de mis piojos, de mis liendres, de mis malos pensamientos; reso para que a mi papá le guste ir a misa; que el Espíritu Santo continué a bajar sobre Sonia.” (Christel, 8 años).
- “...ahora, para hacerme perdonar por ti, como sé que no estas enfadada conmigo, hago este acto de consagrasion: María, hoy te doy mi corazón y me llevo a mi casa tu corazon inmaculado para que me enseñe a amar como tu amas... firmado, tu hija preferida: Jennifer.” (10 años).
- “María, se que mi papá va a volver, pero te pido que me ayudes a aguantar hasta su regreso, y has que vuelva rápido. Te presento mi corazón con esta nobena que, espero, te alegrará. Camille que te ama muchísimo. ” (10 años.).
- “Querida María, como ves estoy toda feliz por comensar esta novena. Mamá dice que Jesús y tú estáis en todas partes en la Tierra al mismo tiempo. ¿Eso es verdad? Si yo reso con todo mi corazón, ¿iré al Cielo? ¿Me podrías ayudar a no pecar más? Espero que me contestes “sí” a todas estas preguntas. ¿Te veré un día? ¡Bueno alomejor te estoy molestando! Si es así, no estás obligada a leer mi carta, pero te sigo escribiendo porque estoy segura que la leerás.” (Carta de Myriam).
- “Mis oraciones son: 1 rosario por los siegos de Dios, 6 desenas por las mugeres que piensan abortar, un rosario para la gente perdida en el alcol. ”(Amandine, 7 años).
- “Tu que protejes un país en guerra, no dejes que se maten entre sí porque sé que lo puedes hacer. Es triste cuando se matan uno por uno, y talbes dos por dos.” (Audrey, 9 años).
- “Te quiero maria, y si lo bes a Jesús dale saludos de parte de Melissa Babouri.” (7 años).
- “Gracias Jesús y María por haberme dado la vida, una salud y un cuerpo perfectos.” (Pierre, 11 años).
- “Yo quiero que todas las familias sean felises como en los dibujos.” (Melissa, 7 años).
- “Has que alguien se buelba feliz con mi sacrijisio. ” (Guillaume, 7 años).
- “Mi querida mamá tu eres todo para mí. Tu eres mi patrona mi madre selestial mi roza mística... ” (Marie, 8 años).
Nadie podrá evaluar aquí en la Tierra el impacto de la pequeña Jacinta de Fátima sobre los planes de Dios. Solo tenía 6 años cuando fue invitada por la Santísima Virgen a ofrecer sacrificios por los pecadores. En la catequesis de hoy en día, ¿quién se atrevería a introducir a los niños en esa aventura del ofrecimiento y de su inefable poder sobre el corazón de Dios? ¡Tantos adultos proyectan sus propias trabas...! Pero también existen padres de familia, en número siempre creciente, que se cogen de la mano de la Gospa y sí enseñan a sus hijos. Estos son algunos sacrificios de sus dulces niños:
- “De las 11 y media a las 2 de la tarde me esforcé por ser amable con mamá.” (Gabriel, 9 años).
- “Aguanté que me agan danio y continué la nobena cuando ya no tenia gana. " (Florian 7 años).
- “Mis sufrimientos en mi familia des unida. ” (Amandine, 7 años).
- “No mojarlo a Roland cuando estaba ceco. ” (Marie, 8 años).
- “No haber chillado para tener un chicle entero. Descarné muy poquito cuando estabamos trabajando.” (Agnés, 10 años).
- “Me labe los dientes; encontre la tapa del dentrifico. ” (Lucie, 7 años).
- “No le pegue a mi ermana y no pedí mas caramelos.” (Jean, 8 años).
- “Lo deje a Antoine abrir el paquete de salchichas y baniarce antes que yo; le ayude a encontrar el saca punta. ” (Mélanie, 8 años).
- “Fui al correo cuando solo tenía que ir hasta el buzón.” (Bérangére, 13 años).
- “No ensuciaré mi alma con malas palabras.” (Benjamín, 12 años).
- “ Comi una revanada de pan duro y no tengo diente delante.” (Marie, 5 años).
- “No hacerme la mandona en el cumpleaños de Nathalie.” (Cécile, 10 años).
Sí, ciertos niños se ponen tan activos que a veces hacen abrir los ojos a quienes los rodean. Mathieu tiene 7 años, y un sacerdote amigo le hizo participar durante un año de las oraciones de los “Niños adoradores”. Al inicio del siguiente año, su madre le dice:
—Ya vas a catequesis; entonces, ¿por qué estás también con los “Niños adoradores”?
—Pero, mamá, ¿no lo entiendes? ¡En catequesis aprendo a conocer a Jesús; con los “Niños adoradores” aprendo a amarlo!
A veces, durante ciertas misiones para niños, invitamos a los más pequeños a cerrar los ojos y a buscar en su corazón qué regalo van a poder ofrecer a María antes de que termine el día. Cuando preguntamos: “¿Quién ha encontrado qué le va a regalar a la Virgen?”, casi todos levantan la mano gritando: “¡Yo!, ¡yo!”. (¡Y por poco la reunión no se transforma en una subasta!). Los niños comprenden más rápidamente que nosotros las cosas de Dios. Ellos no han tenido el tiempo de vacunarse contra el Espíritu Santo, y además, todavía no saben calcular muy bien...
Algunos docentes declaran, a veces con lágrimas en los ojos: “Después de lo que pasó, no podremos seguir enseñando catequesis como antes...”. Sí, yo creo que en los días de catequesis, mucho antes de que se ponga el sol, la Gospa visita el corazón de cada uno de esos niños y, llena de júbilo, colma su cofre de tesoros hasta que rebosa... ¿Para cuándo las próximas cosechas?.
MENSAJE DEL 25 DE25 DE MARZO DE 1997
“Queridos hijos, hoy os invito de manera especial a tomar la cruz en vuestras manos y a contemplar las llagas de Jesús. Pedidle a Jesús que sane las heridas que vosotros, hijos, habéis adquirido durante vuestra vida, a causa de vuestros pecados, o de los pecados de vuestros padres. Hijos míos, solo así comprenderéis que el mundo tiene necesidad de la sanación de la fe en Dios Creador. A través de la pasión y la muerte de Jesús en la cruz comprenderéis que solamente por medio de la oración podréis convertiros vosotros también en verdaderos apóstoles de la fe, cuando,
en la sencillez y la oración, viváis la fe, que es un don. Gracias por haber respondido a mi llamada.”