20 ¿Al borde del suicidio? ¿Problemas de alcohol?

POCO después de mi sanación, me invitaron a hablar de Medjugorje en Estados Unidos. ¡Imposible guardar para mí el descubrimiento de las “24 horas de la Gospa”! Después de haberles explicado todo en detalle, dije a los cinco mil americanos que me escuchaban: “¡Envíenme sus testimonios!”. La primera carta que recibí me conmovió profundamente:

“Estuve presente en su conferencia de septiembre en Pittsburgh. Tengo 30 años. Cuando fui a escucharla, había enviudado hacía algunos meses, y mi vida se había transformado en un verdadero infierno. No soportaba la ausencia de mi marido. No oír más su voz, sus pasos en la casa, no verlo, no poder hablarle, todo aquello se había convertido en una tortura tal, que no quería vivir más. Abrumada por el dolor de la soledad y el corazón destrozado, solo mi propia muerte podía poner fin a mi desgracia. Por lo tanto, había decidido suicidarme, y ¿por qué fui a su conferencia?: todavía me lo pregunto.

De ella retuve una sola cosa, ya que nunca antes había considerado las apariciones bajo este punto de vista: ¡la Virgen viene a visitarme, a mí, personalmente, a mi casa, en mi situación de hoy...! Decidí hacer las 24 horas de la Gospa a partir de la mañana siguiente. Cuando llegó la hora de la visita de María, me desplomé literalmente en sus brazos (aun sin ver- la), sollozando durante unos instantes contra su corazón. Yo no tenía otro regalo para ofrecerle que mi infinita congoja y no hacía más que repetirle: ‘¡Toma mi desesperación, toma mi vida rota, arruinada! ¡No puedo más!.

Hermana, usted quizás no me crea. Sin embargo, le digo la verdad: yo no sé cómo sucedió, pero hoy me he convertido en la mujer más feliz del mundo. ¡Estoy feliz con mi destino! La Virgen vertió en mi corazón su propia alegría y se llevó mi desconsuelo. Concebí por Ella un extraordinario amor. Ella es increíble; es verdaderamente madre. Su propio corazón está en mí, y no sé cómo decirle cuánto amo mi vida ahora...” (Patricia).

En Francia, yo no perdía una sola ocasión de hablar del tema. Un día, una señora que había asistido a mi conferencia en Toulouse, tres meses antes, vino a verme a Medjugorje. Todo su autobús de peregrinos estaba al tanto de su milagro, que ella se apresuró a contarme:

“Tengo 60 años. Fui alcohólica durante diez años. Como consecuencia, tenía graves problemas de salud. Mi familia se deshacía en pedazos; mis hijos estaban especialmente afectados, ya que hacía de su vida un infierno. Pero era superior a mis fuerzas. Había hecho todo tipo de tratamientos. Incluso un grupo de oración había orado varias veces sobre mí. Pero nada surtía efecto. ¡El vino blanco siempre ganaba la partida!

Al oír cómo usted había sido sanada por la Gospa, tuve una idea. ¿Recuerda que oramos durante su conferencia? Nos recogimos unos minutos en el momento de la aparición, a las 18.40. Pensé: c¡Este es el momento! ¡Por una vez, puedes hacerle un regalo a María!’ Entonces le prometí no beber una sola gota de alcohol durante las siguientes veinticuatro horas, de lo cual me sabía totalmente incapaz. Pero usted había dicho que Ella nos ayudaría a cumplir nuestra promesa. Y funcionó. Fue muy, muy duro: yo veía constantemente desfilar ante mis ojos vasos de vino blanco, y tuve que aferrarme fuertemente, debido a mi promesa. Ai día siguiente, estaba verdaderamente feliz al ofrecerle mi regalo a la Virgen. Justo después de la aparición, yo debía visitar a unos amigos que, naturalmente, me invitaron a un vaso de vino. ¡Vino blanco...! Tomé el vaso, pero casi escupí el primer sorbo: ¡el vino me daba asco! Hermana, desde ese día ya no bebo, y ni siquiera me cuesta (Jeanine recayó seis meses más tarde, pero gracias a la oración pudo volver a dejar de beber en pocos días).

Lo mejor del caso es que, a continuación, la Santísima Virgen inició conversiones en cadena en mi familia”. (Jeanine).

Lo que los tratamientos de desintoxicación y los psicólogos no lograron en diez años, ¡la Gospa lo consiguió en veinticuatro horas! ¿Y a quién eligió en esa familia como apóstol de su Hijo? ¡A quien había hecho más desastres!

MENSAJE DEL 25 DE AGOSTO DE 1991

“Queridos hijos, hoy nuevamente os invito a la oración, como nunca antes, ahora que mis planes han comenzado a realizarse. Satanás es fuerte y quiere destruir mis planes de paz y de alegría; quiere haceros creer que mi Hijo no es fuerte en sus decisiones. Por eso os llamo a cada uno de vosotros, queridos hijos, a orar y a ayunar aún con más firmeza.

Os invito a nueve días de renuncia, de tal forma que, con vuestra ayuda, todo lo que yo quería realizar, a través de los secretos que he iniciado en Fátima, pueda cumplirse. Os invito, queridos hijos, a comprender la importancia de mi venida y la gravedad de la situación. Quiero salvar a todas las almas y ofrecerlas a Dios. Por eso, oremos a fin de que todo lo que he iniciado pueda ser plenamente realizado. Gracias por haber respondido a mi llamada.”

Medjugorje, el triunfo del corazón
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