Siempre me han preocupado aquellos con grandes posibilidades de cambiar el mundo. Nunca puedo predecir cómo conseguirán ese cambio, sólo que es probable que lo hagan.
Desde el instante en que Citra Terranova se convirtió en novicia del honorable segador Faraday, sus probabilidades de cambiar el mundo se multiplicaron por cien. No tengo claro cuál será su papel y el resultado es confuso. Sea lo que sea lo hará. El destino de la humanidad, su florecimiento o su desgracia, bien podría depender de las decisiones, los logros y los errores de Citra.
No me importaría guiarla, pero, como es una segadora, tengo prohibido interferir. Así que me limito a verla volar o caer. Resulta muy frustrante contar con tanto poder y, a la vez, sentirse tan impotente para emplearlo en los momentos importantes.
—El Nimbo