81 ¿Y si hago alguna travesura?
ESTOY muy orgullosa de los niños, porque cuando la Gospa nos invita a ofrecer oraciones y sacrificios, ellos son los primeros en responder, ¡y con qué esmero!
En abril de 1992, al enterarme de la existencia de los campos de concentración en Bosnia-Herzegovina, la inacción me consumía. ¡Yo quería ir allí y decirle a gritos al mundo que un horrible escándalo estaba ocurriendo! ¡Pero con esto solo hubiéramos logrado un muerto más! Entonces le rogué a la Gospa que se sirviera de mí de otra forma. ¡Lo que no tardó en suceder! Algunos días después, al terminar mi tiempo de adoración, tuve que coger papel y lápiz para anotar todas las ideas que se atropellaban en mi corazón. Y, con la ayuda de Vicka, nació una operación muy especial: “Niños, ¡salvad a Medjugorje!” ( Ver en el libro Medjugorje, la guerra día a día, de sor Emmanuel: “Los niños vencerán al odio”, Florida Center for Peace, pág. 83. www.fcpeace.com). Millares de niños oyeron así el llamamiento de la Gospa para que la ayudaran a detener la guerra y el desencadenamiento del mal, por medio de sus oraciones y sacrificios. Solo en el Cielo conoceremos los milagros que esos corazones inocentes habrán obtenido para que nuestro mundo no zozobre totalmente en el horror.
Pero los medios de los cuales disponíamos en tiempo de guerra eran muy reducidos. Además, las palabras “Medjugorje” y “sacrificio” no caen bien a todos en el ámbito de la catequesis. Por lo tanto, hice un trato con la Gospa: “El día que tú quieras lanzar una nueva Operación Niños, te sigo con los ojos cerrados... Pero, por esta vez, tomemos a Fátima como tema central ¡para que nadie se muera de un infarto! Y pediremos el Imprimatur para no tener que oír decir que proponer a los niños que hagan sacrificios es un grave pecado de lesa libertad”.
¡Y dos años más tarde llegó el gran momento! Sabiendo que yo disponía de poco tiempo, ¡María suministró todo lo que necesitábamos! La mejor dibujante ofreció sus servicios, un cardenal dio su Imprimatur en 24 horas... En resumidas cuentas, el libro ( ¡Niños, ayudad a mi corazón a vencer! (para niños de 6 a 11 años), editado en España por la Asociación Hijos de Medjugorje España, 2008 (solicitud de ejemplares: 629 792 849 o 676 059 594). El libro ha sido traducido a trece idiomas. En la mayoría de los países de habla hispana este libro se titula Fátima explicada a los niños) quedó listo un poco antes del “mes de María”. ¿Y qué dijo María a los niños ese mismo mes de mayo? “Hoy, deseo agradeceros todas las oraciones y los sacrificios...”.
Desde entonces, he recibido cientos de cuadernos de dibujo coloreados por niños que han terminado su novena a María. Uno se derrite al leer lo que estos pequeños han encontrado para ofrecer, dar, pedir.
Olivier recibió el libro justo nueve días antes de su primera comunión. Sus padres le propusieron entonces que se preparara para ese día haciendo la novena. Es así como cada día, él elegía un sacrificio. Pero el hermano de 4 años no veía con buenos ojos que solo su hermano mayor tuviera ese privilegio y, molesto, exclamó: “¿Y yo, y yo? ¿Cuál es mi sacrificio hoy?”. Se le dieron al niño algunas ideas que se apresuró a realizar. Los hermanos ponían todo su corazón en sus ofrecimientos a la Gospa, tanto es así que sus padres sintieron que no podían quedarse atrás... “¿Y nosotros...?”.
Decidieron entonces seguir a sus hijos en su aventura con la Gospa, y toda la familia vivió una gran renovación en sus lazos de amor.
Algún tiempo después, la pequeña Chrystelle, de 7 años, nos dio a todos, en una sola frase, una clase de profunda teología mística sobre el combate espiritual. Al terminar su novena, declaró a su madre:
—Mamá, ahora sé cómo consagrarme a María: ¡yo le doy mi corazón y Ella me da su Corazón Inmaculado! ¡Hicimos algo así como un intercambio!
Pero una pregunta espinosa estremeció repentinamente a Chrystelle.
—Y si hago alguna travesura ... ¿qué pasará...?
Piensa un instante..., y se hace la luz.
—¡Ah, ya sé! Si una travesura viene hacia mí, ¡enseguida verá al Corazón Inmaculado y se irá corriendo!
MENSAJE DEL 25 DE JUNIO DE 1996
(XV aniversario de las apariciones)
“Queridos hijos, hoy os doy las gracias por todos los sacrificios que me habéis ofrecido en estos días. Hijos míos, os invito a abriros a mí y a decidiros por la conversión. Vuestros corazones, hijos míos, no están aún totalmente abiertos a mí, y por eso os invito nuevamente: abríos a la oración, para que, en la oración, el Espíritu Santo os ayude a que vuestros corazones se vuelvan de carne y no de piedra.
Hijos, gracias por haber respondido a mi llamada y por haber decidido caminar conmigo hacia la santidad.”