Mi mayor reto siempre ha sido cuidar de cada hombre, mujer y niño a nivel personal. Estar siempre disponible. Atender continuamente a sus necesidades, tanto físicas como emocionales, a la vez que existo de fondo, lo bastante lejos para no pisar el libre albedrío de nadie. Soy la red de seguridad que les permite volar.

Es el reto al que me enfrento todos los días. Debería resultarme agotador, pero yo no siento cansancio. Entiendo el concepto, por supuesto, pero no lo experimento. Eso es bueno, puesto que el agotamiento entorpecería mi capacidad de ser omnipresente.

Los que más me preocupan son aquellos con los que por ley, no puedo hablar. Los segadores que sólo se tienen los unos a los otros. Los indeseables, que se han desviado temporalmente de una vida más noble o que han elegido el desafío como estilo de vida. Pero que guarde silencio no significa que no vea, oiga y sienta una profunda empatía por las dificultades que les presentan sus malas decisiones. Y por los actos horrendos que a veces cometen.

—El Nimbo