Apuntes sobre la batalla de Lamonien

En pocas ocasiones se le concede a un autor la oportunidad de explicar algún capítulo de su libro. Creo que era necesario en esta obra, y que esta explicación será satisfactoria para muchos lectores curiosos, ávidos por conocer detalles de cómo se construye una novela.

La batalla de Lamonien es una parte crucial para el libro y, en general, para la Historia de Vestigia. Tanto es así que, para lograr una mayor inmersión y conseguir transmitir la mayor verosimilitud posible, decidí documentarme en grandes batallas históricas, usarlas como referente y así diseñar una batalla de forma realista. Fue entonces cuando descubrí la que fue sin duda el más devastador enfrentamiento a campo abierto de la Antigüedad: la batalla de Cannas, que enfrentó a romanos y cartagineses.

En un solo día las tropas ordenadas por Aníbal aniquilaron sin contemplaciones al ejército romano que se había reunido para frenar el avance cartaginés. Los romanos habían agrupado el mayor ejército hasta la fecha en un campo de batalla. Dos cónsules, que juntaron unos setenta y cinco mil soldados, tenían como objetivo agotar la amenaza de Cartago y terminar con Aníbal.

El planteamiento de Aníbal, su estrategia, es tan soberbio que, de no ser porque estamos hablando de una batalla histórica, uno podría pensar que es poco creíble, más bien parecería una ficción. Un ejército en inferioridad numérica logró rodear a otro mucho más nutrido inutilizando las tropas que quedaron atrapadas en el cerco. La masacre fue tal, que el pánico llegó hasta la misma Roma y muchos historiadores piensan que, si Aníbal hubiera decidido después de la batalla marchar sobre Roma, el imperio Romano habría conocido un final prematuro de su dominio.

Como es lógico, salvando las distancias, yo he usado esos acontecimientos y, basándome en la estrategia de Aníbal, he planteado la batalla de Lamonien, teniendo el respaldo de que, hace muchos años, se vivió una masacre parecida en nuestra Historia.

Para una mejor comprensión aquí tenéis de forma esquemática, en cuatro figuras, representado el movimiento magistral de las tropas de Rosellón, inspirado como digo en lo que hizo Aníbal en Cannas. La clave está en cómo las tropas en inferioridad van retrocediendo ante el avance de la gran masa, formando una media luna, para después avanzar en los flancos hasta cerrar el cerco. Tal y como pasó en la Antigüedad, la batalla a caballo, aunque no era decisiva, contribuyó a cerrar con más éxito el corro de muerte.

Antonio Martín Morales