53 ¡Todo sirve para salvar!
¡NO tengamos miedo de adjuntar los mensajes de María a nuestras cartas! Un peregrino francés me contó que estaba condenado a quedarse ciego a causa de un glaucoma y de una operación mal hecha. Su sufrimiento era muy grande, cuando recibió en su correspondencia una postal de la Gospa con esta inscripción: “¡Si supierais cuánto os amo, lloraríais de alegría!”. Un grito de dolor brotó entonces de su corazón: “¡Ahora es cuando me tienes que demostrar tu amor! ¡Estoy sufriendo!”.
Durante la hora siguiente su vista se volvió casi normal y el desprendimiento coroidiano desapareció por completo.
Este hermano vino poco tiempo después a Medjugorje para dar gracias, ya que, además, esta sanación había desencadenado poco a poco la conversión de su familia. ¡Y eso que ellos no eran de los que se convencen muy fácilmente! Este es el resultado de un simple mensaje.
Nunca se sabe cuáles serán las nuevas conquistas de la Gospa ni qué estratagema inventará Ella para reunir a aquellos de sus hijos que la Iglesia quizá no logre congregar. ¡Para este fin, todo le sirve! Una amiga que guía peregrinaciones me ha contado lo siguiente:
La señora X, que vive en las afueras de París, se va a una feria con unos amigos. Llega a un puesto de pesca pero, en lugar de peces, el tendero ha colocado unos pequeños paquetes envueltos en papel de regalo. La señora toma una caña y prueba su suerte... ¿Qué sacará? He aquí que su anzuelo levanta un paquetito duro y plano. ¡Es un cassette de Medjugorje! {Las 24 horas de la Gospa, con listas de peregrinaciones). La señora nunca había oído hablar de Medjugorje. De regreso a casa, escucha la misteriosa cinta y la Virgen la “toca” tan profundamente que experimenta un verdadero flechazo.
Cuando esta señora llamó a mi amiga para unirse a una peregrinación, su vida, de la mano de María, ya había cambiado drásticamente de rumbo, y una alegría desconocida hasta entonces había invadido su existencia.
Sí, un corazón imaginativo, dotado de una mano activa, había puesto un cartucho de amor en un puesto de feria. ¡Ese corazón sabrá en el Cielo a quién se lo había destinado la Gospa!
MENSAJE DEL 25 DE ABRIL DE 1994
“Queridos hijos, hoy os invito a todos a decidiros a orar por mis intenciones. Hijos míos, os invito a cada uno de vosotros a ayudarme en la realización de mi plan a través de esta parroquia. Ahora, de manera especial, os invito,
hijos, a que os decidáis a caminar por la senda de la santidad. Solo así estaréis junto a mí.
Os amo y deseo conduciros a todos conmigo al Paraíso. Pero, si no oráis y no sois humildes y obedientes a mis mensajes, no puedo ayudaros. Gracias por haber respondido a mi llamada.”