Debo reconocer que no soy el único factor que mantiene la sostenibilidad del mundo. La Guadaña también contribuye con su práctica de la criba.

Aun así, los segadores sólo acaban con un pequeño porcentaje de la población. Su trabajo no consiste en frenar por completo el crecimiento demográfico, sino en pulirlo un poco. Por eso, dadas sus cuotas actuales, la posibilidad de que una persona muera cribada es del diez por ciento a lo largo de mil años. Lo bastante para que la preocupación por la criba esté poco presente e la mente de la mayoría.

Preveo que llegara un tiempo en el que el aumento de la población alcance un equilibrio. Crecimiento cero, una persona morirá por cada una que nazca.

El año en que esto ocurra está a la vuelta de la esquina, pero eso es algo que no divulgo. Incluso con un aumento progresivo de las cuotas de criba, la humanidad alcanzará su máxima población sostenible en menos de un siglo.

No veo razón alguna para inquietar a los humanos con este hecho, ya que ¿de qué iba a servir? Yo solo soporto el peso de esa inevitabilidad. Cargo, literalmente, con el peso del mundo. Lo único que espero es tener los hombros virtuales de Atlas para lograrlo.

—El Nimbo